Jürgen Weineck

Fútbol total


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de las exigencias de cada una de las capacidades de resistencia en los procesos del metabolismo.

      2.Conocimiento del efecto psicológico de cada uno de los métodos y contenidos del entrenamiento.

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      Para facilitar a continuación una clasificación de los diferentes métodos y medios del entrenamiento para las diferentes capacidades de resistencia, deberá estudiarse primero la división de los métodos de entrenamiento y el análisis del espectro de sus efectos.

      Los métodos de entrenamiento de resistencia pueden dividirse desde el punto de vista fisiológico en cuatro grupos principales:

      –Método continuo.

      –Método de intervalos.

      –Método de repeticiones.

      –Método de competición.

      El resto de formas, variantes y combinaciones pueden incluirse en este marco: el esquema de división (ilustración 30), que puede ampliarse tanto como se quiera a partir de los medios del entrenamiento, deja muy claro que los diferentes métodos y medios del entrenamiento permiten a veces posiciones intermedias dentro de los cuatro métodos principales de entrenamiento y según la modalidad de ejecución pueden dividirse de forma diferente.

       Método continuo de resistencia

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      La capacidad aeróbica puede desarrollarse mediante dos tipos de métodos de resistencia, concretamente el método continuo de resistencia intensiva y el método de resistencia extensiva.

       Método continuo de resistencia extensivo

      Dependiendo de la cantidad y de la intensidad de los esfuerzos de resistencia pueden perseguirse mediante los métodos de resistencia diferentes objetos.

      Los futbolistas que principalmente se entrenan en gran cantidad y relativamente con poca intensidad efectúan ajustes en el área del metabolismo de grasas, pero por el contrario menos en el del metabolismo de hidratos de carbono (ver más abajo). Debido al especial consumo de ácidos grasos y el aumento que a ello va unido de las reservas de glucógeno en las fibras ST, se produce sólo una supercompensación moderada de las reservas de hidratos de carbono y, por el contrario, un aumento observable de la actividad de la enzima de la betaoxidación (estructura de ácidos grasos aeróbica).

      Liesen (1983, pág.13) resume la importancia de la mejora de la capacidad de consumo de las grasas como expresión de una mejora en la resistencia física de la forma siguiente:

      –Cuanto mejor desarrollado esté el consumo de las grasas, mejor tendrá lugar el proceso de reconstitución de los fosfatos ricos en energía necesarios para acciones explosivas a corto plazo.

      –Cuanto mejor sea la capacidad de regeneración, más rápido se eliminarán las materias que producen el cansancio en los músculos y en el sistema nervioso central, como por ejemplo el lactato o el amoníaco.

      –Cuanto mejor sea la capacidad de resistencia podrá utilizarse en intensidades más altas el consumo de grasas de forma regenerativa.

      –Cuanto mejor sea la resistencia aeróbica más podrán aumentarse los hidratos de carbono, que son los responsables en general del ritmo de juego.

      Por lo tanto se utilizará un entrenamiento puramente aeróbico especialmente en los períodos de preparación para construir la resistencia básica o como «entrenamiento de mantenimiento» para una estabilización a largo plazo de la capacidad de resistencia.

      Para el desarrollo de la resistencia básica debería entrenarse en el área de la «curva aeróbica» -ésta se encuentra en un valor de lactato de 2 mmol/1, correspondiente a una frecuencia cardíaca media de 160 pulsaciones/min.. Esta forma de entrenamiento de resistencia -que también puede denominarse entrenamiento de carrera continua- puede ejecutarse en el sentido de una mejora del parámetro cardiocirculatorio (ver pág. 66): en frecuencias cardíacas de unos 140 pulsaciones/min. ya se conseguirá un volumen de bombeo suficientemente alto para un crecimiento del corazón y/o como entrenamiento del metabolismo de las grasas así como medida de regeneración.

       Método continuo de resistencia intensivo

      Para conseguir mediante el método continuo de resistencia activar el metabolismo del azúcar y conseguir un vaciado en gran medida de las reservas de azúcar con la consiguiente supercompensación, se utiliza -aunque con muchas reservas y no muy a menudo- el método continuo intensivo de resistencia. Debe tenerse en cuenta:

      –Las carreras de resistencia en el área de la curva anaeróbica deberán efectuarse sólo durante un tiempo limitado (para los futbolistas muy bien entrenados máximo de 15 a 30 minutos), ya que éstas conducen a un rápido vaciado de las reservas de glucógeno.

      –Las carreras de resistencia intensivas cansan extraordinariamente y no ofrecen ningún aliciente para «los tipo esprínter» sino que provocarán sobre todo rechazo.

      –También puede conseguirse un rápido vaciado de glucógeno, pero con mejor motivación y más específica para el metabolismo, mediante los diferentes tipos de juego (5:5 hasta 8:8). Por lo tanto debería darse preferencia a esta forma excepto en algunos casos concretos.

      –Las carreras intensivas en el fútbol sólo deberían efectuarse en relación a las llamadas carreras de pmeba, como por ejemplo el test Cooper, como posibilidad de control de la capacidad de resistencia aeróbica.

      –La conexión entre carreras intensivas y un mayor entrenamiento de juego conduce rápidamente a «quemar» al jugador, ya que tal como se ha mostrado (ver página 42), el tiempo de de recuperación para volver a restituir las reservas de glucógeno vaciadas en el entrenamiento diario sólo son suficientes en casos excepcionales.

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      En el método de resistencia intensivo se trabajará en la zona de la «curva anaeróbica» (ver pág. 85) -ésta se encuentra en una reserva de lactato de 4 mmol/1-; según la opinión general el umbral anaeróbico de los deportistas de resistencia, por lo tanto también de los futbolistas, se encuentra en un 80 % de la capacidad de rendimiento máximo -lo que corresponde exactamente la intensidad de juego promedio requerida en el fútbol- y una frecuencia cardíaca media de 174 pulsaciones/min. (ver Kindermann/Si- mon/Keul, 1978, pág. 35). La ilustración 31 muestra los comportamientos de la frecuencia cardíaca (como expresión del esfuerzo total sobre el organismo) de un futbolista profesional durante la primera y la segunda mitad de un partido de competición. Puede verse que el jugador sobrepasa a menudo la curva anaeróbica y por lo tanto tiene un estímulo fuertemente intensivo en tomo del metabolismo del azúcar.

      Atención: Para poder juzgar el esfuerzo general de