John E. Upledger

Terapia craneosacra I


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la amplitud libre de movimiento, a menudo llamada «dirección de la liberación». A medida que se produce este movimiento de alejamiento, el practicante lo sigue, llega al límite articular pero sin empujar. Al final de un ciclo, el movimiento se iniciará de nuevo contra el practicante. Una vez más, el terapeuta se mantiene inmóvil. Se repite el procedimiento en varios ciclos más de ritmo craneosacro inherente. Finalmente, se produce un ablandamiento o liberación del tejido. Es éste el efecto terapéutico que estábamos esperando. El tejido se ha «destrabado» solo. Se siguen unos pocos ciclos y se vuelve a evaluar si se aprecia facilidad y simetría en el movimiento.

      Mientras se aplica este tratamiento, tal vez cambien las vías de movimiento. Nuestra regla es dejar que la estructura se mueva por cualquier vía nueva que desee. No se deja que la estructura vuelva a la posición neutra por la misma vía que la de ida. Este procedimiento es lo que llamamos técnica indirecta.

      La técnica directa es en esencia lo contrario de la técnica indirecta. Una vez identificada la barrera al movimiento fisiológico normal, el terapeuta ayuda con suavidad a que la estructura o membrana que presenta la restricción avance y rompa la barrera de restricción anormal.

      Durante la prueba del movimiento, que es un método primario usado cuando se buscan barreras de restricción anormales, el terapeuta induce el movimiento; en cuanto la estructura comienza a moverse en la dirección de la urgencia, el terapeuta adopta el papel de monitor pasivo. El propósito es determinar hasta dónde y con qué grado de facilidad o restricción se mueve la estructura como respuesta a la inducción. El propósito no es ver hasta dónde y a través de cuántas barreras puede empujarse la estructura. En el proceso de tirón tal vez no se encuentre nunca el problema inicial real, que tal vez sea compuesto al causar nuevos daños o barreras de restricción.

      Hablamos del restablecimiento de la flexibilidad autónoma como un efecto positivo de la terapia craneosacra. La flexibilidad autónoma es un término usado para describir una mejoría en la capacidad del sistema nervioso autónomo para responder con eficacia a la tensión y el estrés.

      El sistema nervioso autónomo mantiene las funciones vitales y ayuda a sobrevivir sin necesidad de un pensamiento consciente. Presenta dos divisiones principales: simpática y parasimpática. La división simpática hace que el cuerpo responda al peligro, la adversidad, la tensión, la rabia y el placer aumentando la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, el volumen de intercambio respiratorio, el riego sanguíneo de los músculos y todo lo necesario para iniciar una acción. La división parasimpática controla las funciones corporales durante momentos de reposo, sueño, digestión y eliminación de la comida, etc., cuando el cuerpo no se prepara para la acción.

      A medida que se producen situaciones estresantes en la vida diaria, el sistema simpático se activa una y otra vez. Con frecuencia, no puede descargar la tensión acumulada porque la sociedad moderna no brinda oportunidades suficientes para que el cuerpo entre en acción y disipe la energía generada por el sistema nervioso simpático estimulado. Por tanto, el nivel de tono o actividad tónica del sistema simpático aumenta día a día a medida que se acumula más energía generada por los estímulos estresantes de la que se disipa. Este aumento del tono del sistema nervioso simpático hace que el corazón se acelere, aumente la tensión arterial, se tense el estómago, los intestinos adopten espasticidad y el riego sanguíneo se aleje de los órganos vitales hacia los músculos. En este estado, el cuerpo no sobreviviría muy bien. Para contrarrestar el estado de alerta del reflejo de ataque o huida instituido por el hipertono simpático, el sistema nervioso parasimpático debe actuar con mayor potencia para disminuir la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, ayudar a los procesos digestivos y reducir la espasticidad de los intestinos.

      Los estímulos de tensión siguen llegando. La gráfica del equilibrio muestra que se reciben más estímulos de tensión de los que se disipan, por lo que el tono simpático sigue subiendo. El tono parasimpático debe aumentar también para contrarrestar el efecto del sistema simpático. Finalmente, se llega a un punto en el que el sistema nervioso parasimpático ya no consigue contrarrestar con eficacia el aumento de la energía en el sistema simpático. Se eleva la tensión arterial, aumenta la frecuencia cardíaca, y se puede desarrollar colitis espástica y úlcera péptica u otras disfunciones que llamamos enfermedades funcionales. El sistema nervioso autónomo ha perdido su flexibilidad. Ya no puede tratar con eficacia la energía acumulada en el sistema nervioso simpático. El sistema parasimpático ha llegado al tope.

      Un efecto beneficioso de muchos de los ejercicios terapéuticos descritos en este libro es el restablecimiento de la flexibilidad vegetativa o autonómica. Como el sistema nervioso vegetativo desempeña un importante papel en la actividad homeostática del cuerpo, cuando la flexibilidad autonómica se restablece, muchos mecanismos homeostáticos se vuelven más eficaces.

      Hay otras palabras y términos que tal vez sea útil definir aquí para evitar malentendidos más adelante en el libro.

      La continuidad fascial es un término que expresa que la fascia del cuerpo humano no se interrumpe desde la cabeza hasta la planta de los pies. Consideramos la fascia total del cuerpo como laminada, con concavidades, invaginaciones y estructuras tubulares para los distintos órganos y estructuras. Se orienta en gran medida en una dirección longitudinal y tiene libertad para moverse milímetros cuando la musculatura del cuerpo está relajada. Se puede ir de una parte del cuerpo a otra a través de la fascia.

      El término diafragmas de restricción transversal sugiere el marco conceptual en que situamos estas estructuras. Consideramos estos diafragmas como sistemas de apoyo transversal para las láminas de fascia de orientación longitudinal. Forman parte integral del sistema y son esenciales para su integridad funcional. Los diafragmas de restricción transversal representan áreas de aumento de la tensión en el sistema fascial del cuerpo; por tanto, son puntos donde se dan frecuentes disfunciones en el sistema fascial.

      El término sistema neuromusculosquelético manifiesta la artificialidad de cualquier división entre el sistema nervioso, el sistema muscular y el sistema esquelético desde el punto de vista funcional. En consecuencia, usamos la palabra neuromusculosquelético para expresar la integración funcional de estos sistemas.

      Una lesión es un área de afectación localizada o de tejido disfuncional. Lesión osteopática es el término usado para designar áreas paraespinales palpables de desviación en la textura del tejido que muestran tirantez o edema difuso y tumefacción. Comprende síndromes o disfunciones como anomalía vascular, hipertonía muscular, sensibilidad dolorosa a la palpación, facilitación segmentaria de la médula espinal, disfunción visceral y disfunción vegetativa, todos un tanto localizados en el área de lesión osteopática.

      Disfunción somática es un término adoptado por parte de la profesión osteopática para sustituir al de lesión osteopática. Los defensores del término disfunción somática creen que es más aceptable científicamente que «lesión osteopática». Los detractores opinan que complejo o síndrome por lesión osteopática es mucho más que una disfunción corporal (es decir, musculosquelética) o somática.

      El ámbito interno es el medio ambiente situado debajo de la piel del cuerpo, dentro del cual se produce la función de todas las moléculas, células y órganos. Incluye todo, desde la viscosidad del líquido intersticial hasta la concentración de iones de hidrógeno en la orina. También comprende parámetros físicos como la presión, p. ej., dentro de la bóveda del cráneo, y la temperatura.

      En la exposición de las disfunciones del encéfalo nos referiremos a varias afecciones que adelantamos a continuación.

      Autismo es un cuadro de etiología desconocida. Los niños autistas son asociales, y prefieren interactuar con objetos inanimados. Los niños suelen autocastigarse y se muerden la mano o la muñeca o se golpean la cabeza, etc. Los niños autistas pocas veces exteriorizan emociones a no ser durante los episodios de rabia destructiva. No suelen mantener contacto ocular ni muestran afecto a otras personas, aunque hayamos trabado amistad con muchos niños autistas. A menudo sufren crisis. Tienen inteligencia variable, y con frecuencia despliegan una excelente coordinación motora. Como la causa del autismo es desconocida, existe mucha