Rafael Ramón Guerrero

Historia de la Filosofía Medieval


Скачать книгу

      El Cristianismo se presentó, entonces, como una nueva paideia, como un nueva forma de humanismo, que consistía en preparar hombres capaces de amar a Dios, capaces de amar a los demás hombres en Dios y de amarse a sí mismos. La fe cristiana, al tener como fin esencial aumentar en el hombre el amor, trató de hacer inteligible esa misma fe partiendo del amor. Lo que significó, de alguna manera, el rechazo del intelectualismo y del racionalismo del mundo greco-romano y la afirmación del voluntarismo, que hizo posible que gran parte de la filosofía desarrollada a lo largo de la Edad Media cristiana se concibiera como camino de perfección del amor de Dios, porque amar a Dios con la mente es algo que no se consigue sólo con la fe.

      I.2. EL CRISTIANISMO Y LA FILOSOFÍA GRIEGA

      Desde sus primeros momentos, el Cristianismo se vio comprometido en una continua obra de difusión del mensaje evangélico. Se encontró con otras concepciones culturales que le obligaron a una elaboración doctrinal de su fe, en la que integró elementos de aquéllas. Hecho decisivo fue la propagación de su mensaje en un mundo dominado por la civilización y la lengua griegas, de manera que hubo de adoptar las mismas formas de expresión usuales en ese mundo. La consecuencia fue la introducción en la doctrina cristiana de conceptos y categorías intelectuales que nada tenían que ver con las primitivas de la nueva religión. Así, la cristianización del mundo griego significó, a su vez, la helenización del cristianismo, tesis sostenida por W. Jaeger y discutida por algunos, pero que pudo ser cierta si pensamos en que la helenización ya había comenzado a ser preparada por los judíos de la diáspora, muchos de los cuales fueron los primeros en aceptar la nueva predicación. Cuando los primeros cristianos se enfrentaron con el mundo que les rodeaba, se vieron forzados a una doble exigencia: adecuar el contenido y la forma de la religión a las circunstancias históricas con las que se encontraron, y evitar que el contacto con esas otras formaciones culturales pudiera desvirtuar y desnaturalizar el verdadero espíritu y el genuino contenido de la revelación cristiana. Uno de