Fran Nieto

Fotografía Macro


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a apenas unos pocos centímetros del sujeto (entre uno y cuatro normalmente). Esto impide fotografiar sujetos inquietos, que huirán, y bloquea una buena parte de la luz que recibe el modelo. Si optamos por emplear el flash incorporado veremos que su situación es muy poco adecuada para iluminar correctamente una toma tan cercana y son escasas las que permiten emplear unidades de flash externas, que nos facilitarán contar con una iluminación mucho más controlada,

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      El botón de previsualización de la profundidad de campo nos permite ver con claridad la zona de nitidez que conseguiremos.

      Es muy difícil desenfocar el fondo de la toma con una compacta dado el tamaño reducido de su sensor. Por otro lado el mecanismo de autofocus no suele ser muy eficaz en macro, por lo que sería recomendable adquirir un modelo con enfoque manual. En cambio la profundidad de campo que ofrecen es muy grande debido a que el sensor tiene un tamaño muy reducido.

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      Poder trabajar en modo manual es una gran ventaja, y aunque parezca increíble nos ahorrará mucho tiempo.

      Otro problema que suelen tener las compactas es el retraso existente entre el momento en que apretamos el disparador y el de la toma, que puede alcanzar el medio segundo. En escenas de acción se hace muy complicado captar una imagen interesante.

      image CÁMARAS ‘BRIGDE’

      Están a camino entre las compactas y las réflex, con las que comparten el sistema de visor pero no la posibilidad de intercambiar lentes. Estos visores evitan el error de paralaje, pero en muchas ocasiones son electrónicos y poco adecuados para determinar con precisión el enfoque. No cambiar las lentes reduce mucho la aparición de manchas en el sensor (aunque no las evita por completo ya que pueden entrar por otro lado o estar motivadas por el aceite del objetivo).

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      La medición puntual permite una mayor precisión para determinar la exposición correcta.

      Suelen tener lentes zoom mucho más amplias que las compactas pero las distancias de macro rondan uno o dos centímetros, por lo que comparten problemas con las compactas. A algunos modelos se les puede acoplar lentes macro (como las Raynox) y trabajar con distancias focales mayores y por tanto más lejos del sujeto.

      El tamaño de los sensores es intermedio entre las réflex y las compactas, lo que permite un mayor control del desenfoque del fondo al tiempo que mantienen una interesante profundidad de campo. El no contar con espejo (unido a su menor tamaño de sensor) nos permitirá disparar a velocidades inferiores a las que toleran las réflex. Además casi todas permiten disponer de histograma en tiempo real, algo que, por desgracia, no ha llegado a muchas réflex.

      image CÁMARAS RÉFLEX

      Este tipo de cámaras, gracias a su pentaprisma y a su espejo, nos permiten ver a través del visor que es exactamente lo que va a salir en la toma, independientemente del objetivo que empleemos. Además cuenta con un peso y volumen aceptable y a unos precios cada vez más asequibles, al menos en los modelos menos profesionales.

      Es prácticamente imprescindible que elijamos un cuerpo de cámara que cuente con botón de previsualización de la profundidad de campo, lo que nos posibilitará poder controlar con precisión la zona que realmente se encuentra enfocada antes de tomar la fotografía. El diafragma permanece completamente abierto para que el visor disponga de la máxima cantidad de luz posible, y facilitar así la composición y el enfoque. Cuando presionamos el botón de previsualización el diafragma se cierra al valor que hayamos seleccionado. Al llegar menos luz al visor veremos todo más oscuro pero podremos apreciar qué zonas quedan enfocadas y cuáles no. Si el visor se oscurece demasiado deberemos dejarle tiempo a nuestra pupila para que se adapte a la nueva situación lumínica y vuelva a permitirnos la visión. Esta opción no es del todo imprescindible al inicio de nuestra andadura por la macro, pero enseguida la echaremos de menos.

      También debemos pedirle a nuestra cámara que puedan seleccionarse el diafragma y la velocidad de forma manual, para poder asumir nuestros aciertos y aprender de nuestros errores. Si bien los programas de exposición automática representan una gran ventaja en otras facetas de la fotografía, desde luego en macro apenas sirven de ayuda, y la imposibilidad de cancelarlos y optar por una exposición manual es una seria limitación. Muchos fotógrafos de macro apuestan por el modo de preferencia al diafragma, donde nosotros elegiremos el diafragma y la cámara la velocidad de forma automática. De esta suerte nos veremos liberados de la necesidad de ajustar la velocidad mientras mantenemos un total control sobre el diafragma. Aunque para conseguir exposiciones totalmente correctas necesitaremos manipular también el botón de compensación de la exposición, como veremos más adelante.

       Para los que no tengan botón de previsualización

      Podemos paliar la falta de botón de previsualización liberando la óptica como si fuésemos a retirarla. Lo haremos lentamente; en determinada posición la palanca de apertura del diafragma queda suelta y el visor se oscurece de la misma manera que hemos comentado. El problema es que si no tenemos cuidado y la giramos más de lo debido nos puede caer el objetivo al suelo.

      Si estamos iniciándonos con nuestra cámara o trabajamos en situaciones de luz realmente complejas, será conveniente que la cámara disponga de la opción de horquillado (bracketing). Esta función sirve para que la cámara exponga un número determinado de fotogramas a partir de la que supone correcta y las demás con unos parámetros de sobre o subexposición que nosotros definimos. Lo habitual es obtener tres o cinco fotos, con variaciones de un punto positivo y negativo sobre la central. La ayuda que nos brinda el histograma y las posibilidades del revelado RAW hacen que exponer en digital sea mucho menos crítico que sobre emulsiones químicas, pero en ocasiones es más rápido hacer bracketing que valorar la toma e intentarlo de nuevo. Aunque, siendo sincero, es una función que nunca he utilizado en ninguna de mis cámaras.

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      Una cámara con un sensor de calidad es imprescindible para captar detalles finos en toda la superficie de la toma.

       Nikon D800 con MicroNikkor 105 mm 1:2,8 a f/8 y 1/40.

      El autofocus, a pesar del gran avance que ha experimentado y de los excelentes resultados que ofrece en otras modalidades como la fotografía deportiva, es prácticamente inútil en macro y más un estorbo que una ayuda, por más que incluyan sistemas de enfoque predictivo y otros enormes avances tecnológicos. Como hoy en día es casi imposible adquirir cámaras que no tengan autofocus, hemos de buscar una en la que se pueda desactivar y nos permita la elección del plano de enfoque de modo manual.

      Si nuestra cámara cuenta con fotómetro de medición puntual, además de ponderada o matricial, tendremos un poderoso aliado a la hora de determinar la exposición correcta en cualquier situación.

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      El enfoque automático es prácticamente inútil en macro, salvo en tomas con muy poca ampliación y sujetos de mucho contraste.

      Cuando el sistema de enfoque se basaba en los sistemas de imagen partida y microprismas, sucedía que era realmente complicado enfocar a través del espejo y los fabricantes ofrecían pantallas de enfoque alternativas que no incluían estos elementos y eran totalmente lisas para que tuvieran la mayor luminosidad posible. Con las cámaras digitales es bastante sencillo enfocar si tenemos una óptica luminosa y una cámara bien diseñada, además la ayuda que