J. R. Williamson

Desde el huerto del Edén hasta la gloria del Cielo


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de Su obra redentora. De esta manera, a través de un estudio de estos pactos que encarnan la gran promesa de salvación, podremos llegar a ver más claramente cómo la Biblia encaja. Es mi oración que este libro sea un medio de promover un entendimiento más grande de la obra de redención de Dios, ¡y de esa forma una alabanza y gloria más grande para Su Hijo!

      Preparándonos para el Viaje

      Explorando Las Características y Funciones de los Pactos

       “Por mí mismo he jurado,” dice Jehová…“de cierto te bendeciré…” Génesis 22:16-17

      Viajar a un nuevo lugar es emocionante, pero el viaje puede ser confuso y desalentador si usted solo tiene una vaga idea de a donde se dirige, y no sabe de seguro por qué se dirige hacia allá. Esto vale también en un estudio de los pactos. Muchas veces, cuando le decía a personas que estaba trabajando en un libro sobre “los pactos,” me miraban inexpresivamente. Aunque me deseaban lo mejor, yo podía sentir que mi respuesta no había estimulado en sus mentes nada sino confusión o desconcierto. Tristemente, para muchos cristianos, “los pactos” o “el plan de redención no son siquiera términos reconocibles.

      Esta ignorancia es evidencia de un problema más grande. Nuestra cultura nos sobrecarga con una información fragmentada y desconectada que raramente es procesada. Puesto que la mentalidad promedio del cristiano practicante es a menudo igualmente fragmentada y nebulosa, no siempre somos adeptos uniendo las piezas de la información. El tipo de enseñanza y predicación en muchas iglesias simplemente desciende hasta este nivel en vez de procurar elevarlo hacia un entendimiento más claro y comprensivo. Es más, cuando usted considera que la Biblia es una colección de sesenta y seis libros escrito por más de cuarenta autores, abarcando tantos siglos, la tarea de comprender la relación entre todos puede parecer absolutamente abrumadora. Pero, ésta es exactamente la razón por la que es importante para nosotros entender los pactos. Como veremos, los pactos, son señales dadas por Dios; son marcadores que nos indican cómo la historia de la redención progresa y se desarrolla. Ellos son los grandes puntos de referencia en el detallado mapa de la Biblia, manteniéndonos en curso y ayudándonos a conseguir nuestro rumbo mientras viajamos por sus páginas.

      Ya que estaremos viendo los pactos a lo largo de nuestro estudio sobre cómo la Biblia encaja perfectamente, comencemos estableciendo una idea básica de lo que son los pactos, y después considerando por qué son importantes.

      ¿Qué buscamos

      Una Definición Básica de los Pactos

      EL CONCEPTO GENERAL DE LOS PACTOS

      El término “pacto” es usado casi trescientas veces en las Escrituras. El término antiguo-testamentario, “berith,” es usado 266 veces y habla de un compromiso formal hecho entre dos partes. Los pactos contienen en esencia un juramento hecho ya sea por una o ambas partes. Cuando ocurre un compromiso de pacto, el término usado a menudo era “cortando” un pacto, ya que animales eran cortados y sacrificados como parte de una solemne ceremonia de compromiso con el pacto (Génesis 15:18; Éxodo 34:10; 1 Samuel 11:1), y porque los pactos frecuentemente involucraban una comida o banquete conmemorativo (cf. Génesis 26:26-30). Este compromiso coloca a las personas involucradas bajo la solemne obligación de “guardar el pacto.” (1 Reyes 8:24; Génesis 17:9-10; Éxodo 19:5 compare Génesis 21:25-34, 31:44-55; 1 Samuel 18:3-4; Josué 9:3-15, etc.). La violación de las obligaciones del pacto amenazaba el bienestar de aquel que había prometido guardarlo, particularmente si ese pacto había sido impuesto por un superior. Por ejemplo, en Jeremías 34:8-22, Dios pronuncia juicio sobre Israel por haber quebrantado el pacto y “jura” destrucción como resultado de hombres que quebrantaron el pacto con Él, o no guardaron lo que juraron delante de Él (compare Isaías 24:5; Jeremías 22:5; Salmo 95:10-11; Oseas 10:4).

      Por lo tanto, en términos generales, los pactos en las Escrituras son compromisos solemnes entre dos partes, ya sea que envuelvan promesas, obligaciones o ambas. Esto es, en general, la naturaleza de los pactos que Dios ha hecho con los hombres; son compromisos bajo juramento que incluyen promesas y responsabilidades.

       LOS CINCO PRINCIPALES PACTOS ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES

      Las personas hacen pactos unas con otras, como en el matrimonio, y también hacen votos a Dios, en los cuales prometen fidelidad a Él. Ambos tipos de pactos son iniciados por hombres; pero en este libro, estaremos considerando un tercer tipo, los pactos en los que Dios jura a los hombres su bendición. Estos pactos anuncian y declaran ciertas bendiciones sobre los hombres, y son iniciados y definidos solo por Dios. A menudo conllevan obligaciones así como responsabilidades, pero el énfasis en estos pactos es en la promesa de Dios. Como los otros pactos que hemos mencionado, ellos incluyen un acto de Dios por el cual Él jura guardar ese pacto con Su propia vida. Hebreos explica que el juramento que Dios presta es diferente al de aquellos que prestan los hombres; no hay nada superior a Dios por lo cual Él podría jurar:

      Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa. Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. (Hebreos 6:13-18; énfasis mío)

      Todas las palabras de Dios son seguras y ciertas (Salmo 119:89-90). Encima de eso, Sus promesas son señaladas como infaliblemente dignas de confianza y fieles por causa de Cristo (2 Corintios. 1:20). Pero el texto está diciendo que en ciertas ocasiones, con ciertas promesas Suyas, Dios hace un juramento de confirmación. Ese juramento no hace Su Palabra más segura, ya que todo lo que Él habla es inmutablemente verdadero y eterno. Lo que sí hace el juramento es que consuela el corazón y fortalece la fe de Su pueblo.

      De esta manera, en el curso de la historia, Dios ha pronunciado promesas especiales y las ha sellado con un juramento. Hay cinco pactos llamados explícitamente así en las Escrituras: el pacto con Noé, el pacto con Abraham, el Antiguo Pacto, el pacto con David; y el Nuevo Pacto. Estos cinco pactos son necesarios porque el hombre no obedeció el mandamiento de Dios en el Huerto, y ellos son la revelación de la Promesa de Redención de Dios declarada en el huerto justo después de la caída de la humanidad.

      ¿Cómo Son?

      Marcas que Identifican a los Pactos

      Ya que nuestro objetivo en este libro se limita a los principales pactos que Dios ha hecho con Su pueblo a lo largo de la historia redentora, necesitamos desarrollar un entendimiento más claro de la naturaleza de esos pactos entre Dios y la humanidad. Un estudio de los elementos comunes de todos los grandes pactos entre Dios y los hombres revela ciertas marcas inconfundibles de la mano de Dios en los pactos que Él hace con Su pueblo. Cada pacto tiene sus características particulares, pero todos comparten las siguientes marcas identificables:

      Todos los pactos son distintivamente soberanos. La soberanía total de Dios es mostrada en cada pacto que Él hace con Su pueblo a través de la historia. Cada uno de los pactos que consideraremos es iniciado por Dios, no por los hombres. Dios procura activamente el bien de los hombres, aunque ellos no lo estén buscando a Él. Los términos del pacto no son elaborados entre Dios y los hombres, sino declarados sólo por Dios. A las personas no se les pide hacer un pacto con Dios; Él no se reúne con Noé, Abraham, o ninguna otra persona en la historia redentora y trata de “llegar a un acuerdo.” En otras palabras, el establecimiento de pactos en la Biblia no es como comprar una casa, donde el contrato es pasado de uno al otro por medio de un mediador hasta que todos estén de acuerdo sobre cuánto va a costar y quien se queda con el refrigerador. En vez de eso, un pacto es un decreto real: el Rey emite una declaración respecto a las bendiciones que Él conferirá a Sus súbditos y