sobre la Tierra cumpliendo el plan de Dios para su creación. Pero Lucifer cayó e hizo de este planeta un estado pecaminoso, desordenado, caótico y violento. Con la rebelión satánica, nuestro planeta experimentó, por primera vez, las consecuencias del pecado.
El plan de Dios es liberar a la Tierra de toda rebelión y restaurar su reino a través de su Hijo Jesucristo. Todo el mensaje bíblico está centrado en la plena redención del ser humano. En el plan de Dios, actualmente nos encontramos muy cerca del final de la rebelión de Adán y muy pronto Dios enviará a su Hijo a derrotar a sus enemigos para establecer su reino prometido desde el tiempo de los profetas del Antiguo Testamento.
“Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. El último enemigo que será destruido es la muerte, pues Dios «ha sometido todo a su dominio». Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo. Y cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos.”
1 Corintios 15:24-28
Capítulo 4
Ángeles, Demonios y Extraterrestres
En los últimos años, algunos investigadores del fenómeno OVNI, como Jacques Vallée1 y John Keel, han trazado paralelos entre la naturaleza de los ángeles, los demonios y los supuestos ocupantes de esas naves. Para poder determinar si estos eventuales seres extraterrestres hacen parte de la dimensión angelical o demoníaca, es necesario examinar primero algunos de los atributos de los ángeles y los demonios. Erróneamente se ha considerado que los ángeles caídos y los demonios son una misma cosa, pero se trata de dos entidades espirituales completamente diferentes.
Clasificación de Estas Entidades Espirituales
Los Ángeles de Dios
La palabra ángel significa mensajero (heb. malak; gr. angelous), aunque también son ejecutores de las órdenes y las sentencias divinas; por ejemplo, un solo ángel fue el responsable de la matanza de los primogénitos de Egipto (Éxodo 12:29) y un solo ángel mató a 185,000 asirios (2 Reyes 19:35).
Los ángeles fueron creados por Dios antes de crear al ser humano (Colosenses 1:15-16), con la capacidad de manifestarse en cuerpos físicos semejantes a los del resto de la humanidad, pudiendo ser confundidos con ellos sin ser reconocidos o distinguidos.
“Caía la tarde cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Al verlos, se levantó para recibirlos y se postró rostro en tierra... Llamaron a Lot y le dijeron:
—¿Dónde están los hombres que vinieron a pasar la noche en tu casa? ¡Échalos afuera! ¡Queremos acostarnos con ellos!”
Génesis 19:1, 5
Aquellos sodomitas no se hubieran interesado en estos seres si no hubieran tenido cuerpos humanos. De igual manera, cuando el ángel Gabriel se apareció a María para anunciarle el nacimiento de Jesús, María no se asustó al verlo (Lucas 1:26-28), pues claramente lo vio con apariencia humana.
En el Nuevo Testamento, dos ángeles fueron confundidos con humanos en la tumba de Jesús después de su resurrección (Lucas 24:4); y esto mismo sucedió en su ascensión (Hechos 1:10). El autor de la Carta a los Hebreos afirma esta capacidad de los ángeles al exhortar al pueblo cristiano a “practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2).
Los Ángeles Caídos
En su rebelión, Lucifer arrastró a la tercera parte de los ángeles con él para convertir a este mundo en un lugar desolado y caótico (Génesis 1:2).
“Y apareció en el cielo otra señal: un enorme dragón de color rojo encendido que tenía siete cabezas y diez cuernos, y una diadema en cada cabeza. Con la cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra...”
Apocalipsis 12:3-4
Las estrellas a las que se refiere la Escritura son los ángeles caídos que acompañaron a Satanás en su rebelión y se convirtieron en los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas que dominaron al mundo desde entonces (Efesios 6:12). Estos ángeles caídos son descritos en la Biblia con características diferentes a los demonios, pues al igual que los ángeles de Dios, también pueden materializarse, pero con propósitos malignos bajo las órdenes de Satanás. En Génesis 6:1-4 y en otros pasajes del Antiguo Testamento, a estos seres se les llama “hijos de Dios” (heb., ben Elohim).
Estos ángeles caídos mantienen sus cuerpos y no lo pierden como sucedió con los demonios en varios episodios narrados en la Biblia (Lucas 11:24-26). En ella nunca se menciona que un ángel caído haya entrado o poseído a algún ser humano o que haya perdido su cuerpo. Ellos se materializan.
Los Demonios
Satanás tiene otro grupo de entidades espirituales bajo su mando: los espíritus malignos o demonios (Mateo 8:16; Marcos 9:25; Lucas 10:17, 20; 17:18). Esta palabra proviene del griego daimon, que quiere decir “ser inteligente.”
“Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.””
Lucas 11:24
En la Biblia se les menciona claramente como “espíritus malignos” (heb., ruach-ra), opuestos al bien (heb., sayr), inmundos, de enfermedad, de temor, etc. Tienen nombres y sobre ellos hay autoridades a las que se someten y obedecen (1 Samuel 16:14).
Su naturaleza es diferente a la de los ángeles, pues son espíritus que quedaron sin cuerpo después de ser juzgados por Dios y andan errantes en busca de cuerpos humanos o de animales para poseerlos y descansar (Lucas 4:33-36, 41; 6:18; 8:2, 26-33; 11:21-26). Por el contrario, los ángeles aún mantienen sus cuerpos etéreos.
Cuando Jesús comenzó a expulsar demonios, estos le pedían que no los arrojara al abismo, es decir, a una prisión que ya existía desde la antigüedad (Lucas 8:31). La palabra hebrea traducida como “abismo” es thom (Génesis 1:2) y es la misma usada en griego: abyss. Al haber habitado estos demonios el mundo pre-adámico antiguo, fueron juzgados y condenados por Dios a la destrucción debido a sus pecados, tras de lo cual, el mundo quedó en completa desolación (2 Samuel 22:16; Salmo 74:13-17; 104:5-9). Pero entonces ¿de dónde provienen los demonios?
“El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho.”
Apocalipsis 20:13
La Tierra fue sumergida en el agua antes de su restauración, así que estos espíritus debieron ser encerrados en las profundidades del mar. Cuando a través de la Biblia Dios afirma que algún día “el mar entregará a sus muertos” (Apocalipsis 20:13), da a entender que tanto el Hades como el mar contienen espíritus. La interpretación natural es que el mar entregará los cuerpos de los que hayan muerto en sus aguas. Pero si ese fuera el caso, la tierra también debería entregar los muertos enterrados en ella. Sin embargo, la Biblia no menciona que la tierra entregará a sus muertos. En consecuencia, lo que el mar entregará no pueden ser los cuerpos de los muertos, sino los espíritus que fueron encerrados allí.
Es sabido que los espíritus de los muertos sin ser salvos se encuentran en el Hades, pero la Biblia nunca sugiere que las almas humanas sean guardadas en el mar. Entonces, ¿quiénes serán los muertos que el mar entregue? ¡Aquellos que pertenecieron al mundo antiguo!
El orden que da el pasaje de Apocalipsis 20:13 es muy revelador: primero, los muertos del mar, después los del Hades. Así que los habitantes del mundo antiguo que murieron primero, serán los primeros en ser juzgados, pues el juicio seguirá el orden de Dios.
Es posible que los orígenes de los demonios sean los espíritus