—Pero eso para la política es perfecto.
No creas, el ombligo hace mucha falta, uno nunca se da cuenta de lo del ombligo si no en dos circunstancias: cuando quieres saber si alguien está de frente o de perfil, y es muy útil; también lo recomiendo mucho a los aficionados a la televisión, yo soy muy aficionado al fútbol, como verán, a ver fútbol por televisión, es muy bueno llevar apio a la cama, y echas la sal en el ombligo, entonces estás comiendo. El ombligo parece feo pero es muy muy práctico, de modo que yo lo recomiendo mucho. Ernesto no ve televisión porque no puede, porque le falta el ombligo para la sal y el apio.
—Siendo periodista tener un hermano Presidente debe ser muy difícil, muy complicado, ¿te ayudó el humor en ese sentido?
Si Dios quiere castigar a un periodista, hace a su hermano político, y ahora eso le pasa a Enrique, el hermano del Presidente Santos, que ha sido mi compañero entrañable durante cincuenta años de periodismo; hemos llevado unas vidas paralelas, solo que él se consigue las chicas atractivas y a mí me toca mi mujer, y Enrique ya está viviendo eso, y yo me comunico mucho con él y me dice “ahora entiendo lo que usted me decía, ser hermano de Presidente es una tragedia para un periodista”. Yo dejé de serlo en Colombia, seguí siéndolo en España, que es donde vivo hace muchos años, cuando fue elegido como candidato del Partido Liberal; dije “un país que elige a mi hermano candidato del Partido Liberal, no, no puede ser”.
—¿Te autoexiliaste o ya vivías en España antes?
No, ya vivía en España, me habría exiliado en ese momento, pero ya vivía antes en España. Pero entonces ahí ya resolví que no volvía a Colombia por un tiempo, y durante dos años de la campaña y cuatro del gobierno y dos más dejé de escr ibir, durante ocho años no escribí columnas, no opiné, no dije nada, porque creo que el lector tiene todo el derecho a desconfiar de lo que uno le diga, porque teniendo una cercanía con un tipo muy poderoso no se puede ser independiente, no puede ser.
—¿Cómo se combina el humor con el periodismo de investigación que tú has ejercido en Colombia?
En el ejercicio periodístico he tenido ocasión de escribir columnas de humor; tengo una columna de humor desde hace no sé cuánto, veinticinco años, en una revista de El Tiempo que se llama Carrusel, y he hecho periodismo de investigación. Uno puede hacer todo eso, pero tiene que saber cuándo no se mezcla. Para hacer el trabajo periodístico de investigación éramos profundamente rigurosos, ahí no había las libertades que uno se puede conceder como humorista, era de un rigor absoluto. Pensando que hay un juez chiquito sentado encima de tu escritorio, entonces tú dices una palabra y él te dice “¿dónde está la prueba?”, aquí está la prueba. Ese es el espíritu con el que hay que trabajar en el periodismo de investigación, y la redacción del trabajo investigativo es con ese espíritu. De ahí en adelante si tú puedes probar cada palabra que hay allí, le puedes poner o le debes poner un poquito de agilidad y un poquito de amenidad hasta donde se pueda, pero no es una columna de humor. Una columna de humor se puede hacer mucho más libre, se pueden decir muchas barbaridades.
—O sea el humor te permite decir cosas que el periodismo serio no te deja decir del todo.
Yo creo firmemente también, hablando siempre del humor, en lo que decía el gran Millôr Fernandes, el gran humorista y filósofo brasilero, que decía “la mordaza aumenta la mordacidad”. Eso es verdad, eso lo demostró, por ejemplo, Brasil. En Brasil, en la época de los militares, de la dictadura militar, ¿quiénes sacaron la cara por la gente, por pedir derechos, por exigir un cambio? Cantantes y humoristas. A los otros, los políticos, los perseguían, los mataban, los metían a la cárcel. Cantantes y humoristas. O Pasquim fue la gran publicación satírica de Brasil en esa época, era demoledor incluso con sus silencios, y las canciones de Chico Buarque y de otros de los grandes cantantes. La dictadura llegó a prohibir las letras de varias de esas canciones, y ¿qué hacían los cantantes brasileños? Salían al escenario, como estaba prohibida la letra pero no la música, porque ya hay que ser una dictadura muy jodida para prohibir la música, entonces ponían la música y la gente cantaba, es decir, quince mil personas cantando las canciones de Chico Buarque. Entonces Chico Buarque simplemente callaba y arribaba el micrófono y quince mil voces cantaban la canción. ¿Cómo metes tú presos a quince mil muchachos que están cantando?
—Ese es quizás el inconveniente del periodista que usa humor, que la forma de desautorizarlo es decir “bueno, usted es un payaso, no se lo puede tomar en serio”. ¿Cómo se hace con eso?
No, yo creo que uno tiene que saber que le van a decir eso, es decir, cuando tú entras a pelear y acudes al humor, en este caso, por ejemplo, decir “ah, ese es un payaso, ese tipo no vale la pena”. ¿Por qué? Porque el humor es un arma muy buena, y una persona cuando tiene la posibilidad de escoger entre un libro de Kant y un libro de Woody Allen siempre escogerá a Woody Allen, pero dirá que lee a Kant, porque el humor tiene menos prestigio que la alta literatura, siendo que, repito, el humor ha sido la fuente o el rodamiento, el rodaje de grandes obras literarias. Por ejemplo “Una modesta proposición” de Swift, en que había que comerse a los niños. Eso es directamente humor, y hubo, no sé, no le debería decir, pero hubo sacerdotes que no entendieron bien el sentido de la cosa y se comieron a los niños.
—¿Cómo pasas del humor al periodismo serio? ¿Hay alguna rutina que te permite meterte en un mundo o en el otro?
Yo no cambio mi manera de ver la sociedad ni mi manera de sentir el país cuando escribo humor o cuando escribo relativamente en serio, sigo siendo el mismo, solo utilizo mecanismos distintos. Así como duermo con un pijama muy sexy que nunca llevo a las fiestas para bailar, bailo con una ropa especial que tengo para bailar, es decir, es un traje distinto, pero sigo siendo el mismo.
—¿Cómo diferenciar, cómo no equivocarse de tono?
Es que uno siempre tiene, como periodista, como escritor, tiene sus ídolos, yo tengo mis ídolos y mi máximo ídolo, por lo menos en esa materia, es don Francisco de Quevedo. Quevedo es el tipo que con la misma mano escribió los más hermosos sonetos de amor que hay en la lengua castellana, los más bellos sonetos metafísicos, y los más graciosos poemas escatológicos que se conozcan. Parecería que no fuera el mismo, es el mismo…, y también se puede ver en Cervantes, en Lope, las cosas que escribieron esos tipos eran de esa naturaleza, es decir, una especie de aproximación al ser humano extraordinaria como es la del Quijote, pero también mezclada con otra serie de elementos, las páginas escatológicas de Cervantes son extraordinarias. Ellos no tenían este problema de que o usted escribe sobre humor o usted es un tipo serio en política, eran pluridimensionales.
Esta unidimensionalidad es un invento nuevo nuestro, contra el cual yo modestamente me rebelo. Lo que sí trato es de no utilizar los instrumentos inadecuados. Hay cirujanos que también son aficionados a la electricidad, pero nunca, nunca tratan de arreglar un enchufe con un bisturí y nunca mucho menos abren a un paciente con unas tenazas, es decir, saben que cada cosa tiene su instrumento.
—¿Cómo es tu humor, cómo lo verías tú?
No sabría cómo definirlo, yo tengo la idea de que el humor es primo hermano de la ternura, es decir, que al humor se puede llegar muy rápidamente por la vía de la ternura y que del humor se puede salir por la vía de la ternura. También tengo clara la idea de que lo opuesto al humor no es la seriedad sino la solemnidad; la seriedad no riñe con el humor. También sé que hay distintas clases de humor; por ejemplo, el humor inglés se parece más a lo que tú dices, es un humor heredado de Ben Jonson, que fue este dramaturgo de la época de Cervantes que realmente inventó el humor inglés, que es un humor de tolerancia.
—El don, ese don del que tú hablas, ¿has llegado a racionalizarlo, has llegado a pensar en el don que es el humor? ¿En el caso tuyo de dónde viene, de la universidad con los jesuitas?
Ese es un buen chiste (risas).
—Sí, es que ha creado