que buscar un personaje que diga eso?
Probablemente haga un tipo como tú y yo conversando diciendo “yo creo que”. Cuando no puedo resolver una imagen busco la forma de resolver la idea. Por ejemplo, me pasó una vez que yo tenía esta idea de un sauce llorón y dos álamos al lado que le gritaban “¡niñita, niñita!”, pero entonces, como no sabía cómo resolverla para que fuera buena, lo que hice fue a un tipo presentando un cartel con un dibujo muy rápido de un sauce llorón y unos álamos y el tipo dice “bueno, hoy día no alcancé a hacer la viñeta, pero la idea era esta”. Entonces resuelvo la idea con un recurso. Ahora, ese es un proceso obviamente más pensado, pero que me parece igualmente válido o no sé, ponte tú. Todo el tema del metahumor, Liniers es un maestro en eso, uno de los chistes que más me gustan de él es este: se ven dos tipos nadando en el mar y en el fondo se ve una isla y arriba en el texto lo único que dice es “dos meses antes de un chiste de náufragos”. Entonces, es tanto lo que implica y tan sorpresivo el asunto, que el tipo no necesita ilustrar el chiste de náufragos. A eso voy yo, probablemente no necesite ilustrar el proctólogo del universo.
—Pero podrías ponerle también una imagen que no tenga nada que ver, una imagen del universo o de un telescopio, o de un astrónomo.
O ahora pensando… podría poner una imagen del universo o de un agujero negro y al lado en otra viñeta Dios en el proctólogo, ¿te fijas? Y hago eso, resuelvo toda la misma idea. Pero no lo sé, cuando me siente a hacerlo... creo que me gusta más así, de hecho. No lo sé, ahí lo veré.
—Cuando queda resuelto, hay un trabajo también grande desde que la idea resulta hasta que la idea se transforma en una imagen.
La verdad es que la técnica es bastante simple, pero más allá de eso no es aburrido, porque algo que me gusta mucho del tema del dibujo es que tú eres un pequeño dios en este asunto, entonces tú tienes en la cabeza algo, pero resulta algo que no necesariamente es lo que tenías en la cabeza. Ese proceso es como un dar a luz constante, entonces tiene un encanto especial para mí. Me pasa que a veces veo un dibujo y digo “guau, de dónde salió esto, ¿de dónde salió este oso?”.
—¿Cuánto te demoras desde que tienes la idea hasta el dibujo final?
Cuarenta minutos desde que tengo la idea hasta que está subida en el blog. Hago los colores en digital, si no no te alcanza el tiempo y no lo puedes corregir, que además me parece algo muy importante en estos procesos, la capacidad de darte vuelta en la mitad del camino y cambiar todo. A veces subo una viñeta con un texto determinado y veo el texto y no tiene sentido y le pongo un texto nada que ver después.
—¿Eres muy seguro de tus ideas? Por ejemplo, cuando terminas un dibujo, ¿no existe una persona a la que tú te acerques y le digas “oye, mira, qué te parece esto?”
Mi mujer. Le muestro todo. Si a ella no le gusta, sé que va a ser muy exitoso (risas).
—Después de todo, eso es lo que le pasó contigo.
Pero si le gusté y soy exitoso. No funciona tu teoría.
—Eso es lo que crees tú. ¿Te importa que la mayor parte de los lectores entiendan tus chistes o te basta con que una minoría selecta se ría?
A mí me pasa que a veces yo tengo una idea, la encuentro sumamente graciosa y cri cri cri... Entonces, o no lo entendieron o no gustó o fue muy abstracto, entonces no es que yo estoy tratando de hacer un chiste que sea críptico y me sale al revés. Gary Larson tiene un chiste fantástico donde se ve una selva y los árboles, hay una lavadora, una licuadora, en el piso hay una secadora, una cocina y abajo en el texto dice: “Niños, ¿cuántos objetos de casa ven en esta imagen?”. Es bastante obvio el tema de cuáles son objetos de casa y cuáles no, y lo gracioso está en eso, en la estupidez, y es muy loco porque yo alguna vez leí una entrevista de Larson que decía que nunca en la vida había recibido tantas cartas como por ese chiste, pidiendo que por favor explique a qué se refería, o sea cuál era la idea superior que él estaba tratando de transmitir y en realidad lo que el tipo estaba haciendo era una estupidez y él se reía de eso.
—¿Pero el resultado que tú buscas es la risa?
No, yo en ningún caso busco la risa. Yo, lo que me gustaría es que la gente cuando lea las viñetas, no todas, y además hay muchos y variados gustos, digan “qué buena idea, o qué genial”, no “qué genio que sos”, en ningún caso “qué genial el punto de vista”.
—O “¡qué cierto!”.
O “qué cierto”, o “tiene toda la razón”. Como es una opinión, busco todo ese tipo de respuestas, mas no la risa en sí. Si se ríe alguien, bueno, bien, y si no, no. Por eso a veces me da risa en el blog, ponen cosas así como “no me reí ni un poco, es el chiste más fome de la Tierra”, y es como “cambia de blog”.
—Con Condorito la gente se ríe de lo fome que es.
Hay un ilustrador que se llama Max Cachimba, argentino, que también es como un cultor de esta idea del chiste absurdo, que tiene un chiste maravilloso en que se ve un pato grande y patitos chiquitos atrás. Entonces el pato grande dice cuac, el siguiente dice cuac, cuac, cuac, y el último tiene una corneta metida en el culo y la corneta dice cuac. Es la hueá más estúpida del mundo, pero yo no pude parar de reírme dos horas. O, ponte, Gustavo Salas, quien es el que hizo el prólogo de mi último libro, tiene un chiste en que se ve que se acerca un tipo a una vaca y la vaca le dice “¿quieres un daikiri?”, y el tipo le dice “ya”, entonces la vaca saca de las ubres y le da un daikiri y el tipo le dice “guau, no sabía que las vacas podían hacer daikiris”, y la vaca se saca la cabeza y era una gallina, y dice “Es que no soy una vaca”. Entonces hay mucha gente a la que yo le enseño eso y dice “esto es una idiotez, es fome” y yo realmente lo encuentro genial. Entonces también tiene que ver con cuáles son mis gustos, cuál es mi background. Mi viñeta favorita en el mundo es una viñeta donde se ve el Polo Sur, así la vastedad de lo blanco, y a lo lejos, chiquitito, se ve un pingüino caído y justo al lado del pingüino una cáscara de plátano, entonces es tan absurdo a tantos niveles que para mí es la gloria del humor gráfico. ¿Qué hace una cáscara de plátano ahí, por qué se resbaló si tenía todo ese espacio? Entonces eso.
—¿Tú sientes que el humor tiene que ver algo con la agresión?
Como una forma de vivir cierta agresividad secreta, sí. Tiene que ver con eso sí, el blog es mi pequeño patio de juegos y al mismo tiempo un, no sé, un lugar de exorcismo de mis demonios y también es un lugar de protección en donde yo puedo hablar desde este rincón o hacer que una vaquita diga algo que probablemente Alberto Montt no diría. Entonces desde esa perspectiva es un parachoques y es un golpeador.
Paloma Salas
El stand up como una disciplina zen Abril de 2019
Palomas Salas (34 años) es una de las pioneras de la stand up comedy chilena. Una de las primeras también en declararse feminista y abordar sus espectáculos desde la perspectiva de género. Muy lejos, sin embargo, de cualquier dogmatismo, su forma de abordar el humor es como ella misma, una mezcla secreta de exactitud y descuido. Ha enfrentado con el mismo desparpajo el cine (Ella es Cristina, 2019), la televisión (Campo minado, Vía X) y la radio. Llegó sin embargo a la comedia por un camino inesperado. Antes de subir al escenario estudió Literatura Creativa en la Universidad Diego Portales.
Lo primero que le sorprendió fue volver a hacer el camino que hacía para estudiar. De alguna forma su aspecto coquetamente descuidaba mantenía algo de estudiante eterna que quiere convencer al profesor que no le interesa nada estudiar y sacarse buenas notas pero lo sigue logrando, implacable.
—¿Por qué estudiaste Literatura?
No sé. Y tampoco