Carlos Enrique Corredor Jiménez

Formas dignas de co-existencia


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aparente hegemonía establecida, sobre todo, en este continente americano—, tampoco se han dado discusiones sobre asuntos, al parecer mejor entendidos o más cercanos a lo que sería eso de vivir dignamente en la diversidad y la complejidad de los territorios colombianos.

      Apartándonos de la dualidad constante entre lo bueno y lo malo, la primera invitación que se hace, a partir de esta categoría de las formas dignas de co-existencia, es, específicamente, romper con la necesidad de calificar alguna cosa como buena o mala. Este modo de vivir dignamente es el mínimo de requisitos para existir en un territorio compartido, y esa primera precisión responde a varios espacios de intercambio de saberes que se han venido generando desde 2015 en Colombia, y que desde una mirada crítica y reflexiva procuran —o, mejor, provocan— la indagación sobre las formas y las lógicas por las cuales tomamos decisiones, generamos ciertas transformaciones o no; de nuevo, con el propósito de existir de una manera digna allí donde cada quién quiere ser y quiere estar.

      Para quienes desde su vida cotidiana viven mediante buenas prácticas y co-existencias, la importancia de indagar sobre estas formas dignas de co-existencia reside en visibilizar —y, por tanto, reconocer— que las alternativas prácticas al desarrollo no necesariamente surgen de los gobiernos, sino que cada vez más comunidades y colectivos de personas han reflexionado en torno al cuidado de sí mismos, del otro y de la tierra como estrategia idónea para transformar de forma positiva la relación con el territorio. Así, muchos procesos y comunidades identifican el buen vivir como un discurso desarrollista alternativo, y sus expresiones en la praxis cambian según cada comunidad que lo vive y lo experimenta, pero no existe claridad frente al concepto, debido a la mitificación narrativa y el abuso conceptual.

      Arturo Escobar insiste en que los movimientos sociales y las luchas contra el desarrollo pueden contribuir a la formación de núcleos de relaciones sociales problematizadas en torno a las que pueden surgir novedosas producciones culturales “[…] vale decir, la aparición de nuevas reglas para la formación de afirmaciones y visibilidades […] ello puede implicar o no nuevos objetos y conceptos; puede estar marcado por la reaparición de conceptos y prácticas hace tiempo descartadas […]” puede ser un proceso lento, pero también puede ocurrir con relativa rapidez (Escobar, 2012)7.

      Dentro de nuestras discusiones surgen dos variables que confluyen en la categoría que aquí proponemos como formas dignas de co-existencia: 1) la dignidad, como derecho inalienable y búsqueda final, como mínimo óptimo, y 2) la co-existencia, que define el desafío de vivir en medio de la realidad múltiple, desafiante, cambiante y compleja de Colombia.

      A partir de esto, hemos definido las formas dignas de co-existencia como estrategias implementadas desde las comunidades de base para propiciar y mantener una vida digna y un ambiente sano en el territorio. Esta categoría también responde a la búsqueda de una mejor comprensión de los procesos territoriales y en procura de dar soluciones a diversas problemáticas ligadas a la sostenibilidad de los ambientes urbano-rurales. Nuestros principales enfoques investigativos como Cátedra Unesco e investigadoras provienen del marco socioambiental y de la agroecología, en los cuales confluyen la necesidad de acercarse al sistema ecológico y a la dimensión cultural (relación sociedad-naturaleza), para entender las interacciones entre ambas dimensiones e implementar prácticas acordes con ellas. Enfoques que, desde luego, permean esta categoría emergente, y que también propenden por ayudar al esclarecimiento de estas búsquedas y propuestas.

      Deconstruimos, pues, el desarrollo para darles espacio a las formas dignas de co-existencia, que, creemos, han existido desde siempre y son las que nos permiten resistir y re-existir, pese a los desastres, las guerras y las injusticias que, en nombre del desarrollo, el progreso o el éxito, se han venido forjando en las sociedades.

      Bibliografía

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      Notas

      1 Profesora, Universidad Nacional de Colombia. Investigadora, Instituto de Estudios Ambientales. ZEF, Universität Bonn.