Círculos en Israel
Una de las más grandes, aunque poco conocidas maravillas del mundo antiguo, es un monumento similar a Stonehenge y que se encuentra en la cima de las Colinas del Golán, en Israel. Se trata de Gilgal-Rephaim (heb., Círculo de los Gigantes), también llamado el Stonehenge de Levante, datado con una antigüedad superior a los 4,000 años. Este monumental conjunto megalítico consta de cinco anillos concéntricos de piedras, cuyo diámetro alcanza los 170 metros y agrupan más de 40 mil piedras, algunas de las cuales pesan más de 20 toneladas y superan los 5 metros de altura.
Este complejo se encuentra a 16 kilómetros al oriente del Mar de Galilea, en medio de una enorme planicie. Esto hace que sea difícil apreciarlo desde el nivel de suelo y que sólo sea posible hacerlo desde un avión. Es posible que hubiera sido usado como observatorio astronómico o calendario estelar.
Todos estos colosales y misteriosos monumentos, dispersos alrededor del mundo, tienen características específicas que las diferencia, pero también muchas de ellas generales que, dadas las distancias y la poca o nula comunicación o interacción entre las culturas que las erigieron en su momento, hacen pensar que tuvieron un mismo origen, en una misma mente creadora y tal vez, en la intervención de otro tipo de seres con tecnologías o capacidades que sobrepasan las humanas.
Son muchos los interrogantes que surgen de estas simples observaciones:
¿Existió un mundo preadámico? ¿Hay evidencias bíblicas de ello? ¿Qué motivó a las antiguas civilizaciones a construir estructuras conectadas con la observación de los cuerpos celestes? ¿Cómo pudieron construir complejos tan monumentales sin tecnologías o incluso herramientas como las que se tienen hoy? ¿Hubo entidades espirituales que habitaron la Tierra y desplegaron tales conocimientos y técnicas que superan lo alcanzado por la humanidad hasta este día? ¿Hubo gigantes involucrados en ellas? ¿Hubo intervención de entidades sobrenaturales o extraterrestres? ¿Por qué aparentemente “desaparecieron”? ¿Realmente lo hicieron?
Algunos de estos monumentos megalíticos fueron construidos en el período Neolíotico, en la Edad de Piedra. Sin embargo, en ese entonces la humanidad estaba apenas experimentando la transición entre la vida nómada y el sedentarismo con la aparición de la agricultura, la ganadería y las artes domésticas y con ellas el comercio, que dieron origen a los posteriores asentamientos urbanos donde empezó la civilización.
Capítulo 3
La Caída de Lucifer
El pasaje de Isaías 14:12-14 revela algunos fragmentos de la historia y del tiempo antes de que Adán fuera creado. En ese entonces, los ángeles caminaban sobre la Tierra haciendo la voluntad del Creador y siguiendo las órdenes de Lucifer. La posición de influencia de este ángel creado por Dios es aún respetada por los mismos arcángeles de Dios, pues “ni siquiera el arcángel Miguel, cuando argumentaba con el diablo disputándole el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar contra él un juicio de maldición” (Judas 9), dando a entender claramente que Lucifer debió haber tenido una posición de autoridad en la corte celestial sobre la cual sólo estaban Dios y su Hijo Jesucristo.
Ahora, un cuidadoso estudio de Génesis 1:1-2 revela el inmenso período de tiempo que transcurrió entre estos dos versículos:
“Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas.”
Génesis 1:1-2
Este pasaje describe, sin duda, un cataclismo de proporciones universales que dejó al planeta en una absoluta desolación y devastación por un gran juicio de Dios. Millones de años antes de que Adán pecara, el pecado ya existía en un ser espiritual muy poderoso, hermoso y lleno de sabiduría llamado Lucifer. Esta criatura, llena de fascinación, se presentó ante Eva en forma de “serpiente” (heb., nakjásh, “ser resplandeciente, el que brilla”) para tentarla y hacerla caer.
“La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer:
—¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
—Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.”
Pero la serpiente le dijo a la mujer:
—¡No es cierto, no van a morir!”
Génesis 3:1-4
El final de esta historia es bien conocido, pues todos los días el ser humano experimenta la corrupción que se desató en el mundo entero por esta infección contagiosa que la Biblia llama pecado (Romanos 5:12).
Este capítulo analizará la caída de Lucifer y la conexión entre su pasado y la historia del mundo pre-adámico. Las circunstancias que rodearon la rebelión de Lucifer están estrechamente conectadas con las condiciones de la tierra en Génesis 1:2.
El Reino de Lucifer
Varios pasajes del Antiguo Testamento se refieren a la caída de Lucifer. También, algunos pasajes proféticos que, como piezas de un rompecabezas, al ser puestos juntos, revelan una muy clara imagen de la Tierra antes de que la humanidad fuera creada.
Lucifer (heb., heylel, “portador de la luz”), también conocido como el “hijo de la mañana,” protagonizó una gran rebelión en el cielo cuyo inicio se narra en el siguiente pasaje:
“¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! Tú, que sometías a las naciones, has caído por tierra. Decías en tu corazón: «Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo.»”
Isaías 14:12-14
En el contexto de este pasaje, se habla de Lucifer como “el rey de Babilonia” (v.4). Este recurso de la literatura bíblica es conocido en teología como la “ley de la doble referencia,” la cual consiste en que un personaje invisible opera a través de un personaje visible; en la mayoría de los casos, el ser invisible usa al personaje visible como un instrumento para obstaculizar o entorpecer el plan de Dios. Tal fue el caso cuando Pedro reconvino a Jesús ante el anuncio que Él hizo de su muerte:
“Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo:
—¡De ninguna manera, Señor! ¡Esto no te sucederá jamás!
Jesús se volvió y le dijo a Pedro:
—¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres.”
Mateo 16:22-23
En el pasaje, Jesús no se dirigió a Pedro ni quiso decir que él fuera el diablo. Él vio a Satanás que estaba usando a Pedro para obstaculizar el plan de Dios.
Naciones Pre-Adámicas
La profecía de Isaías 14:12-14 debe referirse, sin duda, a una época anterior a Adán. Este pasaje retrata a Lucifer exaltado antes de su caída por orgullo y rebeldía. Ya “las estrellas y las nubes” habían sido creadas y sobre ellas Lucifer tenía su trono, lo que indica que se le había dado autoridad y gobierno. A él se le acusa de haber “debilitado a las naciones” (v.12), así que estas debieron haber existido ya en ese entonces.
Cuando Adán fue creado, Lucifer ya no tenía un gobierno personal y visible en la Tierra ni lo ha vuelto a tener desde entonces, así que la caída de Lucifer debió haber tenido lugar antes de que Adán fuera tentado en el Jardín del Edén, es decir, el Paraíso. Pero, aunque ya no tenga ese gobierno personal y visible, la Escritura menciona que Lucifer aún continúa engañando a las naciones.
“Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña