acontecimientos nos llevan a la teoría de los cambios actuales en términos de una mutación bio-histórica-social.
A pesar de que algunos filósofos postmodernos han desechado la idea del “sentido de la Historia”, por considerarla idealista podemos encontrar claramente un nuevo significado de la evolución humana analizando los daños al medio ambiente, como hacen los ecologistas, o analizando las proyecciones futuras de las innovaciones biotecnológicas como hace, por ejemplo, el historiador Yuval Harari9. Lejos de desaparecer el sentido de la Historia aparecen visiones críticas como las de James Lovelock que analiza la evolución del planeta Tierra como un todo orgánico10 o las visiones de Mervin Minsky que en La sociedad de la mente11 predice que la Inteligencia Artificial terminará sobreponiéndose a la inteligencia humana. El homo ecológico y el homo informático aparecen como nuevas visiones del ser humano y al mismo tiempo como alternativas históricas contrastantes con las cosmovisiones vigentes.
Por otro lado, la “socialidad” misma, o si se quiere la “sociabilidad” humana se encuentra transformada por las nuevas realidades en todas partes. No solo en los países subdesarrollados bajo la amenaza de la desintegración social sino también en las sociedades avanzadas donde las tecnologías de la información y de la comunicación crean nuevos tipos de relacionamientos a distancia, virtuales. La idea misma de “naturaleza humana” ha sido cuestionada y se encuentra en revisión.
7 Originalmente ponencia en el VII Coloquio Bariloche de Filosofía, Bariloche, 22-24 de septiembre de 2004
8 Ver: A Pérez Lindo (1996) Mutaciones. Escenarios y filosofías del cambio de mundo. Buenos Aires: Biblos; Id. (2003) El concepto de realidad. Teorías y mutaciones. Buenos Aires: Proyecto Editorial
9 Ver: Harari, Yuval H. (2016) Homo Deus: una breve historia del mañana. Madrid: Debate
10 Ver: Lovelock, James E. (1985) Gaia. Una nueva visión de la vida sobre la tierra. Madrid: Orbis
11 Marvin Minnsy (1986) La sociedad de la mente. Buenos Aires: Galápagos
2.El concepto de mutación en las ciencias biológicas
El concepto de “mutación” tiene su historia particular en las ciencias biológicas. Luego de las investigaciones genéticas de los iniciadores Gregor Mendel (1822-1884) y Thomas Morgan (1866-1945). Hugo De Vries en su obra La teoría de la mutación (1901) intentó sintetizar el alcance de esos primeros descubrimientos de la genética vegetal y animal. Más tarde, con el descubrimiento de la doble hélice del ADN por James Watson y Francis Crick en 1953 y el desarrollo de la biología molecular del gen, la mutación genética se explica por una modificación azarosa en el ADN del gen de un determinado individuo susceptible de provocar un cambio en sus características.
El concepto de mutación como fenómeno biológico tiene, pues, sus explicaciones específicas en la Biología. Teóricamente se distingue claramente del concepto de mutación bio-histórica del que estamos hablando. Sin embargo, hay quienes han sostenido la necesidad de asociar la evolución social a la evolución biológica. El transformismo de Jean Baptista Lamark (1744-1829) suponía que cambios de hábitos prolongados en la especie producían mutaciones en la descendencia. Lo que fue refutado primero por Darwin y mucho más tarde por la biología molecular del gene.
Más tarde, Herbert Spencer (1829 – 1903) argumentó que la evolución parte de lo biológico pero se prolonga en la vida social. Creó así una visión evolucionista social (cercana al positivismo). Su visión etnocentrista y racista (sostenía la superioridad de la cultura europea) provocó grandes rechazos. Pero dejó sentada una interpretación evolutiva donde triunfan los más fuertes, con lo que anticipó el darwinismo social que aún hoy tiene muchos partidarios entre neo-liberales y otros grupos. Edward Wilson en su libro Sociología. La nueva síntesis (1975) intentó sistematizar esta perspectiva tratando de reafirmar las bases biológicas de los comportamientos sociales.
Desde un punto de vista opuesto Emile Durkheim (1858-1917) fue uno de los teóricos de la sociología que buscó afirmar el principio según el cual lo social debe explicarse por lo social. Alain Touraine es otros de los sociólogos contemporáneos que siguió este principio poniendo de relieve la importancia decisiva de la acción social de los individuos y grupos humanos.12
Edgar Morin se encuentra entre los que han intentado mostrar las articulaciones, entre las distintas dimensiones de la vida humana: lo biológico, lo histórico, lo social, lo cultural, lo psicológico.13 La realidad humana evoluciona según Morin como un proceso bio-psico-social. La disociación entre lo biológico, lo psicológico, lo social, lo cultural, según el autor se reproduce por la compartimentación de las diferentes disciplinas de las ciencias humanas y sociales.
Ahora bien, hay quienes pretenden rescatar la unidad de las dimensiones del ser humano desde una teoría holística biologicista. Es el caso ya mencionado de James Lovelock quien considera que la unidad de lo viviente se define a nivel de la unidad del Planeta (Gaia) y la intervención humana no ha hecho más que destruir las fuentes principales de la vida: el aire, la tierra, los mares, los ríos, los animales, los bosques. La Sociobiología de Edward Wilson ya mencionado también se afirma como un determinismo biológico desde la unidad genética y orgánica de los seres humanos.
Este recorrido sumario por diferentes teorías que vinculan los cambios sociales con lo biológico o lo social ha tenido como objetivo adoptar algunas distinciones respecto al concepto de “mutaciones bio-historicas”. Ni podemos separar lo biológico de lo social, ni podemos admitir un determinismo reduccionista que explique la evolución humana desde una sola dimensión. Las ciencias sociales empujadas por la defensa de la autonomía epistemológica crearon visiones sesgadas olvidando que las relaciones sociales están inmersas en lo biológico individual y en los entornos naturales.
Sin comprometernos con las teorías que explican lo social por lo biológico, creemos que no se puede ignorar que la “vida social” es ante todo “vida”, que depende de la existencia de individuos vivientes y de entornos naturales bien concretos. Nos acercamos más bien al “pensamiento complejo” de Edgar Morin que analiza la sociedad en términos de una articulación bio-psico-social. 14
12 Ver: Touraine, A. (2016) El fin de las sociedades. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica
13 Ver: Edgar Morin (1972) El paradigma perdido. Ensayo de bioantropología. Barcelona: Kairós
14 Ver: Edgar Morin (1994) Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: Gedisa
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