corto plazo. Para entrar en fluencia, la metas deben ser establecidas claramente con anterioridad, para que el atleta sepa exactamente lo que debe hacer. A medida que la actividad progresa, entonces el deportistas conoce a cada instante cuál es el siguiente paso que debe dar y es más probable que experimente la fluencia. Esto sucede por que tener una intención clara ayuda a concentrarse y evita las distracciones. Debido a que lo requerido está claramente especificado, no hay necesidad de adivinar o de dudar sobre lo que uno está haciendo.
La predisposición a este estado mental se facilita sabiendo exactamente qué es lo que se quiere conseguir. Visualizar la actividad con antelación es una manera de mantener tu mente centrada en metas claras. Simon describe la claridad del intento que alcanzó visualizando exactamente lo que iba a hacer antes de su carrera de este modo: «Casi puedes tocar o saber que puedes predecir el resultado de la prueba incluso antes de que ocurra».
Junto a la claridad del intento está la atención constante de lo que se debe realizar a lo largo de la prueba. Para la etapa final de una carrera que estaba liderando, Simon mencionaba que tenía varias metas. Éstas incluían mantenerse cerca de la cabeza; concentrarse durante toda la etapa, reaccionando rápidamente si alguien atacaba; saber exactamente qué corredores entraban en cualquier ataque súbito; controlar al menos a siete corredores en toda ocasión (ya que debía mantener cierta posición para conservar su malla de líder); y, junto con sus compañeros de equipo, mantener la carrera bajo control en la medida de lo posible, desde el inicio hasta el último puerto. Dependía entonces de Simon colocarse en cabeza en los kilómetros finales, lo que consiguió hasta ganar la etapa y la carrera. El ciclista, cuando contaba de nuevo sus objetivos, mencionó cómo los tuvo bajo control constantemente durante las tres horas de la carrera. A cada instante Simon sabía qué era lo que tenía que hacer y sentía que tenía una inacabable reserva de energía para enfrentarse a cualquier incidencia. Su atención estaba centrada en las metas, y controlarlas era, en sus propias palabras, «como un acto reflejo».
Cuando los atletas describen sus experiencias deportivas óptimas, aparecen dos temas relacionados con las metas. El primero es un claro anteproyecto de lo que se supone tiene que completarse, ilustrado por afirmaciones como éstas: «Sabía exactamente cómo iba a nadar esa prueba» y «Sabía lo que tenía que hacer». En segundo lugar, los atletas cuentan a menudo que tienen una intuición antes de una prueba de que su rendimiento va a ser bueno. Describen esto como «estar confiados para lograr un tiempo rápido», «verte a ti mismo haciendo exactamente lo que habías planeado hacer» y «sabía que en un cierto punto iba a despegar y no habría quien me parase», ilustrando así sus sensaciones positivas.
Saber por adelantado lo que uno va a hacer ocurre en el nivel inmediato, así como en un término a más largo plazo, como ilustra este jugador de fútbol americano: «En una ocasión fui a cazar un balón y sabía, cuando patearon la pelota, que iba a cogerlo». Evidentemente, este tipo de «conocimiento» no necesita ser justificado objetivamente. A menudo el deportista está equivocado, y las cosas no salen de la manera que él esperaba. Pero como aportación de una seguridad subjetiva de obtener un resultado favorable, tal conocimiento ayuda a centrar la mente en la actividad y a demarcar un escenario para la experiencia de fluencia.
COMPONENTE DE LA FLUENCIA N° 4: FEEDBACK SIN AMBIGÜEDAD
Sería imposible participar en cualquier deporte si uno no supiera, a cada instante, cómo andan las cosas o cómo le marchan a uno. Un jugador de tenis que no pudiese ver dónde caen sus golpes o un esquiador que no pudiese decir si está o no en la pista pronto tirarían la toalla. El feedback describe el conocimiento sobre la actividad que los atletas reciben, y permite la continuidad en la búsqueda de sus metas.
El feedback es un elemento claro para alcanzar el éxito, y los atletas sintonizados con el feedback aportado por sus propios movimientos y cuerpos, así como por la pistas externas en el entorno, son capaces de mantenerse conectados con lo que están haciendo y controlar hacia dónde se dirigen.
Saber que «todo estaba perfectamente bien», tener las cosas «funcionado como un reloj» o «yendo como la seda», aporta a los atletas pistas de que andan por el buen camino y claramente orientados hacia sus metas. Otra expresión que los participantes utilizan para decribir la sensación de estar en sintonía con la actividad es la de que «todo encaja». En la fluencia el individuo sabe lo que quiere, y la actividad revela que sabe que está apuntando a conseguir sus metas. El feedback es continuo, al igual que los objetivos que mantienen al atleta hacia adelante.
El tipo de feedback con el que los deportistas pueden sintonizar proviene de muy diferentes fuentes. Primero, y probablemente el más importante, es el feedback que el propio cuerpo aporta, particularmente en la forma de la atención kinestésica o del conocimiento de la situación del cuerpo en el espacio. Estar atento a la calidad de la actividad a medida que se desarrolla y ver cómo se convierte en una actividad ideal es una habilidad que permite a los atletas saber en cada instante si están creando los movimientos que quieren. Pueden realizar ajustes en la medida que sean necesarios para mantener o regresar a un nivel óptimo.
El feedback también puede ser externo al deportista. Una de las ventajas del deporte es la cantidad de fuentes potenciales de feedback que éste puede aportar. Normalmente hay otros competidores o participantes que nos dicen cómo lo estamos haciendo. Los entrenadores son capaces de darnos consejos durante la actividad o durante las pausas. Los espectadores aportan feedback abucheando o aplaudiendo. El lugar donde se desarrollan los pruebas y las instalaciones pueden también aportar feedback. Por ejemplo, un nadador sabe por la sensación de los brazos y del cuerpo a través del agua si está creando una brazada suave o, contrariamente, demasiada resistencia aerodinámica. Un jugador de tenis sabe cuando golpea con la raqueta si su posicionamiento es correcto o necesita un ajuste.
Simon explica que cuando su atención está centrada en sus metas, controlar las mismas es como un acto reflejo. Esta respuesta automática a lo que está ocurriendo alrededor de uno sucede cuando el feedback se presenta clara e inmediatamente, tal como ocurre en un estado de fluencia. Durante una carrera en la carretera las siguientes cosas son las que más preocuparon a Simon, que era capaz de obtener un claro y rápido feedback sobre lo que estaba haciendo a partir de la información que le ofrecían estos factores:
A qué marcha pedaleas; en qué posición estás situado; dónde están situados el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto corredor en el pelotón; cuáles están en la escapada; cuántos corredores están delante tuyo... todas estas cosas atraen tu atención.
Simon confiaba en que estos fragmentos de información le ayudarían a evaluar lo bien que lo estaba haciendo con relación a sus metas y a mantenerse en sintonía con su actividad, la siguiente dimensión de la fluencia que vamos a comentar. La importancia del feedback y más detalles acerca de cómo obtenerlo y usarlo para facilitar la fluencia ocupan el capítulo 6.
COMPONENTE DE LA FLUENCIA N° 5: CONCENTRACIÓN EN LA TAREA ENCOMENDADA
Cuando las metas están claras, el feedback es inmediato y tus capacidades se enfrentan a un desafío adecuado, aún necesitas toda la atención posible que puedas reunir para ocuparte de lo que tenga que hacerse. Si eres un esquiador que debe bajar una pendiente difícil, no puedes permitirte pensar en tu trabajo o en tu vida amorosa en ese momento; si tu atención se desvía de la carrera por tan siquiera un instante, hay posibilidades de que te caigas en la nieve. El luchador cuya mente divaga acabará tumbado en el suelo, y el corredor que se remonta demasiado atrás o demasiado adelante perderá el ritmo de su carrera. Centrarse en la fluencia es algo complejo y concreto, carente de pensamientos extraños que te distraigan de la tarea encomendada.
Los atletas hablan de estar centrados en su trabajo, en los movimientos que están intentando crear, de estar en marcha y mantener su concentración durante un largo periodo de tiempo. Otros temas incluyen controlar dónde están los competidores, y la escena en general, y el oír a la gente pero percibiéndola sin que sea una influencia y cause efecto. A primera vista, estos últimos aspectos puede que no encajen con la idea de plena concentración