Hannah Crum

El gran libro de la kombucha


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saludable» puede parecer un oxímoron, pero cuando examinamos los orígenes del consumo de alcohol, es fácil entender el papel clave que juega en la salud humana. El alcohol fue la primera medicina del ser humano.

      Nuestros ancestros hacían infusiones de plantas en alcohol para preparar jarabes para la tos y tinturas curativas. Los beneficios para la salud inherentes a las plantas se potenciaban a través del proceso de fermentación y se transferían fácilmente al paciente, ya que el alcohol también diluye la sangre, produciendo una absorción acelerada.

      A medida que los humanos desarrollaron un mayor conocimiento de las plantas, nuestro consumo de tónicos hechos a base de hierbas, ya fueran alcohólicos o no, también aumentó. En el caso de la kombucha, las trazas de alcohol sirven para una doble función: extraen los compuestos nutritivos y curativos de las plantas y otros ingredientes, y actúan como un conservante.

      La kombucha es una bebida tradicional para todos los públicos, fermentada de forma natural y con un bajo contenido en alcohol. Las bebidas fermentadas con bajo contenido en alcohol pueden alcanzar como mucho entre un 1 y un 2 por ciento de alcohol en volumen, normalmente mucho menos, y no producen embriaguez. Antaño consumidas en todo el mundo tanto por jóvenes como por mayores, han sido desplazadas en gran medida por los refrescos y las bebidas energéticas.

      El proceso de desintoxicación

      Cuando el cuerpo está desequilibrado, introducir bacterias beneficiosas y probióticos puede iniciar un proceso de desintoxicación que provoque algunos efectos desagradables. De hecho, incorporar kombucha, especialmente en una dieta que no incluya muchos alimentos fermentados, puede estimular lo que se conoce como una «crisis de curación», también llamada «reacción de Herxheimer» (RJH).

      A medida que la flora beneficiosa se hace con el control del intestino, frenando el sobrecrecimiento de levaduras y bacterias perjudiciales, estos organismos comienzan a morir y a liberar una variedad de endotoxinas. Al mismo tiempo, las propiedades nutritivas e inmunoestimulantes de la kombucha hacen que el cuerpo libere otras toxinas que había acumulado durante mucho tiempo. Esta liberación de toxinas puede provocar que, inicialmente, algunas personas, en lugar de sentirse mejor, se sientan peor.

      Como dice el refrán, después de la tormenta llega la calma. A medida que el cuerpo recupera el equilibrio, los síntomas desaparecen paulatinamente. Una crisis de curación es más probable que ocurra en personas con un historial de mala salud o inmunidad debilitada (acné, sarpullidos, artritis, etcétera). Una intensificación temporal de síntomas actuales o pasados, así como dolores musculares, erupciones, sarpullidos, dolores de cabeza, malestar de estómago y diarrea son efectos secundarios comunes que normalmente desaparecen en unas pocas horas o días.

      La kombucha ha introducido probióticos y ácidos desintoxicantes saludables en un sistema que podría necesitarlos imperiosamente, iniciando un periodo de eliminación de sustancias dañinas para emprender el camino hacia la salud.

       Cómo reconocer una crisis de curación

      Tomar kombucha no es la única causa que puede producir una crisis de curación. Muchos otros alimentos fermentados, probióticos y tratamientos holísticos o naturopáticos utilizados para estimular un proceso de desintoxicación pueden inducir los mismos síntomas, especialmente si se introducen demasiado rápido o en cantidades demasiado grandes. Los síntomas posibles de una crisis de curación son los siguientes:

      •Dolor e inflamación articular

      •Dolor muscular

      •Insomnio

      •Cansancio, dolor de cabeza, irritabilidad

      •Congestión nasal

      •Fiebre o escalofríos

      •Acné

      •Diarrea o estreñimiento

      •Brote de candidiasis

       Cómo gestionar una crisis de curación

      Si percibes el comienzo de una crisis de curación, no seas presa del pánico. Reducir el consumo de la sustancia que la está provocando a cantidades muy pequeñas, o incluso detenerlo durante un corto periodo de tiempo (un par de días), reducirá los síntomas, y seguir los consejos siguientes minimizará las probabilidades de recurrencia:

       ¿PUEDE BEBER KOMBUCHA UN ALCOHÓLICO RECUPERADO?

      El alcoholismo es un problema complejo con componentes tanto emocionales como físicos. La persona que padece esta enfermedad es la que debe en última instancia decidir por sí misma si la kombucha es adecuada para ella. Como hemos discutido, la fermentación produce de manera natural una pequeña cantidad de alcohol como subproducto, pero la medida exacta en cada dosis depende de muchos factores. Las trazas presentes en una kombucha fermentada correctamente no producen embriaguez, y al contrario que el alcohol duro, la kombucha contribuye a una función hepática saludable.

      Hay personas que afirman sentir un pequeño mareo cuando beben kombucha, similar al que muchos experimentan al recibir una inyección de vitamina B. Puede que sea por los efectos de las trazas de alcohol en el cuerpo, o simplemente el resultado del subidón nutricional. Cada cual es libre de interpretar su propia experiencia.

      Muchas personas que dejan el alcohol aseguran que de hecho la kombucha las ayuda a reducir su deseo por la bebida, o que en todo caso no tiene ningún efecto en su proceso de recuperación, quizá porque la kombucha les proporciona nutrientes al mismo tiempo que les relaja gracias a las trazas de alcohol presentes. Un estudio reciente mostró que los alcohólicos recuperados con mayor diversidad bacteriana en el intestino tenían una tasa de adherencia a la abstinencia mayor que aquellos con menos diversidad, lo que podría ser otra aplicación de la bacterioterapia (véase el estudio citado en la p. 394).

      Para los que seguís dudando, recordad que la kombucha es un tónico que está pensado para consumir en pequeñas cantidades, limitando la ingesta de alcohol al partir de esa premisa. Puedes diluir una ración con agua o zumo al cincuenta por ciento, con el beneficio añadido de la hidratación extra, que permitirá que el cuerpo elimine mejor cualquier cosa. Aunque el nivel de alcohol raramente supera los dos grados, hay formas de reducirlo incluso más (véase la p. 162 para más detalles).

      •Hidrátate bien tomando agua e infusiones

      •Descansa mucho

      •Pasa todo el tiempo que puedas al sol y tomando el aire fresco

      •Date baños, ayudan a desintoxicar. Utiliza sales, aceites y plantas medicinales para ayudar en el proceso de desintoxicación

      •Mantén limpios tus poros. Estos pueden ser un canal importante