Francisco Sierra Caballero

Ciudadanía digital y desarrollo local


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los estudios en comunicación, participación y desarrollo comunitario. Apenas recientemente, el profesor de la Universidad Pública de Navarra, Javier Erro, ha realizado diversos estudios empíricos sobre el uso de la comunicación en ONG en planes y políticas de desarrollo. Y revistas como Cuadernos de Información y Comunicación o la Revista de Occidente han venido publicando monográficos sobre Ciberdemocracia y la revolución digital desde el punto de vista del individuo y el consumo cultural en el ciberespacio (Junio 1998).

      El trabajo colectivo coordinado por COMPOLITICAS en la Universidad de Sevilla es una de las escasas referencias en la materia. En el trabajo liderado a lo largo de más de una década, se han venido actualizando diversos informes que tratan de reflejar los retos y perspectivas de futuro (www.cibermov.net). En la misma línea, desde el ciberactivismo, otros autores y colectivos, como CIBERSOMOSAGUAS, han tratado de analizar la función política de las nuevas tecnologías en las luchas contemporáneas de la ciudadanía desde una perspectiva general (López, Roig & Sádaba, 2003). Existen, no obstante, trabajos de campo realizados más allá de la investigación aplicada y evaluativa de diputaciones y organismos autonómicos que pueden ser actualizados en revistas como TEKNOCULTURA y REDES.COM. No viene al caso hacer aquí una exhaustiva y detallada documentación del estado del arte. Simplemente conviene señalar, a efectos de situar la lectura de este trabajo, que el conjunto de estas aportaciones y antecedentes de la investigación sobre nuestro objeto de estudio han servido de marco teórico-metodológico y punto de referencia, sentando las bases del diseño de investigación y los resultados que a continuación se presentan.

      Considerando algunas de las conclusiones más relevantes del estado del arte en la materia, y la propia experiencia previa de exploración del objeto de estudio, advertimos al lector que este objeto, como todo análisis de lo social, es un conocimiento incompleto e inacabado, entre otras razones porque las transformaciones revolucionarias que promueve lo digital, con la consiguiente aceleración de la historia y los cambios en curso, exige del investigador asumir la hipótesis de partida de considerar la Sociedad de la Información (o sociedad cognitiva, según la denominación común de la Comisión Europea) un proceso creativo que comprende diferentes esferas o dominios ontológicos de acción, tanto materiales como simbólicas, en tanto que manifestación de las formas de construcción y sentido social. La articulación o agenciamiento de las nuevas tecnologías en la construcción de las propias ecologías de vida, tanto físicas como socioculturales, es determinante en la transformación del capital social necesario para el proceso de desarrollo comunitario como un proceso complejo y tramado a múltiples niveles. Esta lectura hologramática, y si se prefiere socioanalítica, parte de reconocer la centralidad de la mediación social de la cultura digital en la vida cotidiana de la población tanto como en la mediación social, alterando las nociones al uso de la modernidad. Esto es, la implementación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, a nivel local, exige en coherencia replantear los límites territoriales y simbólicos del espacio público, orientado hoy al consumo o uso estandarizado de los recursos culturales y de mediación en el ejercicio de la ciudadanía. En otras palabra, la ciberdemocracia, el uso y apropiación de las nuevas tecnologías en procesos de cambio social exige, desde el punto de vista del propio conocimiento comunicológico, una estructura de código abierto, por lo que han de ser contempladas las identidades múltiples y difusas de lugares y pertenencias, así como la exigencia de mayor permeabilidad de la planificación y desarrollo de los poderes públicos locales.

      De acuerdo con esta premisa, y antes de proceder al trabajo de campo, en anteriores estudios exploratorios realizados sobre la materia, constatamos que existe una correlación directa entre el grado de apertura y la mayor o menor diversidad de actores locales participantes en los procesos de apropiación social activa de las NTIC, desde el punto de vista de la efectiva incorporación de estos nuevos medios y equipamientos culturales en proyectos de desarrollo comunitario. Luego, por principio, sostenemos que el limitado alcance del impacto innovador de las nuevas tecnologías de información y comunicación es, en buena medida, atribuible a la ausencia de políticas municipales de integración y desarrollo de redes ciudadanas que faciliten el uso productivo de estos recursos de innovación para el desarrollo local. Del mismo modo que la forma de conocer y mapear el campo de experiencias productivas en este ámbito pasa por corroborar el conocimiento situado en función de criterios de validez y pertinencia coherentes con esta filosofía. De ahí que el estudio que a continuación presentamos, someramente, fuera diseñado pensando en estudiar los factores y procesos de innovación en procesos de desarrollo comunitario, mediante el análisis de las formas concretas de participación, a partir de diferentes experiencias en proyectos específicos de comunicación y desarrollo local procurando, en todo momento, capturar el espesor material y simbólico desde los propios estudios de caso. Esto es:

      — Estudiar los usos públicos y colectivos concretos del espacio virtual proyectado por las nuevas tecnologías de la información en las formas de identificación comunitaria, de apropiación social y desarrollo local del territorio.

      — Conocer las experiencias de apropiación social de las tecnologías de la información en municipios tanto rurales como urbanos, y las formas sociales de cómo se produce esa apropiación y las diferentes tipologías de procesos participativos que se están originando a partir de dichas prácticas sociales mediadas por las tecnologías de la información.

      — Estudiar los usos de las NTIC que desarrollan los telecentros considerando las variables de política pública y contexto regional.

      — Analizar las expectativas e imaginario en torno a las tecnologías de la información de los sujetos.

      — Relacionar los usos y apropiaciones con los niveles de participación y desarrollo local de los territorios donde se implantan dichos equipamientos.

      — Evaluar las prácticas sociales, los procesos de apropiación y advertir las transformaciones originadas.

      — Analizar el impacto en el capital social de la comunidad en relación con la calidad de vida y la participación ciudadana, desde el punto de vista del desarrollo endógeno.

      — Describir y analizar las experiencias formativas y de alfabetización tecnológica implementadas por las entidades locales en los procesos de implantación de las redes y equipamientos telemáticos.

      — Identificar modelos y tipologías de mediación y participación ciudadana con las nuevas tecnologías de la información.

      — Describir y analizar, por último, las experiencias de participación con los nuevos medios de organizaciones civiles y movimientos sociales en el uso de la información y el proceso de apropiación de las nuevas tecnologías, en el desarrollo de proyectos de intervención en los municipios objeto de estudio.

      En los estudios sobre desarrollo social, el diagnóstico de una comunidad determinada puede ser planteado a partir de la descripción y análisis, según la cantidad y cualidad de los recursos y relaciones que se establecen en su ecosistema determinado. Bien considerando la calidad e intensidad de las relaciones sociales entre sus miembros o, por el contrario, en virtud del acceso a recursos materiales, tales como las tecnologías de la información, podemos ponderar las características y perfiles del modelo de desarrollo. Conforme a la lógica positiva de la investigación en desarrollo social, los analistas tienden a identificar los conjuntos seleccionados en virtud de hipótesis, indicadores y variables que condicionan la dialéctica social. En esta estrategia de conocimiento de la mediación y el desarrollo social, nos interesa desde el tipo de producción económica y el acceso a recursos materiales necesarios hasta las configuraciones sociopolíticas y el imaginario de los actores involucrados en el plan de desarrollo local. Pues nunca, o casi nunca, se toma en cuenta conjuntos de acción, desde las alternativas de elección a las relaciones y vínculos sociales, pasando por el sentido y el horizonte cognitivo de los agentes sociales del desarrollo de forma integrada.

      En otras palabras, en investigación social distinguimos tres líneas estratégicas de producción de conocimiento: la elaboración y prueba de hipótesis generales de investigación, basada en la separación formal de sujeto y objeto; el socioanálisis o participación de los miembros de una comunidad determinada en la resolución