cada gramo de fuerza que le restaba.
¡CRACK!
La espada se partió por la mitad justo en el lugar donde el señor Matthias la había mordido, pero el golpe destrozó el cráneo del zom. Zak Matthias cayó de bruces contra las tablas, gimiendo y retorciéndose y tratando de asirse a la nada. Benny observó los cuarenta y cinco centímetros de nogal astillado que tenía en las manos, le dio la vuelta, lo levantó muy alto, sujetándolo con ambas manos, y lo bajó con fuerza contra la base del cráneo del señor Matthias. Hay una abertura estrecha donde la espina dorsal se une al cráneo. Tom la llamaba “el punto ideal”, y es el lugar donde el tronco del encéfalo es más vulnerable. Corta ahí y el zom será para siempre aquietado.
Benny puso todo el vigor que tenía en el golpe.
Pero falló. La punta de la estaca alcanzó la parte dura del cráneo y resbaló hacia un costado hasta acabar achatándose contra las tablas del piso junto a la oreja del zom.
—Mierda —maldijo Benny.
Los dedos del señor Matthias buscaban los tobillos de Benny, pero al parecer ya no les quedaban muchos tendones funcionales para asir. Benny dio un paso atrás para ponerse fuera de su alcance. El zom gemía lastimero.
Inmediatamente Benny procedió a buscar a Nix. Mientras bajaba del porche vio a Danny Houser caer con la cabeza inclinada sobre el cuello torcido —mas no roto. Nix caminó atrás alejándose de él, con el pecho agitado presa del miedo y la fatiga.
—¡Cuidado! —gritó Benny al ver que la señora Houser se lanzaba hacia Nix por un punto ciego.
Justo cuando Nix giraba, Benny derribó a la madre de Danny con un empujón que los envió a ambos a rodar por el suelo. La zom se retorcía y siseaba como un gato atrapado y enterró sus dientes en el hombro de Benny. Éste consiguió moverse antes de que las mandíbulas se cerraran, y todo lo que ella arrancó de una mordida fue un bocado de camiseta sudada.
De pronto se escuchó un golpe apagado y una vibración recorrió al zom; luego otro y otro más, y Benny comprendió que Nix estaba golpeando al monstruo con su espada, tratando de distraerlo o dislocarle los huesos.
—¡Nix! —gritó una voz—. ¡Atrás!
Los golpes cesaron, y un segundo después alguien le quitó de encima el cuerpo del zom y Benny supo que Tom estaba ahí. Había pasado un poderoso brazo alrededor del cuello del zom, y aunque la criatura peleaba y se revolvía, estaba ahora indefensa.
Una docena de personas llegaron corriendo al jardín por entre las casas. Chong y Morgie iban con ellos, y cuando vieron a Benny tirado en el césped y cubierto de sangre, se detuvieron de inmediato y quedaron clavados al suelo. Nix estaba más allá con su bokken entre las manos, jadeante y aterrada pero aparentemente indemne. Todos la miraron por un segundo, y después los ojos volvieron a dirigirse a Benny.
El chico comenzó a levantarse, pero de pronto Lilah apareció con una brillante daga en la mano. Antes de que Benny pudiera hablar, Lilah se montó encima de él y colocó la punta de la cuchilla bajo su mentón. Benny se paralizó.
—¡Lilah! —rugió Tom.
—¡Mira su hombro! Ha sido mordido —contestó ella.
—No… —chilló Benny con voz ronca.
—¡No! —secundó Nix.
Tom entregó a la señora Houser al capitán Strunk y otros dos hombres de la guardia del pueblo. Ellos la amordazaron y la ataron con practicada técnica, aunque sus rostros eran una mueca de miedo y repulsión. Tom se aproximó a un costado de Lilah y le tocó el brazo que sostenía la daga.
—No —dijo con más suavidad, mirando a Lilah y a Benny alternativamente—. Si ha sido mordido, entonces yo tengo que encargarme de él. Es mi familia.
—No he sido mordido —insistió Benny, pero nadie parecía prestarle atención.
Los ojos de Lilah eran del color de la miel, pero en ese momento Benny pensó que se veían tan fríos como el hielo. No había trazas de compasión o humanidad en su rostro. Todo lo que él podía ver era a la cazadora, la guerrera solitaria. La legendaria Chica Perdida que había matado tanto a humanos como a zoms en su senda de supervivencia en Ruina y Putrefacción.
El cuchillo se sentía como un hierro ardiente contra su piel.
Entonces Lilah lo retiró, y la chica dio unos pasos atrás.
—Asegúrate de hacerlo —le dijo a Tom—. O lo haré yo.
Benny se hundió en el césped, más agotado por los últimos segundos que por toda la pelea contra los zoms.
Nix pasó rozando a Lilah, con los ojos entrecerrados y furiosos, y se colocó entre los dos. Morgie se acercó hasta quedar hombro con hombro junto a Nix; luego de un leve titubeo, Chong hizo lo mismo. Sus cuerpos formaban una valla. Lilah los observó con mirada calculadora, como si los estuviera midiendo para decidir qué tan difícil —qué tan fácil— sería pasar a través de ellos para llegar hasta el probable zom.
Benny se incorporó temblando.
—No he sido mordido —gritó. Para probarlo, se sacó la camiseta y la lanzó al suelo, a los pies de Lilah. La ira empezaba a surgir en él, reemplazando centímetro a centímetro la sensación de terror—. ¿Ves?
—Ya veo —fue todo lo que Lilah dijo. Bajó su cuchillo y se dio media vuelta. Todos la vieron dirigirse al porche, subir los escalones y, sin pausa de por medio, clavar la punta de la cuchilla en la parte trasera del cráneo del señor Matthias. A diferencia de Benny, ella no falló en atravesar el punto exacto.
—Rayos —aventuró Morgie.
—Ajá —respondió Chong, pálido y alterado.
Tom se agachó y levantó la camiseta de Benny, examinó el agujero de la mordida en el hombro y se la devolvió.
—¿Seguro que estás bien?
Benny miró hacia el porche, donde el cadáver del señor Matthias yacía tendido muy cerca del de su hijo. Del cuerpo que alguna vez había sido un chico de su edad. Que alguna vez fuera su amigo. Otra víctima.
—Dije que no he sido mordido —finalizó Benny, sacudiendo su cabeza lentamente mientras se alejaba—, pero estoy a billones de años luz de estar bien.
DEL DIARIO DE NIX
Antes de la Primera Noche, la Oficina del Censo de Estados Unidos estimaba que había 6,922 millones de personas vivas en el planeta Tierra.
Tom dijo que los reportes noticiosos aseguraban que más de dos mil millones de ellas murieron durante los primeros dos días tras la Primera Noche.
Para cuando el servicio de “internet” se detuvo, las estimaciones de muertos a nivel global ascendían a los cuatro mil millones, y en aumento.
La gente del pueblo cree que después de la Primera Noche más de seis mil millones de personas fallecieron. La mayoría de la gente piensa que ya no hay más gente realmente viva en el mundo.
Sabemos que la población total de los nueve pueblos que sobreviven en el centro de California es de 28,261 habitantes, según el último censo de Año Nuevo.
9
Todos estaban sentados alrededor de la mesa de pícnic en el jardín de Benny, bebiendo té y comiendo enormes rebanadas de tarta de manzana con pasas y nueces. El sol era una esfera dorada en el impecable cielo azul y los pájaros trinaban entre las ramas. Sin embargo, tan exuberante belleza no aligeraba el ambiente de tristeza y horror que los envolvía como niebla.
Lilah estaba sentada aparte, con las piernas cruzadas sobre el césped. No había pronunciado una sola palabra desde su confrontación en el jardín de Zak. Nadie lo había hecho, excepto por algunos breves comentarios relacionados principalmente con la tarta de manzana de Tom. Benny mordisqueó su rebanada, pero no tenía apetito. Al igual que Nix, aunque ella picó furiosamente el postre