Germán Darío Cardozo Galeano

El retorno del enemigo


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el dolor de un padre por perder a su hijo se hacía presente, Sofía lloraba y gritaba, mientras a Mercedes le temblaban las piernas. Los rumores del día siguiente mencionaban que un niño que no pasaba de los diez años era el que le había disparado y asesinado, al joven de 14, porque no le había pagado el perico que estaba consumiendo; además, afirmaban que era el nuevo líder de la pandilla Los Caninos.

      En horas de la mañana, la familia de Maicol comienza a hacer una colecta para las exequias, pues no tenían recursos económicos; los vecinos del barrio se solidarizaron y apoyaron a estas personas en desgracia. Al día siguiente fue inhumado el cadáver de Maicol y aparentemente todo volvió a lo cotidiano de la vida. Por esos días, Mercedes se dirige a la IE Sembradores del presente - forjadores del futuro, para matricular a Sofía, sin embargo, no la lleva a clases; por su parte el maestro Pablo comenzó a darse cuenta que había una niña en lista, pero jamás había asistido; situación que reportó inmediatamente a coordinación, donde le dieron la instrucción que si no llegaba en esa semana, se excluyera para darle el cupo a otro estudiante.

      Llegada la tarde, Pablo estaba acompañando y compartiendo clases con su grupo, cuando una visita inesperada lo interrumpe; escuchó una voz tan familiar que lo emocionó y llenó de alegría: ¡hola profe!, al mirar hacia la puerta del salón, observa a un pequeño de diez años. Es Brandon. Pablo se dirige a la puerta, saluda al niño con cariño, él lo abraza fuertemente y no para de decirle: profe, mi profe, ¡qué alegría!, todo a media lengua, porque el niño tiene una condición en su lenguaje que impide que articule correctamente las palabras.

      Pablo le dice: ¡que gusto verlo!, pero ¿Acaso no estaba en un hogar de Bienestar Familiar?

      Brandon le responde: Si profe, pero yo me les escapé a esos pirobos, y me vine al barrio, aquí nadie se mete conmigo.

      No diga groserías, le replicó Pablo, cogiéndole la cabeza, y continuó preguntando ¿dónde y con quién está viviendo?

      El pequeño Brandon le dice: en la casa que era del “flaco” y vivo con un primo, porque mi mamá y mis hermanos están en la cárcel. Ya llevo seis meses por aquí, y ahora soy el jefe de Los Caninos, ¡bueno!, mi hermano René, el mayor, al que le dicen “caremuerto” me da las indicaciones desde un celular que tiene en prisión; él organiza todo desde allá, toma todas las decisiones y el que no las siga, lo manda matar, por eso, todos me obedecen, y se sonrió.

      En ese instante, el rostro de Pablo empalideció, sintió un dolor muy grande en su corazón y un vacío en el estómago, y tomándolo en sus brazos le dijo: Brandon, mijito no siga por ese camino, usted está hecho para cosas grandes e importantes, no para dañar su vida y la de los demás.

      Brandon le dijo: ¿sabe algo profe?, hace pocos días me tocó darle piso a una pichurria que había llegado al barrio, porque no me quería pagar una mercancía. Si no hago eso, me la monta esa gonorrea y todas las pichurrias del barrio. Ahora sí saben que conmigo no se juega, y soy reconocido como el primo de “el flaco” y el hermano de “caremuerto”, él pronto saldrá de prisión porque está a punto de cumplir una condena de 5 años y volverá al mando de nuestra pandilla.

      Pablo comprendió que Brandon había seguido los pasos de su familia, y que ya no trataba con un niño inocente sino con alguien que a su corta edad había perdido su inocencia y ahora era muy peligroso, así que decidió por su integridad y seguridad de toda la comunidad educativa, no ahondar más en el tema. Solo le reiteró que él podía ser una mejor persona, que saliera de ese camino. Brandon lo volvió a abrazar, y le dice: gracias profe, usted es de las pocas personas que me han ayudado, lo llevo en la buena. Despidiéndose marchó a su destino.

      Por su parte, Pablo con aire entristecido, ingresa al salón y les dice a sus pilosos, que sueñen con ser grandes personas, que le hagan el bien a los demás, que estudien, se preparen para salir adelante, que ellos pueden superarse cada día y aportar a sus familias, al barrio, a Soacha y por supuesto a Colombia.

      Finalizando la semana, un nuevo miembro llega al curso del profesor Pablo, es una pequeña de ocho años, como siempre en la puerta recibiendo a sus estudiantes, el profe saluda a la pequeña y le da la bienvenida, le pregunta ¿cuál es su nombre? Ella le responde con voz muy suave a causa del temor y timidez que genera ese primer día de clases: me llamo Sofía. ¡Por fin tengo el gusto de conocerla!, le dijo Pablo y haciéndola seguir al curso, se la presentó a sus compañeros y le asignó una silla; pidió un aplauso de bienvenida haciéndola sentir bien en un lugar extraño donde ya hay vínculos de amistad y confianza entre los miembros del grupo. Pasado un instante, Cristofer, un pequeño de nacionalidad venezolana, que se caracteriza por su respeto, amabilidad, colaboración, liderazgo y buen desempeño académico y convivencial, saluda a Sofía. Pablo le dice: a partir de hoy Cristofer va a hacer su padrino pedagógico, para que la ayude a nivelar en los temas que hemos trabajado; los menores sonríen con un gesto de agrado.

      En un lapso de cinco minutos, el profesor comienza a dictar los temas del día, y desplazándose por el salón, va observando la manera como escriben los estudiantes, les corrige ortografía, uso de mayúsculas y signos de puntuación. Al llegar donde Sofía, se da cuenta que la niña no está escribiendo, la mira y le pregunta ¿por qué no escribe? Y retomando lentamente el dictado para que la menor tome nota, evidencia que no lo hace. Continúa la clase, luego llama a Sofía y le indaga la razón por la que no escribe, ella lo mira y le dice suavemente: yo no sé escribir profe, el año pasado no estudie. Pablo le dice: tranquila, no se preocupe, esta tarde hablo con sus papás.

      Y así lo hizo, al terminar la jornada, al momento que llegó Carlos por la pequeña, Pablo le comenta la situación. Carlos por su parte le dice que efectivamente el año pasado no había estudiado, pero que la niña si escribía y leía. ¡Bueno señor! En ese caso usted debe reforzar en casa poniéndola a leer y escribir, para que vuelva a adquirir el hábito y no obstaculizar el proceso de la menor, porque de no ser así, no podrá adquirir las competencias de este grado escolar. Él quedó comprometido a hacerlo y que semanalmente preguntaría acerca de los avances del proceso académico de la niña dentro del aula de clase. Pablo volvió a hacerle énfasis en la situación actual que puede no solo detener el proceso académico sino afectar la emoción y autoestima de Sofía al no tener un rendimiento acorde con los estudiantes del curso, sabiendo además que no tiene ninguna condición de discapacidad, trastorno o dificultad de aprendizaje.

      Al llegar a casa, Carlos le dice a Mercedes que tiene que poner a repasar a la niña, que el profesor se había dado cuenta que no leía ni escribía, luego, todos en la cama se ponen a ver televisión.

      Pasó rápidamente un mes y nuevamente en noticias salen los contagios de muchas personas en el mundo a causa de un virus al que denominan COVID-1917 y ya se habla de que es una pandemia que está cobrando muchas vidas en el mundo entero; menos mal nosotros estamos bien lejos de esos lugares −dijo Mercedes−, eso no llega por aquí, palabras pronunciadas en el ocaso del 25 de febrero.

      A partir del día siguiente, en todos los medios de comunicación, radio televisión, redes sociales, noticieros y periódicos solo se habla de los contagios y muertes de personas a causa del virus, un enemigo microscópico que estaba poniendo en jaque a toda la humanidad. Por primera vez en muchos años, el ser humano estaba perdiendo una de sus características: ser social por naturaleza18 o afectando su “pacto social”19, de una u otra, lo cierto es que comenzaba un aislamiento y confinamiento de las personas dejándolas sin ningún tipo de contacto entre amigos, vecinos ni conocidos. Para ese entonces, medidas necesarias para salvar vidas. En Colombia, Mercedes no se perdía ni un minuto de la información que bombardeaban los noticieros; ya estaba surtiendo efecto un pánico mundial; sin embargo, la mujer decía: menos mal estamos lejos, eso le da a gente de otros países.

      Y así pasaron los días hasta cuando el viernes 6 de marzo el Ministerio de Salud confirma el primer caso de COVID-19 en Colombia20, lo adquirió una connacional proveniente de Milán, Italia; se comienzan a disparar las alarmas. En Soacha, los medios locales de comunicación tales como Periodismo Público.Com21, Periódico CVe, Noticiero Momento 24 del canal HV televisión, Radio Rumbo y Emisora Punto Cinco, desde hace una semana estaban haciendo reportajes acerca del lanzamiento de la última novela