Hannah Crum

El gran libro de la kombucha


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bien.

      Cómo hacer que los novatos prueben la kombucha

      Todos conocemos a personas que se beneficiarían de tomar un poco de kombucha. Pero a la mayoría de la gente no le gusta que le demos un sermón sobre su salud, ¡especialmente si no nos han pedido consejo! Para evitar sonar como un plasta, aquí tienes algunos trucos que podrían ayudarte a inclinar la balanza.

      1.Lleva tu kombucha a una fie ta o comida, quizá etiquetada como «té de sabores» o algo así de inocuo, y déjala en la mesa para que los demás la descubran a su aire. Colócate en un lugar desde donde la controles y disfruta observando cómo reacciona la gente al sabor (fíjate en su «cara de kombucha»). Muy pronto empezarán a reclutar a otros para que la prueben, y cuando reveles que esta bebida deliciosa la has hecho en tu casa, ¡es posible que tengas que contestar a un montón de preguntas!

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      2.Si alguien se resiste mucho a probarla, ofrécele la kombucha mezclada con un poco de agua o con hielo. Igual que ocurre con el whisky escocés, al añadir un poco de agua mejora la experiencia porque se liberan las notas de sabor más complejas de la kombucha y se suaviza el toque de ácido acético.

      3.Para los adictos a los refrescos y a los zumos, diluye la kombucha al cincuenta por ciento con su bebida favorita. Obtendrán todos los beneficios de la kombucha, pero el sabor a fermentado estará casi completamente enmascarado por los edulcorantes añadidos. Si sienten intriga, a medida que su adicción vaya disminuyendo pueden aumentar gradualmente la cantidad de kombucha.

      4.A la gente que rechaza los sermones sobre salud, ofrécele uno de los cócteles de kombucha del cap. 13. Un poco de kombucha compensa el contenido de alcohol y promueve una función hepática saludable.

      5.Incluso si ya la ha probado y no le gusta, no se podrá resistir a un Flotante de kombucha: la combinación de una bola de helado en un vaso de tubo lleno de bucha ligeramente ácida y deliciosa es celestial (véase la receta del Flotante de kombucha de chocolate y cereza de la p. 248).

      Por qué funciona la kombucha

      Los hábitos alimentarios incorrectos y el estrés crónico son el origen de muchas enfermedades modernas. Tanto la dieta como el estrés pueden desencadenar desequilibrios y deterioros a nivel fisiológico, especialmente en el sistema inmunitario. Como tónico adaptógeno, la kombucha contiene elementos que ofrecen apoyo nutricional y digestivo, refuerzan el sistema inmunitario, y ayudan en la eliminación de impurezas en la sangre y en los órganos.

      QUÉ DICE MAMÁ KOMBUCHA

      La prueba del limón

      “Cuando empecé a beber kombucha, la química de mi cuerpo era muy diferente. No notaba el azúcar que había en los alimentos procesados, que eran una parte habitual de mi dieta. A medida que fui bebiendo más kombucha, el pH de mi cuerpo cambió y la comida procesada empezó a ser demasiado dulce para mi paladar. Esto me llevó a incorporar una serie de nuevos alimentos, incluyendo otros fermentados, zumo de pomelo (¡antes lo odiaba!) y otros sabores ácidos, amargos y salados que antes le resultaban insoportables a mi sobreazucarado paladar.

      Ahora, cuando quiero saber si mi pH está equilibrado, le doy un lametazo a un limón cortado. Si he ingerido demasiado azúcar, su sabor me resultará demasiado ácido, provocando un gesto extraño en mi cara. Si he bebido suficiente kombucha, el sabor del limón incluso me parecerá dulce. ¡Haz la prueba y averigua qué cara pones!”

      La kombucha tiene varios benefactores de su lado, que contribuyen a que el cuerpo sea capaz de restaurar el equilibrio fisiológico y favorecen al sistema inmunitario: el té, el azúcar, las bacterias y levaduras beneficiosas así como pequeñas cantidades de alcohol. Durante la fermentación, tiene lugar una especie de alquimia, que transforma estos elementos comunes en un tónico extraordinariamente nutritivo, y da como resultado una suma que es mayor que las partes.

      Puede que ni siquiera entendamos cada una de las interacciones de nuestro aparato digestivo con los ácidos y las vitaminas presentes en la kombucha, pero sabemos que lo que comemos importa y que los alimentos fermentados pueden ser de ayuda para la mayoría de la gente.

       Apoyo nutricional y digestivo

      El intestino, localizado en el centro del cuerpo humano, es realmente su motor, y necesita un combustible correcto y un mantenimiento. La kombucha ayuda a repoblar el intestino con bacterias beneficiosas y levaduras ricas en vitaminas del grupo B, y a bajar el pH del estómago. Con sus ácidos saludables y sus enzimas, estimula la digestión y la absorción de nutrientes.

       Apoyo inmunitario

      La primera línea de defensa del cuerpo humano proviene directamente del intestino, donde las inmunoglobulinas y otros compuestos protectores se sintetizan a partir de los alimentos que consumimos. Las propiedades inmunoestimulantes de la kombucha comienzan con el apoyo a la función digestiva en la forma de organismos vivos y ácidos saludables, permitiendo que el cuerpo sea más efectivo protegiéndose a sí mismo. A partir de ahí, la actividad antioxidante de la kombucha, que elimina radicales libres, puede comenzar a disolver polifenoles y a producir poderosos compuestos como la vitamina C y el ácido D-sacárico 1,4-lactona (DSL, por sus siglas en inglés).

      La variedad y calidad de las vitaminas del grupo B producidas por las levaduras también juega un papel, junto con el ácido glutámico, un aminoácido importante para equilibrar el sistema inmunitario. Anecdóticamente, las personas que beben kombucha suelen encontrarse con que, tras comenzar a consumirla, la frecuencia y duración de las enfermedades corrientes disminuye.

       Desintoxicación

      Aminoácidos como el ácido glutámico y la prolina, así como el ácido benzoico, facilitan este proceso. Al mismo tiempo, como mencionamos antes, potentes antioxidantes hacen posible la desintoxicación al eliminar radicales libres, que podrían dañar los tejidos o provocar la formación de tumores.

       Un tónico adaptógeno

      Los adaptógenos son plantas o compuestos naturales no tóxicos que se incluyen dentro del concepto farmacológico de las sustancias que fomentan la homeostasis (equilibrio), lo que a su vez mejora la capacidad del cuerpo para reducir los impactos negativos de los estresantes habituales, ya sean biológicos o fisi lógicos. En general, los adaptógenos (la kombucha, la ashwagandha y el ginseng, por nombrar solo unos pocos), proporcionan antioxidantes, protegen el hígado y reducen el apetito por el azúcar o el alcohol, al mismo tiempo que refuerzan la inmunidad y aumentan los niveles de energía y la resistencia física.

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