puede conseguir en su vida. El estado que describen es lo que nosotros llamamos fluencia, o experiencia óptima. Una vez alcanzadas, las experiencias de fluencia dejan su huella guardada en la memoria y permiten así volver a ese estado óptimo de nuevo. Sin embargo, no es fácil alcanzar la experiencia de fluencia. Este libro explicará cómo lograrlo e identificará las condiciones que ofrecen más posibilidades para que ello ocurra.
DEFINIR LA FLUENCIA
Los testimonios que dieron los dos atletas, el nadador y el corredor, describen diversos componentes de la experiencia de fluencia. En primer lugar, es un estado de conciencia en el que uno llega a estar totalmente absorbido por lo que está haciendo, hasta alcanzar la exclusión de todo otro pensamiento o emoción. Así que la fluencia se basa en focalizar. Más que simplemente focalizar, de todos modos, la fluencia es una experiencia armoniosa donde mente y cuerpo trabajan juntos sin esfuerzo, dejándole a la persona la sensación de que algo especial ha ocurrido. De modo que la fluencia se basa también en el disfrute. La gente asocia la fluencia con las actuaciones sobresalientes, y los comentarios del nadador y el corredor así lo demuestran. Por ello, la fluencia transporta las experiencias de lo ordinario a lo óptimo, y es en esos momentos cuando nos sentimos verdaderamente vivos y en sintonía con lo que estamos haciendo.
La fluencia es un estado que presenta cualidades universales que las personas pueden experimentar en un variado rango de contextos. Ancianos jardineros alemanes describen el sentimiento de intenso compromiso que ellos experimentan cuando cuidan sus rosas con palabras similares a las que solían utilizar los adolescentes japoneses para describir qué sensaciones les daba conducir una motocicleta. Pastores navajos montados a caballo siguiendo a sus rebaños también mencionaban experiencias semejantes, en las que resuenan aquellas relatadas por los místicos hindús, o por los dedicados atletas de todo el mundo.
Entre todas las cosas que la gente hace en sus vidas, el deporte presenta una oportunidad especial para que la fluencia ocurra. Hay pocas actividades -como la música, el teatro o el juego del ajedrezque sean tan aptas para que se dé la fluencia. Pero incluso cuando el marco del deporte está estructurado para realzar la concentración, la mayoría de los deportistas tienen problemas para alcanzarla. Mientras que no podemos garantizar que leer este libro haga más frecuente la experiencia de fluencia, sí puede arrojar luz sobre las energías dentro y fuera de la persona que ofrecen más posibilidades para experimentar la fluencia. Nosotros le podemos ayudar a analizar qué es lo que específicamente pone en marcha la fluencia para usted y cómo experimentar este estado óptimo. Le podemos explicar cómo otros han descubierto la fluencia, y puede extraer de sus experiencias lo que le pueda ayudar a comprender y maximizar las experiencias óptimas durante su participación deportiva.
Estudiando la calidad de la experiencia que la gente ha tenido con la fluencia en diferentes deportes, Csikszentmihalyi et al. han mostrado que el deporte en particular está asociado con un cierto número de cualidades muy positivas. En la figura 1.1, que expone una muestra de adolescentes, se compara el deporte con el trabajo académico escolar y con ver la televisión. El eje vertical representa las respuestas del Experience Sampling Method (ESM, Método de Muestreo de Experiencias), o los resultados para cada una de las variables del eje horizontal; estos resultados se obtienen preguntándole a la gente en diversas ocasiones escogidas de manera aleatoria cada día cómo se sienten mientras realizan varias actividades.
EL EQUILIBRIO ENTRE DESAFÍOS Y HABILIDADES Y LA FLUENCIA
Un primer requisito para fluir es encontrar un equilibrio positivo entre dos elementos: los desafíos que crees que deben afrontar y las habilidades que crees tener. Es un concepto sencillo pero importante al que nos referiremos a lo largo de todo el libro como equilibrio DH, y es de importancia crítica para la comprensión de cómo ocurre la fluencia. D de desafíos, H de habilidades.
El equilibrio DH es la regla de oro de la fluencia. Más adelante en el libro presentaremos información más específica de cómo puede cambiar el equilibrio entre desafíos y destrezas para incrementar las situaciones óptimas para que ocurra la fluencia.
Un punto a recordar aquí es que es la percepción subjetiva la que predice la fluencia. Esto quiere decir que no son tanto los desafíos o habilidades objetivas en una situación lo que determina la calidad de la experiencia, sino lo que la persona piensa de las oportunidades disponibles y de su capacidad de actuar. Así que, ya esté en fluencia en deporte o si sufre de ansiedad o aburrimiento, eso depende en gran medida de su percepción.
Tanto desafíos como habilidades pueden ser desarrollados progresivamente en estadios claramente definidos de complejidad creciente. Cuanto más mejoramos en la dimensión de las habilidades, más difíciles son los desafíos. Romper la marca de una milla en cuatro minutos era visto en su día como un desafío final: muchos corredores de élite de media distancia aceptaron este reto y trataron de extender las fronteras de la actividad humana en esta disciplina. Cuando la milla en cuatro minutos fue alcanzada, se propusieron nuevos desafíos; hoy, los corredores de fondo de élite tienen momentos de su propia factura que fijan los límites de realización potencial.
Figura 1.1 Las respuestas ESM de una muestra de más de 800 adolescentes estadounidenses representativos entre los 11 y los 18 años. Fuente: datos no publicados del Sloan Study of Adolescent Development (1995), C. Bidwell, M. Csikszentmihalyi, L. Hedges y B. Schneider, investigadores principales. Universidad de Chicago.
Vayamos brevemente a ver cómo el equilibrio DH prepara la escena para la fluencia. Piensa en una situación en el deporte en la cual sientas que puedes realizar el desafío. Quizás era una competición para la cual te habías preparado duramente. En cuanto te sitúas en la línea de salida, te sientes ilusionado y un poco nervioso: ilusionado porque estás bien preparado, nervioso porque esta competición significa mucho para ti, y querrás dar lo mejor de ti mismo. Crees que podrás lograr tu meta, pero dado que no es una situación fácil, debes disponer de todo el esfuerzo de que seas capaz.
Los mejores atletas se crecen en tales situaciones. Saben lo que deben hacer y creen que pueden triunfar. Su mente está ordenada, con metas claras que encauzan sus pensamientos tan intensamente que no queda lugar para preocuparse de uno mismo o de sus problemas. La concentración está dirigida totalmente hacia la actividad. Los jugadores están tan en sintonía con lo que están haciendo que rápidamente perciben los matices más imperceptibles de su juego y hacen ajustes para mantenerse en la brecha.
Este estado óptimo de fluencia aparece cuando las habilidades de una persona encajan con sus oportunidades de actuar -en otras palabras, cuando el equilibrio DH está actuando. Ahora utiliza el ejercicio siguiente para ver si puedes recordar otros momentos en la práctica de tu deporte en que experimentaste el equilibrio DH y recuerda con más detalle cómo te sentiste durante esos momentos.
Rememorar experiencias de fluencia
El siguiente ejercicio te servirá para comprender la fluencia. Coge una hoja de papel y escribe tu respuesta a lo siguiente:
Piensa en un momento en el que estuvieses totalmente absorto en lo que estabas haciendo: un momento en el que te sintieses fuerte y positivo, sin preocuparte de ti o de una posible derrota. Describe la situación de forma tan precisa como te sea posible: cuándo y dónde ocurrió, con quién estabas, qué estaba sucediendo para que llegaras hasta ese estado, y cómo empezó la experiencia. Mientras recuerdas tu experiencia, utiliza tantos sentidos como puedas para imaginar el suceso. Apunta los pensamientos, las sensaciones y las impresiones de la experiencia, incluyendo cómo te sentiste después de que acabase.
Habrás experimentado este estado en una actividad en muchas ocasiones o sólo una vez. Tu experiencia puede que ocurriese en el trabajo, durante la actividad deportiva o mientras pasabas un buen rato con tus amigos. Algunas personas experimentan fluencia a menudo; otros, raramente, si es