William Plata

Vida y muerte de un convento


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críticamente su pasado y detectar aquello que no marchaba bien, con el fin de reestructurarse y reorientar su accionar. Esto me permitió tener un conocimiento muy cercano –casi como en un proceso de disección– del devenir histórico de dicha comunidad religiosa. Además, pude percibir la existencia de un ciclo en de la vida de esta comunidad y lo dramáticos que resultan los tiempos de crisis para ella.

      Así pues, cuando se dio la oportunidad de realizar mi doctorado en Les Facultés Universitaires Notre Dame de la Paix de Namur planteé naturalmente un proyecto de investigación en torno a la crisis y la disolución de un convento dominicano. Escogí el del Rosario de Bogotá por dos razones principales: por un lado, porque este había sido el principal convento de una de las órdenes religiosas más influyentes durante la Colonia y los comienzos de la República; y, por otro, porque conocía exactamente dónde se encontraba toda o la mayor parte de la documentación al respecto, gracias al intenso trabajo archivístico realizado en los años previos.

      El cuerpo de este texto se divide en cinco capítulos ordenados según dos criterios, el temático y el cronológico, entre los que se trata de establecer un equilibrio. Por eso, aunque el primer capítulo trata del arribo de los dominicos y la fundación del Convento del Rosario en el siglo XVI, y el último finaliza con la supresión de la comunidad en el siglo XIX; la organización de los demás capítulos no sigue un criterio estrictamente cronológico, sino que este se modifica en función de las necesidades explicativas.

      El capítulo dos, que se refiere a la conformación y puesta en marcha del “engranaje” del convento con la sociedad colonial, abarca fechas que van desde mediados del siglo XVI a poco antes de 1767, fecha en que ocurre la expulsión de los jesuitas de la Nueva Granada y se consolida el proceso de reformas borbónicas, que en algunos aspectos ya había comenzado décadas antes.

      El capítulo tres abarca principalmente, mas no exclusivamente, la segunda mitad del siglo XVIII hasta poco antes de la revuelta del 20 de julio de 1810, fecha considerada como el inicio del proceso de Independencia de la Nueva Granada. Este capítulo se propone explicar en qué medida las reformas borbónicas en materia eclesiástica afectaron a los dominicos y a la relación que su convento principal (Nuestra Señora del Rosario) había establecido con las élites criollas. Dado este propósito, se hizo necesario devolverse al siglo XVII para rastrear aquellos elementos que constituían ya puntos débiles dentro de la comunidad conventual y su alianza social.

      Los capítulos cuatro y cinco dedican su atención al siglo XIX, pero el principio ordenador es temático. Así, el cuarto es de naturaleza fundamentalmente política. Este busca explicar el rol jugado por los dominicos de Santafé en el proceso de independencia y las relaciones que estos establecieron con el nuevo Estado republicano. Se examina cómo se rompen, desde el punto de vista político, los antiguos lazos con una parte de las élites criollas que entonces, desde el Gobierno, plantean un modelo político en el que los frailes y las comunidades religiosas son excluidos. La temporalidad que se abarca son los años que van de 1810 a 1838, poco antes del inicio de la guerra civil de los Supremos (1839-1841), que produjo un cambio en el rumbo de la política del país.

      El último capítulo concentra su interés, por una parte, en el análisis de la crisis experimentada por el convento a partir de la guerra de Independencia, en aspectos vocacionales, poblacionales, sociales, educativos, económicos y religiosos. Por otra parte, examina cómo se generó un proceso de reforma y fortalecimiento, que buscaba recuperar el espacio perdido por el convento en la sociedad de la época y cómo este proceso fue cortado abruptamente por un gobierno dictatorial. Dados estos objetivos, los años estudiados abarcan desde 1810 hasta 1861, e incluso un poco más allá.

      La investigación se sustenta en una gran diversidad de fuentes primarias halladas en distintos archivos y bibliotecas de Bogotá, Sevilla y Roma. El listado de estas se encuentra en la parte final de este libro.

      Con el propósito de facilitar la didáctica, incluí un numeroso material gráfico reunido a lo largo de más de cinco años, que no fue fácil de conseguir dado la época estudiada. Consideré también importante para el análisis elaborar una serie de mapas y gráficos estadísticos, que en total sumaron más de setenta y cinco. Todo ello, junto con tablas, listados y algunas transcripciones, podrá encontrarse a lo largo de este libro, cuidadosamente referenciados para facilitar su localización y relación con lo dicho en el cuerpo del texto.

      1 En este trabajo se optó por utilizar el nombre canónico oficial y no el nombre popular del convento. La mayor parte de los documentos lo mencionan bajo el término de Nuestra Señora del Rosario de Santafé de Bogotá.

      2 Carta del presidente Eduardo Santos a los miembros del Centro Rafael Pombo y otras entidades. Bogotá, 5 de mayo de 1939. Citada en ARIZA Alberto, O. P. Los dominicos en Colombia. Tomo 1. Bogotá: Provincia de San Luis Bertrán, 1993, pág. 509.

      3 Ibid., págs. 510-512.

      4 Ibid., págs. 518-519

      5 ARIZA Alberto. Los dominicos… Op. cit., pág. 506.

      6 SALAZAR José Abel, O. A. R. Los estudios eclesiásticos superiores en el Nuevo Reino de Granada. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas - Instituto Santo Toribio de Mogrovejo, 1946.

      7 Según definiciones propuestas por la teoría social de la religión, cuando se habla de la ‘institución eclesiástica’ nos referimos a un elemento fundamental de la organización religiosa, es decir, un conjunto estructurado de actores que actúan en un orden real y que ejercen un papel religioso específico, con una base material y organizativa que permite el funcionamiento del sistema religioso. La organización del catolicismo es muy estructurada, se constituye históricamente a partir de estructuras políticas y religiosas tomadas del Imperio romano, del judaísmo y algunos pueblos de Europa occidental. La organización religiosa tiene como funciones la reproducción de representaciones religiosas (p. ej.: enseñanza del catecismo); la producción de sentidos religiosos nuevos (cambios de significantes y significados sobre la divinidad, los dogmas, etc.);