John Carl Flügel

Psicología del vestido


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las denuncian, el historiador del vestido que las valora a medida que ocupan sucesivamente la escena durante los breves años o meses de su vigencia, todos ellos concuerdan en que su propósito último, y a menudo su propósito abierto y consciente,2 es aumentar el atractivo sexual de los que las llevan y estimular el interés sexual de los admiradores del sexo opuesto y la envidia de los rivales del mismo sexo.

      Como una afirmación de esta naturaleza puede suscitar la incredulidad algo hostil con que se reciben muchas de las afirmaciones psicoanalíticas concernientes al simbolismo, haremos referencia a otros dos conjuntos de hechos, pues pueden contribuir a que el simbolismo en cuestión sea más fácil de aceptar. En primer lugar, si comparamos observaciones provenientes de distintas fuentes y de diferentes tiempos, podemos establecer la existencia de una transición continua que va desde una ostentosa exhibición de los genitales hasta su completa simbolización inconsciente mediante el uso de vestimentas que se les parecen, aunque sea ligeramente.

      Así, tenemos en un extremo la perversión bastante familiar de un exhibicionismo fálico localizado, en el cual se obtiene una satisfacción sexual obsesiva mostrando el pene desnudo, usualmente en estado de erección. Psicológicamente no existe sino una ligera modificación de esto (que implica, sin embargo, el importante paso del «desplazamiento del afecto» del cuerpo a la ropa) en el hecho

      Esto puede bastar por el momento con respecto al elemento sexual en el adorno. En lo que sigue tendremos amplias oportunidades para advertir su importancia y (puede esperarse) para despejar la impresión de simplicidad o dogmatismo que esta exposición algo sumaria y condensada pueda haber suscitado en la mente del lector.

      Analizaremos ahora factores de recurrencia menos universal y de alcance más restringido que, sin embargo, individual o colectivamente desempeñan —o han desempeñado— un papel de cierta importancia en el desarrollo del vestido. Pero antes de exponerlos haremos bien en tener en cuenta que, aun aquí, debe distinguirse a menudo un cierto elemento sexual en las satisfacciones que ofrecen, elemento que es a veces tan obvio y claro que no necesita señalarse pero que, en otros casos, requiere una explicación para que se advierta plenamente su fuerza y naturaleza.

      trofeos

      aterrorizar

      Los adornos consistentes en despojos de enemigos derrotados se transforman fácilmente en horrendos o temibles. Y esto nos lleva a otra de las funciones del adorno, aunque se trate de una función que tiene sólo un significado ocasional: el deseo de infundir terror en los corazones de los enemigos o de otras personas a las cuales se desea impresionar o alarmar. Otros ejemplos de este tipo de adorno pueden encontrarse en la práctica de la «pintura de guerra» —acompañamiento natural de las danzas guerreras y de otras formas de ceremonias militares— y en el empleo de máscaras grotescas o feroces. Éstas se utilizan más a menudo