volar!»
Capítulo 3 Vuelo 414: una cita con la muerte
Capítulo 4 Un ángel en la montaña
Capítulo 5 En carne viva
Capítulo 6 ¡Mi niña, ¿qué te ha pasado?!
Capítulo 7 ¡Están vivos!
Capítulo 8 Me estoy muriendo
Capítulo 9 Un gran maestro llamado dolor
Capítulo 10 Y dejé de llorar…
Capítulo 11 ¡Quiero ver a mis hijos!
Capítulo 12 Por los niños de Nicaragua
Capítulo 13 Una máscara asfixiante
Capítulo 14 El sinuoso camino jurídico
Capítulo 15 Una vida pasada por el fuego
Capítulo 1 De vuelta a Nicaragua
Capítulo 2 Encontrando el verdadero sentido de mi vida
Capítulo 3 Unas de cal y otras de arena
Capítulo 4 Una respuesta inesperada
Capítulo 5 APROQUEN: ¡el mandato divino!
Capítulo 6 Sin esperar nada a cambio
Capítulo 7 Una reina llega de México
Capítulo 8 Un sueño hecho realidad
Capítulo 9 Un mundo oscuro y de aislamiento
Capítulo 10 Y el amor nos unió…
Capítulo 1 Un ser irremplazable
Capítulo 2 El peso de la soledad
Capítulo 3 «Aquí estoy… mi bailarina»
Capítulo 4 Una nueva señal
Capítulo 5 Y si el fuego aún abraza...
Testimonios de quienes han compartido este camino
Palco de honor a nuestros donantes
Ilusiones, por nuestros niños, año a año
A las 7:53 de la mañana del 21 de octubre de 1989, el Boeing 727-200 con matrícula N88705 de la aerolínea TAN SAHSA que volaba desde San José, Costa Rica, con destino final Miami, con escala en Managua y Tegucigalpa, Honduras, se estrelló contra el Cerro de Hula durante la aproximación al Aeropuerto Internacional de Toncontín, en Tegucigalpa.
135 personas fallecieron.
De los 146 pasajeros del vuelo 414 sólo 11 personas sobrevivieron. Vivian Pellas es una de ellas y este es su testimonio: cómo regresó de la muerte y cómo su vida cambió para siempre entendiendo la misión que tenía por cumplir.
Dicen que cuando quieres escribir tu biografía la hoja en blanco te reclama que eches a andar la película de tu vida; entonces… desempolvas tus miedos, haces el inventario de tus cicatrices, las del cuerpo y las del alma, las abres y las revuelves hasta que sangran de nuevo.
Muchas veces me pregunté ¿para qué sucedió todo esto? ¿Qué propósito tenía vivir lo que he vivido? ¿Por qué era yo la protagonista de una historia marcada por el dolor? Hoy sé que la felicidad está en seguir lo que tu corazón dicta, y yo la hallé en mi familia y en la sonrisa de un niño.
CARLOS PELLAS
Cuando Vivian puso en mis manos el texto final de su biografía, convirtiéndome así en el primer lector de esta obra, no imaginé que habría logrado plasmar su historia de manera tan sublime. Al terminar la lectura de lo que ahora es este libro, con lágrimas en los ojos, comprendí por qué le había tomado doce años escribirlo.
El revivir todo lo que atravesó en su vida, desde el exilio de Cuba hasta la traumática experiencia del accidente aéreo y, lo que significó la compleja y dolorosísima rehabilitación a la que debió someterse, sin duda debió ser más que un arduo ejercicio y todo un reto de temple espiritual.
Ahora lo comprendo plenamente… En todos aquellos pasajes del libro que conmovieron mi pecho, no pude contener las lágrimas, ya que no solo volvían a mi mente los tortuosos momentos por los que yo mismo pasé, sino que también me hacían recordar lo indispensables que hemos sido el uno para el otro; cómo, en los momentos más difíciles de nuestro caminar, siempre hemos estado juntos para apoyarnos, confortarnos, darnos ánimo y así vencer los retos con los que la vida nos sorprende.
Vivian menciona que yo siempre fui su inspiración, pero la verdad es ella quien lo ha sido para mí. Desde que la conocí admiro la fortaleza y positivismo de su personalidad, esos valores que le permitieron sobreponerse al desconsuelo de su exilio y a tantas pruebas que debió enfrentar desde niña. Me sorprendió más aún, la fuerza con la que abrazó a su nueva patria: Nicaragua.
Al verla soportar sus dolorosísimas sesiones de rehabilitación, me animaba a no darme por vencido, a enfrentar el dolor con el mismo coraje y determinación como ella lo hacía.
La vida de Vivian, la cual plasma con sencillez y humildad en su biografía, es de las historias más conmovedoras que he leído, pero también de las más inspiradoras que se habrán escrito. Muchas personas que enfrentan una tragedia, donde pierden inesperadamente a un ser querido o sufren un accidente que las deja con gravísimas heridas y permanentes secuelas, pasan la mayor parte del resto de la vida lamentándose con amargura y se vuelven incapaces de encontrarle una razón de ser a su existencia.
Como podrá apreciar