de la elaboración del proyecto. Esta documentación debería contener toda la información relevante sobre tu trabajo, incluyendo la resolución de las tareas propuestas en este libro y todo aquello que encuentres interesante, útil o simplemente inspirador. Puedes utilizar una libreta, un documento informático o una combinación de ambos; debes elegir el soporte que te resulte más cómodo dado que vas a trabajar con ello durante todo el proceso.
Este dosier te ayudará a mantener cierto orden, a que seas más consciente de tu propio proceso evolutivo, a que aprendas de tus errores y, en un momento dado, a que puedas regresar sobre tus pasos cuando te sientas perdido y quieras volver atrás. El dosier de trabajo hace que no se te escape nada, es una especie de cuaderno de bitácora que sirve como herramienta fundamental de análisis y aprendizaje, sobre todo en las primeras propuestas. Es tu cuaderno de anotaciones pero también tu libro de consulta a la hora de tratar con todas las fases del proyecto que más adelante estudiaremos.
Como veremos posteriormente, será muy fácil adaptarlo para crear un documento de presentación de nuestro proyecto con el fin de solicitar becas, residencias, etc.
Una vez que el proyecto esté concluido, será necesario que elabores otro documento: el dosier del proyecto. Es muy importante porque te servirá para mostrar tu trabajo de la manera más idónea, por ejemplo, de cara a una galería de arte o para presentarlo a un concurso. El dosier de trabajo se convierte entonces en una pieza fundamental para elaborar el dosier de proyecto. No debes confundir estos dos documentos, piensa que en el primero vas a tener más libertad porque no deja de ser un documento de trabajo a nivel interno pero el segundo debe ser elaborado de una manera precisa, coherente y comprensible. Hablaremos de cómo redactarlo en los últimos capítulos.
Tareas y recomendaciones
Enlazadas con los diversos contenidos, planteo una serie de tareas, dirigidas a aquellos fotógrafos que quieran realizar, a la vez que avanzan con la lectura de este libro, su propio proyecto personal. Son ejercicios que yo misma he hecho y que también les propongo a mis alumnos, pues me parecen fundamentales a la hora de, como nos dirían en el colegio, progresar adecuadamente.
También incluyo algunas recomendaciones que, no siendo tan significativas como las tareas, considero que pueden resultar de suma utilidad.
Esta va a ser la primera de estas tareas:
Elige tu herramienta básica de trabajo, te propongo tres opciones:
a)Hazte con un cuaderno que, a partir de ahora, te sirva para realizar los ejercicios propuestos en este libro y, también, para tomar notas que te permitan ir avanzando con tu proyecto. Intenta que tenga un diseño algo especial que lo convierta en un objeto que te guste y con el que te sientas muy cómodo. El cuaderno te permite añadir notas en cualquier momento; intenta llevarlo siempre contigo. Puedes dibujar en él, pegar fotografías, recortes o lo que desees. Es posible convertirlo en el diario de tu proyecto personal.
b)Si te consideras más tecnológico, emplea documentos informáticos para escribir tus textos. Puedes hacerlo a través de un procesador de texto, un archivador de notas o, incluso, crear un blog privado en el que llevar al día todos tus avances. Lo fantástico de trabajar de esta manera es que puedes incluir archivos de audio, vídeo, fotografías, esquemas, enlaces a páginas interesantes o informaciones recogidas de internet.
c)Si crees que es posible llevar a cabo las dos opciones anteriores a la vez, es decir, combinar ambos formatos (cuaderno y documentos informáticos), estás ante una solución que yo considero ideal.
En cualquier caso, debes sentirte libre de hacerlo de la manera en la que te sientas más a gusto, por lo que cualquiera de las tres opciones anteriores será perfectamente válida.
©Charles Fréger, Babugeri, Bulgaria, de la serie Wilder Mann, 2010-2011
(ver página 25)
CAPÍTULO 2
En busca de una metodología
La gran variedad de maneras en las que se puede realizar un proyecto hace imposible definir una guía única para llevarlo a cabo. Por ese motivo, en este capítulo se proponen diferentes modelos que, con una estructura flexible, permiten generar amplios espacios comunes en los que sea posible encajar un enorme abanico de trabajos con diferentes particularidades.
Introducción
Cuando emprendemos una actividad nueva, es habitual sentirse un poco perdido y con cierta sensación de vértigo ante lo desconocido. Emprender un proyecto tiene muchas implicaciones y, a veces, no sabemos por dónde empezar, aunque tengamos clara nuestra meta. En otras ocasiones, los problemas surgen porque desconocemos cómo continuar tras una primera fase que se ha culminado con éxito. Incluso puede suceder que la dificultad surja al no saber cómo concluir, como les sucede a algunos escritores que van creando personajes a lo largo de su novela y que, al ignorar qué hacer con ellos según la historia avanza, encuentran como única salida ir acabando con sus vidas, dejando al lector sumido en una profunda perplejidad.
Para que todo esto no nos suceda, es de suma utilidad contar con una guía que conduzca nuestros pasos, es decir, disponer de una metodología de trabajo que nos proporcione un principio de organización que ayude a que cada una de las fases culmine de la mejor manera y que contribuya a que nos sintamos orientados en todo momento.
Sin embargo, no se puede abordar de la misma manera un proyecto documental que requiera de una gran investigación que un proyecto artístico acerca del sentimiento del propio autor ante un determinado acontecimiento familiar. Obviamente, cada artista es diferente y cada proyecto es un mundo, por lo que cada uno debería desarrollar su propio sistema, basado en sus características propias y en su particular manera de entender la fotografía y de afrontar sus trabajos.
©Lola Guerrera, Nebula Humilis
Lola Guerrera es una artista cordobesa que utiliza la fotografía como una medio para reflejar la interacción entre lo natural y lo artificial. El proyecto Nebula Humilis surge durante una Residencia Artística que realiza en México que le lleva a experimentar a través de la explosión de bombas de humo coloridas en el paisaje del desierto mexicano.
Por tanto, la dificultad surge al intentar unificar en una estructura común las prácticamente infinitas formas de abordar un proyecto fotográfico personal. Quizá en otro tipo de proyectos, de carácter científico o empresarial, tenga sentido que las cosas se hagan de una determinada manera pero cuando entran en juego la creación, los sentimientos, la emoción, las sensaciones y otros muchos aspectos de carácter subjetivo, no parece posible aportar un modelo infalible que funcione en todos los casos.
Llegar a esta conclusión, ahora tan obvia, fue algo que me tomó algún tiempo. Quizá estaba influenciada por la manera en que se suponía que había que hacer las cosas. Sin embargo, al observar con un poco de distancia mis propios proyectos, descubrí que eran muy diferentes entre sí y que se habían desarrollado de maneras muy diversas y eso tenía que significar algo. Mi conclusión fue clara, me parecía fundamental aportar una estructura flexible que pudiera adaptarse a todo tipo de propuestas, autores y maneras de trabajar. Si me movía por un andamio muy rígido, unicamente conseguiría inducir a los artistas a producir proyectos en línea, como si de una fábrica de creadores y creaciones se tratara. Y eso es, precisamente, lo que siempre había tratado de evitar como docente. Entiendo que resulta complicado, como profesora, mantener cierta distancia con el alumno que está realizando