Un ejercicio interesante de realizar, con relación a lo recién mencionado y que puede prestar ayuda para una lectura más completa, consiste en seleccionar aquellos términos y conceptos que aparecen con mayor frecuencia e importancia, advirtiendo el propósito y oportunidad con que son mencionados. Algunos de estos son: auctoritas, pacificación, restauración de la República (consenso con el Senado), beneficios entregados (especialmente a la plebe), piedad, incorporación de nuevos territorios, reconocimientos de los pueblos y reyes extranjeros, entre otros. Tal como ya señalamos, estos aparecen de forma reiterada en varios pasajes y al relacionarlos se puede profundizar la comprensión del sentido e intenciones del autor. Esto no debe hacernos perder de vista el intento de Augusto por instalar todas sus palabras en la perspectiva de que Roma ha tenido bajo su mando un gobierno laborioso y que le había dado al Imperio un nuevo tiempo de prosperidad y tranquilidad, tal como fue representado en el Ara Pacis y señalado de manera expresa en los Juegos Seculares del año 17 a. C.
Res Gestae Divi Augusti contiene la visión personal de su autor sobre la vida política, militar, diplomática de la ciudad de Roma y de su Imperio entre los años 44 a. C. y el 13 d. C., es decir, desde el asesinato de Julio César y aparición de Octaviano –después Augusto– en la escena política, hasta el momento en que el emperador puso por escrito sus memorias en el marco de un imperio que lo había tenido a la cabeza del gobierno por varias décadas. Esta reconstrucción marcadamente personal fue realizada a través de la memoria, usada de manera selectiva por un gobernante autoritario con el objetivo de poner de manifiesto ciertos hechos y situaciones que resultaran ser indicadores de los aspectos claves de su gobierno y del sistema imperial establecido por él, buscando establecer una memoria oficial de aquello que había tenido lugar. A partir de lo recién señalado, varias lecturas y ordenaciones del texto resultan posibles y válidas.
Una mayor aclaración del punto recién mencionado puede obtenerse al preguntarse por aquello que no se encuentra en Res Gestae. No se encuentra una historia del período, sino una selección subjetiva y arbitraria de los hechos en una función determinada y clara15. No existe tampoco la intención de evidenciar los aspectos colectivos del proceso; por el contrario y de manera insistente se reitera el carácter personal de las cosas hechas, los colaboradores apenas reciben menciones, expresadas siempre en términos secundarios, mientras que los adversarios ni siquiera son objeto de una referencia directa.
El lenguaje utilizado para la redacción de la inscripción se convierte en un punto importante. Ya hemos tenido oportunidad de señalar que fue redactada en 35 párrafos breves, precisos y directos, con una gran economía expresiva16. Estas características no han permitido clasificarla dentro de alguna de las formas habituales de expresión en la literatura antigua, encontrándose en ella elementos de los elogios triunfales, de los textos de rendición de las acciones realizadas, así como de la autobiografía o biografía antiguas, pero todos combinados y resuelto en una clave personal. John Scheid, quien se ha ocupado del tema, concluye el punto con la siguiente afirmación:
Ellas no son una creación ex nihilo, ni la simple reproducción de un ejercicio convencional. Ahí se encontrarán ciertas características de las biografías, como la celebración de las virtudes y la respuesta a ciertas polémicas, pero no se puede reducir a esas similitudes inevitables con el género biográfico. …
Cabe considerar, entonces, a Res Gestae como una autorepresentación epigráfica, como una crónica de los hechos realizados, de los honores recibidos y de las generosidades ofrecidas al servicio de la República, breve como una autobiografía de un estilo particular17.
De igual manera se ha producido una larga discusión sobre la calidad literaria del texto. Esta ha tenido su punto de partida en la afirmación de Suetonio de que Augusto habría sido un escritor “elegante y ponderado” que “procuraba por todos los medios expresar su pensamiento con la máxima claridad.” Aulo Gelio probablemente exageraba al declararse, luego de la lectura de unas cartas de Augusto, “arrebatado por la elegancia del discurso, ni difícil ni forzada, sino fácil, por Hércules, y simple”18. Esta discusión ha llegado a tantos resultados como analistas han participado en ella. Lo que nos parece interesante de destacar es la relación estrecha que existe entre el mensaje a transmitir y el estilo adoptado para hacerlo. Desde este punto de vista se puede señalar, a modo de impresión personal, que RGDA. está bien lograda en cuanto a los objetivos propuestos.
La redacción de la inscripción denota el uso insistente de la primera persona: hice; anexé; como resultado de mis acciones, etc. Todo tendiente a destacar con claro voluntarismo el marcado protagonismo en su obra. Se advierte una tensión entre los rasgos autoritarios del uso lenguaje y la referencia a los conceptos de moderación y consenso que se utilizan de manera reiterada y que sirven de plataforma para el discurso del autor. Por último en relación con la cuestión de fondo y forma se puede señalar que el texto fue pensado desde sus inicios para ser materializado en una inscripción.
Augusto, restaurador de lo antiguo y creador de lo nuevo
Una de las ideas expresadas de forma más reiterada por Augusto en RGDA. consiste en señalar que su obra fue de restauración de la República romana en cuanto forma de gobierno, de reposición de las costumbres y de la piedad antiguas, así como también de algo que puede denominarse ‘un modo romano de ser republicano’. Estos aspectos son objeto de menciones directas en el texto, pero se pueden advertir también como inspiración en algunos pasajes que entregan noticias específicas sobre un determinado punto, como es el caso de la mención a la restauración de los templos en la ciudad de Roma, donde subyace el concepto de piedad hacia los dioses (véanse los comentarios a XIX,2 y XX,4, a modo de ejemplo).
La inscripción se abre y se cierra con referencias directas a la pacificación de Roma y a la restauración de la República como un efecto directo de ese primer logro. En I,1 se lee que “A los diecinueve años alisté un ejército por decisión personal y financiado por mí con el cual devolví la libertad de la República oprimida por el dominio de una facción”; mientras que en XXXIV,1, esto es, al momento del cierre, se encuentra que: “En mi sexto y séptimo consulado, luego de haber extinguido las guerras civiles, teniendo todo el poder con el consentimiento de todos, lo transferí al arbitrio del Senado y del Pueblo romano”19.
Probablemente sean estos los pasajes más comentados de la inscripción a lo largo del tiempo. Un análisis detallado servirá para dar cuenta de los conceptos y de las formas de escritura adoptadas por Augusto. En efecto, a los diecinueve años Augusto –entonces Octaviano– alistó un ejército personal con el cual se propuso reclamar la herencia política de Julio César, asesinado ese año (44 a. C.). Pero deduce, a continuación, y a modo de consecuencia directa de esta acción, su triunfo sobre Marco Antonio ocurrido bastante después en los años 31 y 30 a. C., a quien identifica simplemente como “una facción”. La idea central que el lector puede hacerse es que el hecho inicial fue la pacificación de Roma luego de las extensas guerras civiles que habían llegado a un punto máximo con el asesinato de César20. Cuatro años después de lograda la paz (27 a. C.) habría procedido a transferir de modo libre y voluntario la totalidad del poder desde sus manos al Senado y al Pueblo Romano (XXXIV,1), estableciendo de esta manera el carácter central y de mayor profundidad del nuevo régimen. Aunque se trate de hechos iniciales –recuérdese que Augusto gobernó hasta el año 14 d. C., esto es, 41 años más– en el texto aparecen antecediendo y concluyendo todas las noticias y referencias mencionadas. En términos generales, pero muy claros, a la paz habría seguido la restauración como resultado de un acto claro de voluntad política.
La restauración política habría sido acompañada