servir a la dama. Es verdaderamente el amor sagrado, por así decirlo, o el amor cortés en su aspecto más devoto”. (94) Dicha relación se sitúa “en el grado más elevado de la relación amorosa simbolizada, planteada como servicio, como institución, como referencia”. (95) Y continúa, “No se trata simplemente de una atracción o de una necesidad, sino de un amor que en sí mismo no solo prescinde de satisfacción, sino que apunta muy precisamente a la no satisfacción… un amor ideal”. (96)
El amor de la joven por su amada se despliega en la devoción. Su apego a ella y su anonadamiento están elevados a un grado supremo. Se trata de una pasión devoradora. Constituye un tipo de amor que Freud reserva al registro de la experiencia masculina y se desarrolla en una relación cultural muy elaborada e institucionalizada. (97) La joven trata a la dama “en un estilo altamente elaborado de las relaciones caballerescas y propiamente masculinas, es una pasión que se entrega sin exigencia, ni deseo, ni esperanza siquiera de reciprocidad, como un don, proyectándose el amante más allá de cualquier manifestación de la amada”. (98) El enlace entre la pasión imaginaria y el don de amor será nuestro puente hacia el próximo capítulo.
1- Lacan, J., (1966): “De nuestros antecedentes”. En Escritos 1. Siglo XXI, Buenos Aires. 2008, p. 76.
2- Cf. Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1: Los escritos técnicos de Freud. Paidós, Buenos Aires, 2007, p.84.
3- Lacan, J., (1936): “Más allá del principio de realidad”. En Escritos 1, óp. cit., p. 90.
4- Ibíd., p. 90.
5- Cf. Ibíd., p. 91.
6- Cf. Ibíd., p. 95.
7- Ibíd., p. 95.
8- Cf. Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 269.
9- Cf. Ibíd., p. 275.
10- Ibíd., p. 293.
11- Lacan, J., (1954-55): El Seminario, Libro 2: El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 452-453.
12- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p. 293-294.
13- Ibíd., p. 294.
14- Ibíd., p. 178.
15- Freud, S., (1914): “Introducción del narcisismo”. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 2006, t. XIV, p. 74.
16- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”. En Escritos 1, óp. cit., 99.
17- Lacan, J., (1946): “Acerca de la causalidad psíquica”. En Escritos 1, óp. cit., p. 183.
18- Ibíd., p. 185.
19- Ibíd., p. 178.
20- Ibíd., p. 179.
21- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 128.
22- Ibíd., p. 128.
23- Lacan, J., (1955-56): El Seminario, Libro 3: Las psicosis. Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 138.
24- Ibíd., p. 138.
25- Lacan, J., (1946): “Acerca de la causalidad psíquica”, óp. cit., p. 152.
26- Ibíd., p. 153.
27- Ibíd., p. 157.
28- Ibíd., p. 164.
29- Ibíd., p. 170.
30- Ibíd., p. 184.
31- Ibíd., p. 169.
32- Ibíd., p. 174.
33- Ibíd., p. 175.
34- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p. 99-100.
35- Lacan, J., (1953-54): El Seminario, Libro 1, óp. cit., p 213.
36- Ibíd., p. 253.
37- Ibíd., p. 253.
38- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p.100.
39- Lacan, J., (1954-55): El Seminario, Libro 2, óp. cit., p. 253.
40- Ibíd., p. 252.
41- Ibíd., p. 252.
42- Cf. Lacan, J., (1948): “La agresividad en psicoanálisis”. En Escritos 1, óp. cit., p. 115.
43- Lacan, J., (1946): “El estadio del espejo…”, óp. cit., p.105.
44- Ibíd., p. 102-103.