William Plata

Vida y muerte de un convento


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al argumento, al acompañamiento. A veces, dadas las reticencias, se procedía a fundar conventos nuevos en otros lugares y dejar que los antiguos se extinguieran en su mediocridad o decidieran, ante el ejemplo, renovarse ellos mismos. En esto, la Orden de Predicadores y las demás órdenes mendicantes se diferenciaron de algunas órdenes monásticas, donde una reforma a veces implicaba vaciar totalmente el monasterio y comenzar desde cero23.

      Torquemada, reconocido por su obra Summa ecclesia (en la que hace una apología al poder pontificio), dirigió, apoyó y hasta dio de su propio peculio para la reforma. Esta inició en el Convento de San Pablo de Valladolid, y en ella llegó a participar, con protagonismo, un abad de los benedictinos, Juan de Gumiel, quien dirigió la reforma en su primera etapa. A la muerte de Torquemada este convento ya se había revestido del aparato jurídico necesario para hacer frente a los opositores y proseguir la reforma. Así, hacia 1474 el proceso marchaba en muchos conventos de Castilla y Aragón.

      Se expanden a América