Alexandr Kotsiubinski

Rasputín


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ya aludida manera de expresarse de Rasputín merece que hagamos un alto en el camino. En 1893, es decir, en el momento de su «alumbramiento espiritual» (a la edad de veinticuatro años), Rasputín se apartó de la jerga común para comenzar su «curiosa prédica». Generalmente, ésta se constituía de frases de las Escrituras, sin ningún nexo de unión entre sí, trufadas de opiniones del propio Grigori.114 «Solía hablar poco y se limitaba a pronunciar frases cortas, entrecortadas y, en ocasiones, incomprensibles. Y todo el mundo tenía que prestarle una enorme atención, porque tenía en muy buena opinión sus propios pensamientos».115 «A veces hablaba con frases incomprensibles, sin preocuparse demasiado por su significado, ya que sus seguidoras se encargaban después de encontrárselo».116 Rasputín hablaba «saltando de un tema a otro ... Contaba algún episodio de su vida, después pronunciaba alguna sentencia de contenido espiritual, sin relación con el tema que venía desarrollando y, de pronto, comenzaba a hacer preguntas a alguno de los presentes ... Después se ponía en pie de un salto y decía: “Sé lo que estás pensando, querida...”». 117«Jamás pronunciaba una frase clara y comprensible. Omitía siempre el sujeto, o el predicado, o algún otro elemento de la oración. Por eso transmitir sus palabras es absolutamente imposible, tanto como comprenderlas si se anotan literalmente».118 «Me describe un cuadro patético de los padecimientos que la guerra inflige al pueblo ruso, utilizando frases cortas, inconexas y desplegando un amplio abanico de gestos ... Y, después, me suelta de sopetón: “Tontos hay en todas partes...”. A continuación regresa al tema original, a la necesidad de aliviar los sufrimientos del pueblo. Seguidamente, besa a la señora O., me aprieta a mí contra su pecho y sale a grandes zancadas dando un portazo tras de sí».119