en ciertas maneras sutiles pero significativas, pero no ha venido en una realidad externa y gloriosa. De la misma manera que hay una superposición de las épocas en la historia de esta familia, lo mismo ocurre en la historia del mundo. Ahora mismo la historia está embarazada con el siglo venidero.
Esta perspectiva general de la doctrina bíblica de los dos siglos y especialmente la superposición de los dos siglos tiene una amplia importancia práctica y doctrinal para los cristianos. En línea con mi llamado a una escatología del evangelio en el primer capítulo, permíteme proveer unas pocas ilustraciones del significado práctico, del evangelio, de este esquema de la escatología.
Este esquema explica mucho sobre el carácter en dos etapas de la salvación. Explica, en otras palabras, por qué la Biblia habla constantemente de la salvación en términos de ya y todavía no. Por todas partes la Biblia asume el carácter en dos etapas de la salvación: Justificación (Rom. 5:1; Mat. 12:37), adopción (Rom. 8:14-16; con el versículo 23 del mismo capítulo y también Gál. 4:4-6 con Ef. 4:30), y redención (Ef. 1:7 con 4:30), vida eterna (Juan. 3:36; Mat. 25:46), descanso (Mat. 11:29; Heb. 4:9-11) junto con muchas otras de las otras realidades bíblicas asociadas con la salvación, se puede hablar de ellas como de realidades pasadas tanto como de bendiciones futuras. Esto es así porque el siglo venidero que trae la salvación se desarrolla en dos etapas. Existe una superposición de este siglo y el siglo venidero.
Una de las muchas aplicaciones prácticas de esto para los cristianos es el poner de relieve la necesidad de perseverar en la vida cristiana para vida eterna. La mayor parte de los creyentes evangélicos no entienden la necesidad de la perseverancia porque piensan en la salvación sólo en términos de algo que ya tienen. No obstante, según el Nuevo Testamento, también es algo que aún han de recibir. De ahí que, venga la exhortación a los cristianos (que según Mat. 11:28-30 ya han recibido a Cristo como su descanso) de que deben ser diligentes para “entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (Heb. 4:11).
Este esquema también explica la tensión ética en la vida del cristiano. A muchísimos cristianos se les enseña a buscar experiencias que les librarán de la tensión de vivir en el período de la superposición de los siglos. Quieren en esta vida una vida superior, o una vida más profunda, o una vida victoriosa, o una segunda bendición, o un bautismo del Espíritu que en efecto les saque de la contradicción, del pesar, y de la prueba de este siglo. No obstante, el único camino por el cual el cristiano puede escapar de la batalla con el pecado y el pesar en este siglo es partir de este siglo. Debe, o bien morir e ir al cielo, o entrar, en el regreso de Cristo, en el siglo venidero. La enseñanza que promete el cese del conflicto y de la prueba en esta vida no es amiga del cristiano.
Esta estructura bíblica nos advierte de que en este siglo no hay una bendición que no vaya seguida de una prueba, ningún gozo que no vaya seguido de un pesar; y ninguna victoria final sobre el pecado remanente. Los cristianos deben ser conscientes del síndrome de la cumbre de la montaña. En este siglo no existe el permanecer siempre en la cumbre de la montaña. Debemos siempre regocijarnos con temblor. Cuando los cristianos dejan de buscar en esta vida una experiencia que la Biblia nunca les promete, estarán preparados adecuadamente para disfrutar las bendiciones que Dios les da en esta vida y no buscarán algo más en las bendiciones que nunca van a encontrar. También estarán preparados para afrontar la realidad de la vida cristiana como es debido, pelear la buena batalla de la fe, acabar la carrera, y correr de la manera adecuada para ganar.
Este esquema también explica mucho sobre el futuro de la iglesia. No debemos esperar una edad de oro antes del regreso de Cristo. Eso es una negación del carácter de este siglo. Pero tampoco debemos ser “pesimilenaristas” y no ver otra cosa que apostasía para la iglesia visible. Eso también es una negación de la superposición de los siglos. La iglesia es animada por las poderosas realidades del siglo venidero que ya han irrumpido en el mundo con la primera venida de Cristo. Aquellos que le dicen a la gente que no “abrillanten los dorados” en el barco que se hunde de la iglesia están trágicamente equivocados. Aquellos que enseñan que esta dispensación de la iglesia (como cualquier otra dispensación) acabará sin duda en fracaso y apostasía están equivocados. Estos debilitan las manos de los verdaderos cristianos en la labor ordenada por Dios de edificar la iglesia de Cristo. Tanto los pesimistas sombríos como los optimistas soñadores tienen perspectivas desequilibradas de las perspectivas futuras de la iglesia. La perspectiva bíblica entiende la superposición de los siglos y equilibra estas perspectivas diferentes en un optimismo realista.
Observaciones Finales
Esta exposición de El Propio Sistema de la Biblia comenzó con la intención de mostrar que un estudio del lenguaje claro, de los pasajes literales, y de las verdades generales de la Biblia resuelve muchas de las grandes dificultades y mucha de la profunda confusión sobre la escatología bíblica. Desde las afirmaciones, claras, literales y generales de la Biblia hemos aprendido una perspectiva de la historia y especialmente de la historia futura que es simple en su naturaleza y al mismo tiempo profunda en sus implicaciones. Esta estructura bíblica, simple, de la historia de la redención es poco hospitalaria tanto para el premilenarismo como para el postmilenarismo. También arma al creyente con un realismo bélico optimista con el que pelear la buena batalla de la fe en este período de superposición de los siglos. Finalmente, El Propio Sistema de la Biblia proyecta una luz asombrosa sobre el significado y la enseñanza de la Biblia en asuntos que van más allá de lo que con frecuencia se consideran los confines estrictos de la escatología. El lector debe juzgar por sí mismo, pero el escritor siente que la intención de estos estudios sobre El Propio Sistema de la Biblia ha sido cumplida.
Capítulo 7
La Línea Divisoria
- El Juicio General
El Día del Juicio es un asunto inmensamente importante y práctico en el estudio de la escatología. Es una cuestión que es sujeto de una amplia revelación en la Biblia. El término “día” como referencia al día del juicio ocurre 58 veces en el Nuevo Testamento. Es un punto fundamental, un principio elemental, de la enseñanza Cristiana (Heb. 6:1-3). Una vez más, permítaseme enfatizar que para establecer el sistema bíblico de profecía no vamos a ir a los detalles de la escatología ni a los asuntos bíblicos marginales.
El siguiente tratamiento, no obstante, no tiene la intención de ser un estudio exhaustivo del día del juicio. Nuestro interés está simplemente en cómo el juicio general clarifica el sistema de escatología que se enseña en la Biblia. Lo que estamos preguntando es cómo nos ayuda esta doctrina a escoger entre los distintos sistemas escatológicos que compiten por nuestra lealtad.
La tesis de este capítulo es que habrá un juicio de todos los hombres vivos o muertos, justos o injustos, que ocurrirá en la segunda venida de Cristo y que dará como resultado la vida eterna o el castigo eterno. Esta tesis tiene tres puntos. El alcance del juicio es todos los hombres vivos y muertos. El tiempo del juicio es la Segunda Venida de Cristo. Los resultados de este juicio son la vida eterna o el castigo eterno.16
En los capítulos precedentes consideramos todo el tiempo al considerar los dos siglos. En este capítulo estrechamos nuestro enfoque a la línea divisoria entre los dos siglos. Si la tesis mencionada anteriormente puede ser establecida, tendrá un impacto tremendamente clarificador en nuestro sistema de escatología. Si el juicio ocurre en la segunda venida, es absolutamente universal, y da como resultado el estado eterno, esto corroborará poderosamente muchas de las conclusiones a las que hemos llegado en los capítulos precedentes.
Nuestra metodología no será un intento de inspeccionar los amplios materiales bíblicos, sino tomar los tres pasajes clásicos que tratan de manera más extensa el asunto.17 Esos pasajes son:
I. Mateo