Raúl Román Romero

Desde otros Caribes


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investigadores, si bien tomaron como objeto de estudio a las literaturas del Caribe insular-antillano y no continental, aportaron un trabajo metodológico y conceptual que dialogaba con las diferentes aristas de las discusiones sobre insularidad, fronteras y representación en el área (Barradas, 2016; Can, 2017; Ortiz, 2018; Argáez, 2020)4. Tres de estos investigadores participan con capítulos en este libro.

      Los ensayos incluidos en Desde otros Caribes: fronteras, poéticas e identidades se organizan en dos secciones con la finalidad de, por un lado, trazar la articulación constante (y diferenciada) entre islas y continentes, y, por otro lado, visibilizar las rutas y dinámicas hacia el interior de los espacios, así como de crear sitios de interacción transfronterizos. La primera sección se titula “Islas y continentes: circulaciones materiales e inmateriales” e incluye ocho ensayos que mapean un espacio Caribe que define los patrones y las rutas que atraviesan el área. La segunda sección, “Al interior del espacio Caribe: diálogos transfronterizos”, incluye siete ensayos que hacen hincapié en los procesos culturales e identitarios que contribuyen a generar narraciones desde los espacios al interior de las islas (continentales o antillanos) y que marcan procesos de conexión entre costas, manglares y selvas. Así, se crean diálogos transfronterizos que sitúan el rol del área continental y su vinculación en relación con las experiencias de vida de las comunidades insulares y diaspóricas.

      La sección “Islas y continentes: circulaciones materiales e inmateriales” inicia con el texto de Antonino Vidal Ortega, “Redes autoorganizadas y agentes comerciales en las franjas de la Mosquitia y Yucatán durante los siglos XVII y XVIII”, que introduce una conceptualización del espacio Caribe desde la participación de los agentes comerciales y los habitantes locales en la zona que une la costa Mosquitia con Yucatán. El segundo capítulo, “Los paisajes de la narración. Visiones sobre la península de Yucatán (1786-1899)”, de Ana Elvira Cervera Molina, y el tercero, “La frontera colonial en Yucatán, siglo XVI-XVIII: entre la fluidez y la fluctuación”, de David Anuar González Vázquez, profundizan, para el caso específico de Yucatán, en la dimensión de una frontera porosa e, incluso, en el proceso de formarse a partir de la negociación. Desde los estudios culturales y la historia, respectivamente, ambos capítulos exploran estas posibilidades de fronterización en los albores de la definición fija de las fronteras que acompaña la delimitación de las naciones en el siglo XIX.

      Los siguientes dos capítulos, “Campeche en el Circuncaribe. Esclavos como agentes de vinculación”, de Jorge Victoria Ojeda, y “El factor propiedad en la Independencia: exclusión, venta de esclavos y libertad en la Yucatán posindependiente”, de Daniel Can Caballero, abordan la circulación material en el área Caribe desde la óptica de la venta de esclavos. Centrándose en el puerto de Campeche, el estudio de Jorge Victoria aporta valiosa información sobre la actividad comercial del puerto, mostrando su rol no solamente como receptor de esclavos, sino también como exportador, instando así otro ejemplo —como en el primer capítulo de este libro— de la circulación y vinculación entre diversas zonas del Caribe continental e insular, visibilizando a Campeche como puerto activo y no periférico, y trazando rutas con los mercados interiores en Mérida, así como con los mercados antillanos. Por su parte, Can Caballero centra su análisis del sujeto esclavo en el contexto de las políticas de libertad e igualdad de la recién independiente nación mexicana. En diálogo con el capítulo anterior, el autor precisa la especificidad del caso yucateco, marcando la heterogeneidad de las prácticas a nivel nacional. Se ponen de manifiesto las prioridades de la nueva clase política, con “una libertad e igualdad diferenciadas”, y el desplazamiento del origen africano a favor de su identificación como valor comercial.

      En el capítulo “El movimiento insurgente en el Caribe yucateco. Indicios, enfoques y perspectivas analíticas”, Luis Ángel Mezeta Canul indaga sobre la influencia de las revoluciones hispánicas y el movimiento insurgente y contrainsurgente en la península de Yucatán, desde la perspectiva de los estudios caribeños y la historia atlántica. Aporta una discusión profunda de las conceptualizaciones del Caribe como región, haciendo hincapié en una caribeñidad cambiante en el tiempo, así como en la importancia de una lectura de Yucatán como espacio caribeño. Para el tiempo de la Independencia, su lectura le permite trazar las redes marítimas en la zona y el rol del pueblo maya en las insurgencias en la región Caribe, marcando las pautas de una presencia peninsular en el Circuncaribe.

      Desde el archipiélago de San Andrés, Raúl Román Romero y Vanesa Niño de Villeros contribuyen con el capítulo “La fronterización de Colombia en el Caribe. La incorporación del archipiélago de San Andrés y Providencia (1886-1936)”. Su investigación evidencia los procesos de incorporación de San Andrés, Providencia y Santa Catalina a Colombia desde 1886, en busca de afianzar la idea de nación. Los procesos de fronterización construyen narrativas y visiones inferiorizantes para justificar la subordinación de quienes habitan en el territorio, mediante formas de dominación simbólica, cultural y política. En este sentido, este capítulo dialoga con procesos similares en otras áreas del Caribe continental (como en Yucatán o en las diásporas), donde los procesos identitarios regionales y microrregionales desafían la narrativa nacional.

      El capítulo que cierra esta primera sección es “Cartografiando traspaíses del Caribe continental: turismo comunitario, redes colaborativas e identidades”, del geógrafo Samuel Jouault. Centrándose en el turismo de las sociedades locales y la confrontación de estos colectivos con intereses gubernamentales, Jouault expone los posibles sitios de construcción identitaria que se negocian desde las prácticas comunitarias. Con estudios de caso en el traspaís yucateco y en la Bahía de Tela, Honduras, los cuales trazan paralelos fascinantes en estas dos zonas del Caribe continental (la presencia de pueblos originarios, la presencia de macroproyectos turísticos con desarrollo explosivo que amenaza los territorios, entre otros), Jouault pone en evidencia los continuos desalojos que enfrentan las comunidades. Los proyectos de turismo local se construyen como sitios que posibilitan una autonomía local y que son una oportunidad para frenar la destrucción de saberes culturales, lingüísticos y medioambientales.

      Si la primera sección de esta colección de ensayos aborda, a grandes rasgos, las des/articulaciones entre islas y continente, focalizando en relaciones socioeconómicas e históricas, la segunda sección considera experiencias cotidianas al interior de las regiones, las tensiones y paradojas en el seno de la construcción identitaria en zonas que configuran identidades nacionales en conflicto con su propia heterogeneidad regional, y propone una poética transfronteriza que permite discutir las representaciones identitarias del área.

      El primer capítulo de esta sección es “Representaciones literarias en el Caribe continental. Interrogando la insularidad en la península de Yucatán”, de Margaret Shrimpton Masson. Este trabajo propone, en primer lugar, un modelo teórico metodológico para al abordaje del Caribe continental a partir del concepto de insularidad. En la segunda parte del capítulo se evidencian y analizan representaciones literarias de escritores comunitarios, que discuten aspectos del aislamiento-conectividad insular, en los espacios interiores, a espaldas del mar, reconfigurando un paisaje de selvas, manglares y salinas, en vez de playas, sol y “turismo-todo-incluido”.

      Los siguientes dos capítulos focalizan la mirada desde el continente hacia las islas. Ambos trabajos exploran acciones diplomáticas y evidencian las complejas narraciones sobre la región desde la geopolítica. El estudio de Wilson Enrique Genao, “Vientos de guerra. Estados Unidos y Alemania en el escenario geopolítico del Caribe insular (1898-1919)”, pone de manifiesto las elaboradas coreografías diplomáticas de dos poderes ajenos a la región que buscan abrir camino en el Caribe, creando estrategias confrontacionales. En este contexto geopolítico, se perfila el rol de Alemania en la región y la amenaza que este significó para EE. UU. durante las primeras décadas del siglo XX. El capítulo siguiente, “Murder in the tropics. La participación de México frente al conflicto fronterizo dominico-haitiano de 1937”, de Laura Muñoz Mata, examina la participación mexicana en la búsqueda de una solución al conflicto entre Haití y la República Dominicana, que desborda en 1937 con la masacre de haitianos en la frontera entre las dos naciones. Muñoz propone que el cuerpo diplomático mexicano actuó desde sus intereses regionales (antes que desde lo nacional) al intentar limitar el alcance del conflicto.

      Los dos capítulos que siguen