Daiana Romero

El amor y los tres registros en la enseñanza de Jacques Lacan


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como espectáculo y en aquel que lo sigue con la mirada y se pregunta “¿cuál de los dos es el más espectador? O si no obsérvese al niño que prodiga hacia otro sus tentativas de seducción: ¿dónde está el seductor? Finalmente acerca del niño que goza de las pruebas de dominación que ejerce y acerca de aquel que se complace en someterse a él: preguntémonos cuál es el más avasallado”. (60)

      Hemos recorrido algunos de los principales textos iniciales de Lacan con el objetivo de dilucidar el papel que el registro imaginario cumple en el hombre, incidiendo en la constitución del yo, el cuerpo como unidad y la realidad. A partir del análisis del material, nos detuvimos en “la otra cara del amor”, es decir, el odio que se desprende del vínculo especular y que se manifiesta en la tensión con el semejante, la agresividad y los celos, para nombrar algunas de sus facetas. Con el propósito de situar, en esta instancia, el modo en el que se juega el amor en el marco de la relación narcisista, nos serviremos de algunos de sus primeros seminarios. Si bien es imposible analizar el amor solamente a partir de vínculos imaginarios, pues el hombre vive en un mundo de otros que hablan, indagaremos qué sucede cuando los lazos narcisistas dominan el tipo de relaciones que se establecen.

      En la primera parte de este apartado, leeremos el texto de Freud “Introducción del narcisismo” para ubicar los tipos de elección de objeto en el hombre. A continuación indagaremos en el Seminario 1 y en el Seminario 4: el amor narcisista en torno a la imagen de uno mismo, el amor anaclítico en relación al Otro del cual uno depende, las críticas que Lacan realiza a las ideas de Freud y la elección del tipo del apuntalamiento a partir del concepto de falo imaginario.

      En la segunda parte, nos interesaremos en el amor pasión. Nos serviremos de algunos capítulos del Seminario 1 y Seminario 3 para precisar: la diferencia entre la pasión imaginaria y el don activo del amor; la distinción entre la pasión amorosa y las manifestaciones del amor en las psicosis; y la locura que constituye la captura en el puro espejismo de la imagen.

      En la tercera parte, ubicaremos el amor pasión en el caso de la joven homosexual de Freud, tal como Lacan lo despliega en el Seminario 4. El caso elegido nos posibilitará situar, a medida que avancemos, los tres registros en juego en el amor: el amor como pasión imaginaria, el don de amor que se juega en el registro simbólico y el amor en torno a un vacío real que no se puede simbolizar.