Mauricio Beuchot

Significados del pensamiento novohispano


Скачать книгу

sino que se preocupaba por el bienestar de los indios, condenando la esclavitud a la que se les sometía.

      A éste se sumó fray Bernardino de Sahagún (León, España, 1499 – México, 1590), quien fue de los principales opositores de la destrucción de las antigüedades, y se dedicó a catalogarlas y describirlas en su obra Historia general de las cosas de la Nueva España.

      La analogía cobra especial importancia en este último, pues se convierte en la herramienta para entender la cultura indígena. El empeño de conservar todo lo que pudiera de los pueblos originarios viene de una analogía de éstos con lo que él conocía: su propia cultura. De esta forma, pudo buscar las semejanzas y entender las diferencias, a pesar de la incomprensión de los conquistadores.

      La actitud del Dr. Hernández fue analógica en esta empresa, cabe decir, nada sencilla, a pesar de que contaba ya con el antecedente de algunos de los post-socráticos que lo habían intentado, entre ellos los estoicos, a quienes también el autor dedicó su atención. Operó de manera analógica también al momento de encontrar en las plantas medicinales de los indígenas un uso como el que se daba en Europa, enriqueciendo así la farmacopea de ambos mundos.

      La primera parte de su curso contiene las súmulas o compendio de lógica titulado Recognitio summularum o revisión de los compendios, porque en ella se encargó de depurar la enseñanza de muchas cuestiones inútiles o complicadas que solían contener las obras similares, aspecto que los humanistas renacentistas criticaban acremente en la escolástica.

      Después encontramos la lógica más elaborada en Dialectica resolutio o análisis dialéctico, porque contenía principalmente lo relativo a los Analíticos posteriores de Aristóteles. La tercera parte corresponde a la física, abordada en Physica speculatio, así como a la astronomía de aquella época y lo concerniente a la psicología o del ánima.

      Fray Alonso también escribió dos “relecciones”, que eran lecciones especiales o solemnes con diferentes temas. La primera de ellas, titulada Relectio de dominio infidelium (1553-1554), se trataba acerca del dominio legítimo que tenían los infieles o indios sobre sus tierras; después Relectio de decimis (1554-1555), que hablaba sobre los diezmos que la Iglesia pedía a los indígenas, abogando porque éstos fueran moderados; por otro lado, está el Speculum coniugiorum (1556), que se traduce como “espejo de casamientos”, donde defendía los matrimonios indígenas. Esta obra pertenecía a los espejos, un género literario particular que consistía en manuales donde se trataba alguna profesión, o bien, donde se indicaban pautas para los gobernantes como en los “espejos de los príncipes”.

      Fray Alonso expuso bien la doctrina de la analogía en su obra lógica, siguiendo de esa forma la línea del tomismo que aprendió en Salamanca como alumno de Domingo de Soto. Fue de los teóricos más consumados del analogismo, aspecto que supo plasmar en su estudio del matrimonio indígena antes mencionado, pues sostuvo que era válido cuando fuera semejante o análogo al cristiano, es decir, si había consentimiento por parte de los dos cónyuges.

      Mercado estudió el concepto de la analogía en su obra lógica y supo aplicarlo en su trabajo sobre los tratos y contratos, ya que allí se veía la justicia conmutativa, la cual puede verse como proporcionalidad que, a su vez, es el núcleo de la analogía. La aplicación del concepto se halla también en su postura sobre los esclavos negros, a quienes consideraba como sus prójimos y semejantes, es decir, análogos. Así, encontraba en la esclavitud una práctica algo deplorable y una mancha al nombre de los cristianos.

      Según podemos ver, tanto en la Universidad de México como en los colegios de diversas órdenes, había una excelencia académica semejante a la de Europa, representada en aquel entonces por España. Ya para el siglo xvii empezó poco a poco a recibirse la filosofía y la ciencia modernas. Hubo, por supuesto, muchos escolásticos, pero algunos de los intelectuales ya comenzaban a adoptar las nuevas ideas. La línea tradicional se dio sobre todo en la primera mitad de esa centuria, y después de la mitad comienza una renovación.

      Es precisamente en este aspecto donde se muestra el analogismo de Sigüenza; es decir, en el criollo y el mestizo, vistos como análogos, se encuentra la conciliación de lo europeo con lo indígena, tal como lo hizo en los ejemplos sobre las virtudes políticas de los gobernantes.