La ocupación militar de República Dominicana
Trabajo cultural y trabajo político
Mariátegui, el socialismo peruano “ni calco, ni copia”
La guerra civil española (1936-1939) y la intelectualidad de izquierda
Jorge Eliécer Gaitán, el liderazgo truncado
La segunda posguerra y la guerra fría
El entorno internacional después de la Segunda Guerra Mundial
Chile
Argentina y Perón
Perú
Ecuador
Bolivia
Paraguay
Colombia
Brasil
El caso especial de México
Guatemala
Nicaragua, El Salvador, Honduras
La Venezuela de los partidos modernizadores
Panamá
Cuba
Suicidios y asesinatos
República Dominicana y Haití
Las islas liberal-democráticas
El caso especial de Costa Rica
Figueres, Grigulevich y Vesco
Poder y voluntarismo: la modernidad retrasada
El hegelianismo al revés
La búsqueda del Estado en forma
Modernización y democratización
La perspectiva de Carlyle
Positivismo y modernidad pretoriana: el caso de Venezuela
América Latina en la guerra fría
El caso cubano: Fidel Castro, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las Organizaciones Revolucionarias Integradas, el Partido Comunista de Cuba
La domesticación de la cultura
Cuba y la transición chilena
Venezuela y Cuba
El Frente Sandinista de Liberación Nacional y Nicaragua
La caducidad del mundo bipolar
El fin de la guerra fría
Globalización, intereses nacionales y democracia liberal
La realidad cultural-política posguerra fría
La tentación autoritaria
La huella de lo hispánico en nuestro mestizaje
Universalismo y fortalecimiento de la identidad cultural-política
Para superar la historia política de los gatos pardos
Nuevos políticos para nueva política
Estas páginas fueron inicialmente escritas para la Maestría en Derecho Internacional de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana. Poseen, por tanto, un carácter muy general, dado el tema que fue propuesto. Intentar una visión global de América Latina a lo largo del siglo XX y comienzos del XXI, desde una perspectiva histórico-política, requeriría un trabajo de mucha mayor extensión. Tienen así un carácter introductorio y ninguna ambición de plenitud. Se ha buscado una visión cultural-política, porque sin ella resulta imposible dar explicación, por más somera que fuera, de los fenómenos históricos que se distinguen en nuestro proceso de pueblos soberanos, es decir, procesos postindependentistas. A pesar de estar limitada al siglo XX, era imposible hablar del inicio del siglo sin tomar en cuenta los acontecimientos de mayor relieve de fines del siglo XIX, que tanta huella dejaron en la historia latinoamericana, como la guerra hispano-estadounidense de 1898.
Podrá constatarse, sin mayor esfuerzo, un desarrollo disímil de acontecimientos y personas. Consideré que, siendo necesaria una elección, era preferible destacar facetas menos conocidas por el universitario actual, en beneficio de una mejor información que permitiera al lector entender el enfoque y elaborar su propio juicio. Así, estas páginas tienen algo de collage histórico-político. Espero, sin embargo, que la visión caleidoscópica de procesos, protagonistas y situaciones permita entender la fundamentación de las tesis que se formulan. Es muy variada y compleja la realidad latinoamericana. Buscar algunos elementos en el denominador común de los procesos que en ella se han dado, resaltando, a la vez, las singularidades de cada realidad nacional, no es algo fácil. Estas páginas son, pues, una incitación al estudio de lo nuestro más que una pretensión de ensayo acabado.
Los gatos pardos es el título general del texto. Tomo el título de un escrito de mi amigo Antonio Sánchez García, de quien me declaro en este punto deudor. Me parece que el drama de nuestra vida independiente a lo largo del siglo XIX, pero con singularidades de continuidad en el siglo XX y en este inicio del siglo XXI, radica en buena parte en una trilogía tumoral que ha impedido (e impide aún en buena parte) nuestra afirmación en la modernidad y el progreso sin pérdida de nuestra identidad cultural e histórica. Esta trilogía perversa ha sido la del caudillismo, el jacobinismo y el militarismo.
Los que buscaron o llegaron al poder lo hicieron a menudo pretendiendo ser sustitutos republicanos del monarca ibérico. El caudillismo fue así un subproducto de la guerra de Independencia (como señaló Augusto Mijares). Pero, con ese lastre de conductas originales en el camino de la ciudadanía republicana, esta no ha terminado nunca de cuajar plenamente. El paso del súbdito al ciudadano se ha visto impedido por caudillos (o personajes que sin serlo tuvieron o tienen una mentalidad de tales), que, acompañados por un entorno social con patentes intereses económicos y políticos, siempre han procurado que todo cambie, para que todo siga igual, como en la obra literaria de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.
Si hubiera sido un constante empeño conservador, hubiera bastado su denuncia y su crítica para lograr su erradicación. Pero no fue ni ha sido así. Los intentos de dar vida a Estados independientes y