poderosas? Dios quiere que pongas tu confianza en Su poder. Pablo les enseñó a los cristianos de Corinto que su fe tenía que descansar en el poder de Dios (1 Corintios 2:5).
Veamos por un momento qué tan poderoso ya es el Espíritu de Dios en nuestras vidas:
• Él es más poderoso que cualquier poder demoniaco (Mateo 12:28).
• Él es lo suficientemente poderoso para crear nueva vida dentro de ti (Juan 6:63).
• El Espíritu de Dios es un ayudante eternamente perdurable (Juan 14:16).
• Él te enseñará y te recordará las palabras de Jesús (Juan 14:26).
• Él le da vida a tu cuerpo mortal (Romanos 8:11).
• Él te guía y te permite saber con confianza que eres hija de Dios (Romanos 8:14-15).
• Él te asegura que eres heredera de Dios (Romanos 8:16-17).
• El Espíritu te ayuda en tu debilidad orando por ti (Romanos 8:26-27).
• Él es lo suficientemente poderoso para vencer tus dudas y ayudarte a abundar en esperanza (Romanos 15:13).
• Su intenso amor te hará postrar ante el Señorío de Jesús (1 Corintios 12:3).
• Él da los dones que te equipan para la obra que Dios ha planeado para ti (1 Corintios 12:4).
• Él te ayuda a comprender lo que Dios te ha dado sin reservas (1 Corintios 2:10-12).
• Él es lo suficientemente poderoso para cambiarte en una persona llena de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22-23).
El Poder de Dios para Vencer el Pecado
El Espíritu Santo mora en todos los hijos de Dios y es lo suficientemente poderoso para llevar a cabo lo milagroso en nuestras vidas. Este poder que mora dentro es el que te permite vencer los temores pecaminosos. Romanos 8:13 enseña que es por este mismo Espíritu que puedes hacer morir las obras de la carne.10
Por ti misma, en tu propia fuerza, nunca podrás vencer tu temor pecaminoso. Esto porque nadie es verdaderamente capaz de cambiar la inclinación de su propia naturaleza. Es cierto, podemos hacer cambios externos: podemos perder peso o aprender a nadar, pero el cambio en el corazón es algo que sólo el Espíritu Santo puede lograr. El tipo de cambio que necesitamos— cambio que nos librará de nuestro pecado—viene de un sólo lugar: el Espíritu Santo. Pero no te desesperes. Si eres cristiana, Su poder está disponible para ti hoy.
Venciendo Imaginaciones Temerosas
Mientras conducía por la autopista de camino a la iglesia, luché con el miedo que muchas abuelas conocemos. Mi hija estaba por dar a luz a nuestro primer nieto y, en mi imaginación, moría en el parto. De hecho, no sólo moría, sino que también nuestro nieto moría con ella y los imaginaba en un ataúd. No tenía una razón lógica para tener estos pensamientos porque mi hija y su bebé estaban bien, pero esta imaginación era real en mi mente, como si realmente hubiera sucedido. Lloré. Traté de imaginar la vida después de esta tragedia. ¿Cómo podía seguir? Pensé que debía regresar a casa porque ciertamente no podía ir a la iglesia en este estado. Entonces, el Espíritu Santo me convenció: ¿Qué estaba haciendo? Estaba permitiendo que mi imaginación me asustara y me aterrorizara. En seguida supe que lo que estaba haciendo estaba mal, así que le pedir perdón a Dios. Oré,
Dios, sólo Tú sabes lo que pasará en mi futuro. Tú sostienes mi vida en Tu mano. Sé que Tú no has prometido que nunca sufriré perdidas, pero Tú has prometido sostenerme si, en Tu plan amoroso, tengo que sufrir. Por favor, ayúdame a gozarme en Ti y a poner toda mi confianza en Ti. Amén.
Después de eso puse música de alabanzas y concentré mis pensamientos y mi imaginación en adorar y bendecir a Dios. Ahora estaba lista para ir a la iglesia.
Sabes, el problema con los temores que sólo existen en nuestra imaginación es que, como no son reales, los debemos enfrentar a solas. La gracia de Dios no está disponible para ayudarnos a vencer los problemas imaginarios que residen sólo en nuestra mente. Él nos ayudará a hacer morir estos temores imaginarios, pero sólo en el mundo real es que Su poder es efectivo para sostenernos en los problemas. Es sólo cuando Él nos llame a verdaderamente pasar por tiempos difíciles que Su poder estará presente para protegernos, consolarnos y fortalecernos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Dios levantó una familia de cristianos holandeses que ayudaron a esconder a personas judías del avance del ejército alemán. Esta sobrecogedora e inspiradora historia de sacrificio y valor se encuentra en el libro The Hiding Place (El Refugio Secreto)y fue escrita por la única hija sobreviviente de la familia, Corrie ten Boom.
De joven, Corrie se enfrentó con sus propios miedos. El bebé de una vecina murió y Corrie se dio cuenta que era posible que cualquiera muriera, hasta su propio amado padre. “¡Tú no puedes morirte! ¡No puedes!” lloró. Así es como ella describió la respuesta de su padre a su miedo:
Papá se sentó en la orilla de la estrecha cama. “Corrie,” comenzó con cuidado, “cuando tú y yo vamos a Amsterdam— ¿cuándo te doy tu boleto?”
Sorbí la nariz unas cuantas veces considerando esto.
“Bueno, justo antes de subir al tren.”
“Exacto. Y nuestro sabio Padre en el cielo también sabe cuándo vamos a necesitar las cosas. No te adelantes, Corrie. Cuando llegue el tiempo de que algunos de nosotros vayamos a morir, mirarás tu corazón y encontrarás la fortaleza que necesitas— justo a tiempo.”11
¿Puedes ver lo que el padre de Corrie le estaba enseñando? Cuando Dios te llame a enfrentar algo aterrador, ya sea tu propia muerte, una tragedia en la familia o alguna dificultad, entonces, y solamente entonces, Él te dará la fortaleza para vivirlo. A través de los años he tratado de recordar que no necesito el “boleto” de la fortaleza y la gracia de Dios para un tren que todavía no llega o quizá nunca llegue. El único boleto que necesito es para el tren que tengo que abordar ahora, y Dios ha prometido darme ese boleto cuando lo necesite. “No te desampararé ni te dejaré,” nos ha dicho (Hebreos 13:5). Él estará ahí, sosteniendo nuestra mano, sin importar lo que haya llegado a la estación.
El temor que existe en nuestra imaginación es un enemigo formidable. Pero puede ser eliminado por el Espíritu y la fe. El gran predicador inglés Carlos Spurgeon una vez predicó un sermón de los miedos innecesarios. Aquí está una porción de lo que dijo:
...muchos del pueblo de Dios constantemente están bajo aprensiones de calamidades que nunca les pasarán y sufren mucho más por sólo temerlos que por soportarlos si de hecho les pasaran. En su imaginación hay ríos en su camino y están ansiosos por saber cómo los cruzarán o atravesarán nadando. No existen tales ríos, pero se agitan y se angustian con ellos... estas personas tímidas continuamente están cruzando puentes que solamente existen en sus... fantasías. Ellos mismos se apuñalan con dagas, se mueren de hambre en hambrunas imaginarias y hasta se entierran en tumbas....12
Conforme avancemos en este libro veremos cómo el Espíritu Santo nos puede ayudar a controlar nuestros pensamientos y a aprender a disciplinar nuestras mentes. Por ahora, sin embargo, es importante que comencemos a ver cómo nuestra imaginación pecaminosa alimenta nuestros temores.
Desarrollando Dominio Propio
En 2 Timoteo 1:6-7, Pablo mencionó tres cosas que Dios le había dado a Timoteo: poder, amor y disciplina (o dominio propio). En el capítulo 10 trataremos el amor, así que por ahora nos enfocaremos en uno de los resultados del poder del Espíritu: dominio propio.
Pablo le recomendó a Timoteo que recordara que Dios le había dado la capacidad para disciplinar su mente. La palabra que Pablo utilizó aquí se usa sólo una vez en el Nuevo Testamento y se refiere a la facultad de la mente que le permite a alguien controlar sus pensamientos, tener dominio propio. El punto es que Dios le había dado a Timoteo la capacidad o la habilidad para tener una mente disciplinada