ser válidas y aportar información relevante y precisa sobre los antecedentes personales fisiológicos del individuo, sus enfermedades presentes, los factores de riesgo, los signos y síntomas, los hábitos actuales de actividad física/ejercicio y los medicamentos. Otra consideración es el nivel de formación del instrumento usado para obtener esta información (es decir, nivel educativo y de competencia lingüística del participante).
EXAMEN DISCRIMINATORIO AUTOGESTIONADO PARA LA ACTIVIDAD FÍSICA
Un examen discriminatorio autogestionado para la actividad física es iniciado y dirigido por el individuo con poca o ninguna información ni supervisión de un profesional del ejercicio o la salud/condición física. Las personas que quieran comenzar un programa de actividad física por su cuenta tal vez se hagan preguntas sobre si es apropiado y seguro hacerlo. Por tanto, necesitan una herramienta sencilla de usar que les sirva de guía durante el proceso. A nivel más básico, los participantes pueden seguir la recomendación del Informe sobre Actividad Física y Salud del Director General de Sanidad de Estados Unidos (1996) (23): «hombres previamente inactivos de más de 40 años y mujeres de más de 50 años, y personas con riesgo alto de enfermedad cardiovascular deben consultar a un médico antes de embarcarse en un programa de actividad física vigorosa a la que no estén acostumbrados». El participante también puede usar un cuestionario o instrumento autogestionado como el Cuestionario de Aptitud para la Actividad Física (Par-Q; fig. 2.1) (9) o el Cuestionario Discriminatorio de la AHA/ACSM de Preparticipación en un Programa de Actividad Física para la Salud (fig. 2.2), que sirven para alertar a las personas con riesgo elevado con el fin de que consulten a un médico (u otro proveedor apropiado de asistencia médica) antes de la participación (6, 7).
Otros tipos de encuestas autocumplimentadas que se pueden incorporar al proceso de detección sanitaria previo al ejercicio son: (a) el papeleo habitual que se cumplimenta en la visita a la consulta del médico; (b) procedimientos de inscripción en centros donde se desarro llen programas de ejercicio para la salud/condición física, y (c) material para promocionar la actividad física pensado y distribuido entre el público general. Cuando un participante complete un instrumento autogestionado y se recomiende autorización médica a partir de los resultados del cuestionario, el participante debe consultar a su médico y obtener su autorización antes de participar en un programa de ejercicio/actividad física. Para regímenes autogestionados de actividad física con una intensidad baja (<40% de la reserva del consumo de oxígeno
FIGURA 2.1. Cuestionario de aptitud para la actividad física (PAR-Q). (Fuente: Physical Activity Readiness Questionnaire [PAR-Q], Public Health Agency of Canada y la Canadian Society for Exercise Physiology, reproducido con autorización del Ministerio de Obras Públicas y Los Servicios Gubernamentales de Canadá, 2007).
FIGURA 2.2. Cuestionario discriminatorio del ACSM/AHA de preparticipación en un programa de actividad física para la salud. (Modificado del American College of Sports Medicine Position Stand and American Heart Association. Recommendations for cardiovascular screening, staffing and emergency policies at health/fitness facilities. Med Sci Sports Exerc. 1988; 30(6):1009-18.)
PROGRAMA DE DETECCIÓN SANITARIA PARA LA ACTIVIDAD FÍSICA DIRIGIDO POR PROFESIONALES
Dirigido por profesionales implica que la evaluación clínica/de la condición física corre a cargo de –y el programa de ejercicio ha sido diseñado y supervisado por– personal cualificado con preparación académica y conocimientos clínicos/prácticos, destrezas y capacidades equivalentes a las credenciales definidas en el apéndice D.
Las encuestas autodirigidas son eficaces para identificar a personas que se beneficiarán de una consulta médica antes de participar en un programa de ejercicio (1). Un proceso más avanzado y administrado por personal cualificado consigue mayor detalle sobre factores de riesgo de EC y signos/síntomas, e identifica un abanico más amplio de enfermedades y/o afecciones crónicas que necesitan especial consideración antes de participar en un programa de ejercicio. El programa de detección sanitaria previo a la participación dirigido por profesionales implica (a) la revisión de información más detallada sobre los antecedentes personales patológicos y la estratificación de riesgos específicos, y (b) recomendaciones detalladas para la actividad física/ejercicio, la exploración médica, la prueba de esfuerzo y la supervisión médica.
Muchas instalaciones donde se llevan a la práctica programas de ejercicio clínico y ejercicio para la salud/condición física emplean un cuestionario más elaborado sobre los antecedentes personales patológicos, diseñado para aportar detalles adicionales sobre hábitos escogidos sobre la salud/condición física y sobre la anamnesis, como el Cuestionario del ACSM/AHA (1) (fig. 2.2). Este cuestionario se puede usar como instrumento básico para este proceso, aunque se debe obtener información adicional sobre los factores de riesgo específicos de enfermedad cardiovascular (ECV).
ESTRATIFICACIÓN DE RIESGOS
Las recomendaciones para el reconocimiento médico, la prueba de esfuerzo, el ejercicio/actividad física, y la supervisión médica se basan en el proceso de estratificación de riesgos que asigna a los participantes a una de tres categorías de riesgo: (a) bajo, (b) moderado y (c) alto riesgo (tabla 2.1). El proceso por el cual las personas se asignan a una de estas tres categorías de riesgo se llama estratificación y se basa en:
•La presencia o ausencia de una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica conocida.
•La presencia o ausencia de signos y síntomas que revelen una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica.
•La presencia o ausencia de factores de riesgo de ECV.
Riesgo bajo: Las personas con riesgo bajo son las que no presentan signos ni síntomas o a los que no se ha diagnosticado una enfermedad cardiovascular, pulmonar y/o metabólica y que no tienen más de un factor de riesgo de ECV (≤1). El riesgo de un episodio cardiovascular