de culpabilidad.
Kyou tomó asiento en la esquina más oscura, cerca del aura intensamente pura. Observando al grupo que ahora podÃa ver que el brillo provenÃa solo de una de ellos. Sus ojos se suavizaron por primera vez en innumerables años, por solo un instante al verla sonreÃr capturando la majestuosidad del club. Era como ver al sol y eso era algo que no habÃa hecho en un largo tiempo.
Ella era hermosa, con cabello caoba suelto y largo compensado por la sedosa camisa blanca que usaba.
La mirada de Kyou escaneó su cuerpo perfecto, capturando la piel expuesta en su cintura y la corta mini falda seguida de unas piernas bien formadas antes de levantar de nuevo a su cuello, que estaba expuesto. Siguió el arco arriba hacia su rostro con un gruñido de desaprobación. Estaba volteada a un ángulo y se encontró a si mismo necesitando ver sus ojos, los ojos eran el espejo del alma.
Sus instintos estaban reaccionando de formas en que no habÃa experimentado antes. Este sentimiento que no podÃa describir lo agitaba y de alguna forma le recordaba a su hermano. No le gustaba lo desconocido.
Oscureció las sombras a su alrededor al ella voltearse, haciendo un barrido con su mirada por encima de él pero él los habÃa visto. La vista casi le habÃa quitado la respiración de su cuerpo. TenÃa los ojos de esmeralda cubierta de inocencia, pero también pudo ver la travesura y el poder escondido ahÃ.
Kyou apretó su puño tan fuertemente que pudo sentir gotas de sangre formarse donde sus uñas afiladas habÃan perforado su piel. ¿Por qué habÃa ese tipo de inocencia aquÃ, en un lugar como este? No deberÃa estar permitido. Sintió un gruñido comenzar en el fondo de su pecho y trató de suprimirlo.
Si esta corazonada era correcta y Hyakuhei hiciera una aparición, entonces las cosas se podrÃan poner muy peligrosas muy rápido. ¿Era ella la que tenÃa el Corazón de Cristal del Guardián en su interior? Las palabras de su hermano vinieron una segunda vez para atormentarlo.
â⦠hermano, si lo encontramos entonces podemos ser libres de élâ¦â
Bloqueando los demás sonidos dentro del club, Kyou dirigió todos sus sentidos a ella, asà podÃa saber más y prepararse. Sus encantados ojos color oro casi brillaron mientras se metÃa en los pensamientos del grupo sentado en la mesa de ella. Escuchar los pensamientos de mortales era un vicio que no habÃa usado en un largo tiempo.
Tasuki se ofreció a buscar la primera ronda de bebidas ya que el barman era su primo. No iba a desperdiciar su única oportunidad de impresionar a Kyoko. Ãl sabÃa que ella pensaba en él como un amigo, pero él querÃa mucho más, si tan solo ella pudiera abrir sus ojos y ver la devoción que él le ofrecÃa. Nunca habrÃa un hombre que pudiera amarla más que él. Era simplemente imposible.
Suki sonrió al escuchar que él conocÃa al barman y le pidió a Tasuki que les trajera a todos unos tés Long Island bien frÃos. Tasuki le dedicó un guiño sonrojado a Kyoko, asintiendo y diciéndoles que volverÃa pronto. Se fue a buscar las bebidas de las chicas lo más rápido posible.
Los ojos de Kyoko se redondearon mientras clavaba los ojos en Suki. â ¿Té Long Island? Pero si somos⦠â Suki movió una mano desdeñosa para callarla.
â Vamos Kyoko. ¡Vive un poco! Los finales se acabaron y además⦠hemos bebido antes â, Suki trató de calmar a Kyoko al sonreÃr y voltear sus ojos. Esperando cambiar de tema, agregó: â debo admitir Kyoko que en ese atuendo y tus curvas⦠no te ves menor de edad â. Se rio en voz alta ante la mirada sorprendida en el rostro de Kyoko.
Kyoko miró a Suki escépticamente. â Dos veces, Suki. He bebido dos veces y apenas recuerdo cada vez⦠y no necesito vestirme asà para probar qué edad tengo â. Kyoko se ruborizó al poder recordar lo que se presentó la última vez en su cumpleaños. Por Suki, ella no recordaba mucho sobre su propia fiesta de cumpleaños.
Recordaba el enorme bol de fruta que Suki le habÃa dado con una sonrisa tan inocente. SabÃa de la debilidad de Kyoko por la fruta y habÃa jugado con eso. Kyoko se habÃa comido casi todo el bol sin darse cuenta de que habÃa sido impregnado de alcohol.
âElla me va a meter en problemas de nuevo⦠¡eso lo sé!â Lloriqueó Kyoko silenciosamente para sà y mentalmente se desplomó derrotada. Los otros solo habÃan bromeado sobre esa noche, algo sobre cómo Kyoko habÃa olvidado caminar⦠¡o hablar!
Suki sonrió, encogiéndose de hombros. â Asà que esta es la tercera vez â. Le sonrió contenta a Tasuki mientras traÃa las bebidas agarrando uno para ella ansiosamente.
Kyoko mordió sus labios, luego balbuceó algo sobre âtres strikes y estás fueraâ, pero se volteó y sonrió a Tasuki de todas formas. HabÃa algo como presión de grupo después de todo, y siendo lo inocente que era, se rindió.
â Tres tés Long Island como se solicitó â. Tasuki se sentó entre las chicas y dio un sorbo a su bebida. Sintió el calor alzarse de repente dentro de la habitación porque la bebida estaba muy fuerte. Mirando de reojo detrás de Kyoko vio a su primo detrás de la barra. La sonrisa traviesa en el rostro de su primo le hizo saber que las bebidas estaban más fuertes de lo normal.
Tasuki sacudió la cabeza y miró de vuelta a las chicas. â Por los finales, para que los pasemos todos brillantemente â, brindó Tasuki. Luego mirando a Kyoko a los ojos agregó: â Y porque no perdamos contacto con el otro de nuevo, sin importar qué.
Kyoko se sonrojó y sonrió tÃmidamente mientras tomaba su bebida de su mano extendida. Tomando un sorbo apresurada, sus ojos se abrieron cuando decidió que en realidad le gustaba el sabor. â Si no puedes vencerlos, úneteles â, guiñó el ojo a Suki con cordialidad.
Metió de golpe una pajilla en la bebida y a los diez minutos siguientes de risas y payasadas, el té helado Long Island desapareció. A Kyoko se le ruborizaban las mejillas en tanto que los efectos del alcohol lentamente fluÃan por su cuerpo.
Y Tasuki, habiendo tomado el suyo a la misma velocidad que Kyoko, ahora se sentÃa más cómodo y con un poco más de valor al preguntar a las chicas si querÃan bailar. Sus ojos se oscurecieron atractivamente mientras tomaba la mano de Kyoko y la guiaba a la pista de baile con Suki sosteniendo la otra mano de Kyoko.
Ãl solo supo que esta noche serÃa la mejor de sus noches en la universidad y nunca olvidarÃa un solo momento de ella.
A tan solo unos metros de distancia, Kyou observó al joven llamado Tasuki estirar el brazo y tomar la mano de la chica de ojos verdes y sintió la necesidad de romper los dedos ofensivos del joven atreviéndose a tocarla. Los sentimientos inocentes por la chica se podÃan leer claramente en sus ojos y pensamientos, pero aún no confiaba en él.
Kyou lo habÃa visto suceder muchas veces observando la vida nocturna. Un joven les da bebidas a las chicas y luego toma ventaja de su inocencia. Sus ojos se tiñeron de carmesà mirando al chico guiar a las chicas a la pista de baile. Kyou sintió la necesidad de tomar a la chica de cabello caoba y esconderla de cualquiera que quisiera herirla o poseerla.
Se preguntó ligeramente por su propia posesividad hacia la chica. Si ella era la que retenÃa el Corazón de Cristal del Guardián, entonces, ¿qué deberÃa él hacer? Una cosa que Kyou sabÃa era que, antes de dejar que Hyakuhei la tuviera, la matarÃa con sus propias manos.
Si la leyenda era cierta y Hyakuhei ponÃa sus manos en el poder del Corazón de Cristal del Guardián, no habrÃa forma de detenerlo.
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Kamui se sentó invisible, encima de uno de los altavoces