target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_7716bd52-6e47-5576-998a-151eb3e2c56d">2 En esta categoría se podría poner un libro reciente: Casimiro García, El humor en la Biblia: síntesis festiva del Antiguo Testamento (Córdova: Arcopress, 2008).
3 Un ejemplo de otro pueblo (los hititas), pero que probablemente se aplica en este caso: Amnon Altman, “Rethinking the Hittite System of Subordinate Countries from the Legal Point of View”, Journal of the American Oriental Society 123, N° 4 (2003). En los libros proféticos de la Biblia también se constata que hay una diferencia significativa entre el sometimiento sin guerra o después de una guerra.
Capítulo 1
Introducción al humor
Introducción
Antes de abordar el tema del humor en el Antiguo Testamento propiamente, es necesario hablar de las características del humor y de los problemas inherentes a su estudio. Para ello, miraremos algunas de las propuestas más importantes sobre la naturaleza y funciones del humor en la sociedad.
El humor es universal y común a todos los pueblos, lenguas y culturas de la Tierra. Al mismo tiempo, es una realidad social con características culturales particulares. Es decir, toma características propias que varían de un lugar a otro, aun dentro de un mismo país con un mismo idioma. Las personas no se ríen siempre de las mismas cosas ni hacen humor de la misma manera4. Esto explica las dificultades en que nos vemos cuando tratamos de traducir un chiste a otro idioma o cuando pretendemos explicar a un extranjero algo humorístico de nuestra cultura: o se ríen “por educación” o nos miran con cara de desconcierto, probablemente pensando lo que me decía mi papá cuando le contaba un chiste malo: “Cuéntamelo de nuevo, y avísame cuándo debo reírme”. Cuán incómoda es la “risita inconveniente”. Igualmente, en ocasiones vemos personas reírse de cosas a las que nosotros, por mucho esfuerzo que hagamos, no les encontramos la gracia. Esto se debe a que:
El humor es local y el sentido del humor es generalmente muy específico del contexto […]. El humor es un tipo de información privada de las culturas, el cual se podría decir en realidad que funciona como un mecanismo de defensa lingüístico5.
Muchas veces “el humor se basa en referencias contemporáneas, significados de palabras, contrastes o alguna comprensión social que se le escapa al forastero”, no sólo por tratarse de humor en otra lengua, sino porque el “humor puede ser uno de los medios de expresión humana más sofisticados y esotéricos”. De modo que, siendo pesimistas, al intentar apreciar el humor de culturas antiguas, “lo máximo que podemos aspirar es a un vistazo de una pequeña parte del humor que ha sobrevivido”6.
En el estudio del humor, enfrentamos, además, el problema de que lo chistoso para uno puede resultar ofensivo para otro; es decir, en el humor no es rara la agresión. Hay humor de y humor a expensas de. Como colombiano, me pasa frecuentemente que la gente en casi todos los países que he visitado, tanto en Estados Unidos como en Europa y en América Latina, me hacen chistes relacionados con mi país. Si le regalo café a alguien, me dice, “¿Seguro que es café lo que hay en el paquete?”. Y si no llevo nada, me preguntan: “¿Y no trajo nada de ‘aquello’?”. ¡Y se ríen! Una realidad del humor es que no siempre es divertido para todos. De modo que cada vez le encuentro menos gracia al chiste y me resulta más difícil ser amable con estas personas.
En esto de la agresión en el humor, hay dos perspectivas opuestas. Para algunos autores, el humor deja de ser humor cuando es ofensivo. Por eso ha dicho alguien que “un chiste es esencialmente una liberación inofensiva de emociones peligrosas; es catártico”7. Otros dicen que no, que la sátira, la ironía y el sarcasmo, aunque con frecuencia ofensivos, son dignas expresiones humorísticas, con todo y ofensa.
Por otro lado, también existen los contextos y los tiempos para el humor. Una humorista colombiana terminó verbalmente agredida en medio de su actuación cuando quiso hacer chistes de un ministro en un club privado de Bogotá. No calculó que la simpatía de la que gozaba el ministro en el auditorio era superior a la fuerza del humor.
Definición
Existe una variedad de términos que se utilizan en los estudios sobre el humor, cada uno con sus propias sutilezas semánticas: humor, humorismo, comicidad, chiste y comedia. El problema radica en la historia del uso de los términos y las variaciones en su uso actual de un autor a otro. Definir el término humor no es fácil, y mucho menos hacer distinciones finas con respecto al resto del vocabulario que acompaña el tema. Sin embargo, y sin pretender resolver aquí todas estas cuestiones, diremos algo general para establecer un vocabulario básico para la comprensión del tema, por lo menos en este libro. Empecemos, entonces, con la definición de humor y luego vamos a las teorías que explican la forma, la naturaleza y la función del humor.
La palabra “humor” originalmente tenía un uso diferente al actual. Se relacionaba con humedad y se refería a los líquidos corporales que determinan la salud y los estados de ánimo. Los antiguos griegos hablaban de cuatro humores: la bilis amarilla (coler), la bilis negra (melan-col), la sangre y la flema. De la forma griega de estas palabras, vienen las categorías de colérico, melancólico, sanguíneo y flemático. En la medida en que los cuatro líquidos estuvieran balanceados, se consideraba que una persona estaba de buen humor. Así, la explicación a un ataque de ira no se buscaba en una niñez traumática, sino en un desbalance acuoso. Cualquier exceso o deficiencia de alguno de los líquidos era causa del mal estado de ánimo, mal temperamento o sencillamente mal humor8.
Aunque hay todavía psicologías populares basadas en esta comprensión antigua de los humores, hoy en día la psicología se fundamenta en otras cosas, y la palabra humor se usa en otro sentido (excepto el humor acuoso y el humor vítreo). El uso más común en la actualidad es que el humor se refiere a lo cómico y lo risible. Es probable que este uso venga de los literatos ingleses del siglo dieciséis9 o de los mismos griegos que trasladaron el sentido de “mal humor” a “risible”. Es decir, una persona con exceso de uno o varios de los cuatro humores se descompone de tal manera que da risa. Por el mismo camino, el humorista es entonces la persona que hace reír10.
Para algunos autores, la palabra “humor” no puede definirse. Observemos las opiniones y dificultades. Yehuda Radday dice que el humor es como la inteligencia: los especialistas no se han podido poner de acuerdo en una definición, pero nadie vacila en medirla. Así, pues, no nos vamos a sentar a esperar que los psicólogos y los filósofos definan el humor para luego hablar de él11. Foster, sin embargo, propone una definición sencilla: “El humor es la percepción y expresión de lo absurdo y lo divertido”12. Benedetto Croce sostiene que el humorismo, por ser un proceso psicológico, es indefinible.
Garrido Luceño, citando a Enrique Jardiel Poncela, dice que “intentar definir el humor es como querer atravesar las alas de una mariposa con un poste de teléfono”13. Sin embargo, se pueden apuntar algunas características esenciales. El humor es realista en el sentido de que capta el “contraste entre el ser y la apariencia”. De ahí que Pirandello, citando a Richter, diga que el humor es “lo sublime al revés”14. En