el conocido tango de Sebastián Piana y José González Castillo.
A estas composiciones siguieron después Mariposita y Suerte loca, ambos notables éxitos del año 1925, Tus besos fueron míos, Siga el corso y La violetera en 1926 y Carnaval, escrito en 1927, con el que compositor y poeta reeditaron el éxito de Siga el corso en cuanto a la contextualización de ambas obras en las recordadas fiestas de carnaval de aquellos años.
La secuencia de colaboraciones entre ambos continuó con Bajo Belgrano, Alma en pena, tema estrenado a fines de 1928 en un concurso de tangos organizado por Disco Nacional, y, ya en 1929, Palomita blanca, Prisionero y Entre sueños, este último con la colaboración en la melodía de Juan Polito.
En 1930, el dúo Aieta–García Jiménez produjo dos temas menos exitosos que los anteriores: Alegría y Viva la Patria, este último en celebración del golpe militar del 6 de septiembre de ese año.
La aceptación popular de la mayoría de las colaboraciones entre Aieta y García Jiménez, queda reflejado en el hecho de que Gardel grabó doce de ellas, siendo ellas todas las mencionadas con anterioridad, excepto Alegría, Suerte loca y Entre sueños.
Esas grabaciones representaron para esas composiciones el inicio de lo que a lo largo de los años se prolongaría en innumerables registros de los más importantes intérpretes.
Menos suerte tuvo en cambio Bajo tierra, otra buena composición de Aieta y García Jiménez, pero que sin embargo sólo fue grabada por Domingo Federico y su orquesta en mayo de 1947 con la participación del dúo de cantores formado por Oscar Larroca y Carlos Vidal.
La tarea en común de Aieta y García Jiménez prosiguió en 1935, año en el que dieron a conocer el apresuradamente concebido tango Adiós Carlitos, homenaje al recientemente fallecido Zorzal, que no tuvo mayor repercusión y el excelente Ya estamos iguales, grabado en ese mismo año por Azucena Maizani sin obtener entonces mayor reconocimiento, situación que sin embargo cambió más adelante cuando fue grabado por otros intérpretes que lo transformaron en el último de los grandes éxitos producidos por el recordado binomio.
Con posterioridad produjeron en común sólo tres temas más: en 1938 Cadena perpetua, consagrado como el mejor tango en el primer concurso de música popular organizado por sadaic en ese año, en 1947, José Razzano y finalmente en 1948 Escolazo.
Pertenecen también a Aieta, ya con otros letristas, Estampa tanguera, con letra de Reynaldo Yiso, Tras cartón, con versos de Santiago Adamini, del que existen grabaciones de la orquesta de Francisco Rotundo con la voz de Floreal Ruíz y de Ángel Vargas acompañado por la orquesta dirigida por el pianista Armando Lacava, como asimismo algunos temas con letra del poeta entrerriano Bartolomé Bernardo Salas, el mismo que escribió los versos de Un tango para Chaplin, cuya música corresponde a Alfredo Gobbi.
Con Cátulo Castillo en la poesía, escribió la música de Color de barro, tango que Ángel Vargas grabó con el marco orquestal dirigido por Eduardo Del Piano el 17 de junio de 1948.
En relación a su producción de tangos instrumentales, se recuerdan especialmente La avispa, Pavadita, grabado por la orquesta de Alfredo De Ángelis para el sello Odeon, De corte antiguo, tango grabado por José García y su orquesta Los Zorros Grises para ese mismo sello 7 de abril de 1944 y La chiflada, alegre melodía que compuso en colaboración con el flautista de la Guardia Vieja Juan Carlos Bazán, tango que también lleva letra de Francisco García Jiménez, la que sin embargo prácticamente no ha sido registrada en las grabaciones de este tema, motivo por el cual consideramos adecuado incluirlo entre sus instrumentales.
El primer registro discográfico de La chiflada fue el realizado por la orquesta de Juan Maglio en agosto de 1927, al que siguió, entre otros varios, el de Astor Piazzolla para el sello Odeon con su orquesta típica de 1946 y el de Aníbal Troilo para el sello tk en el año 1954.
Aieta, a quien se lo veía siempre utilizando oscuros anteojos que lo protegían de una persistente fotofobia, falleció el 25 de septiembre de 1964, próximo a cumplir 68 años de edad.
9. Alessio, Enrique Carmelo
Bandoneonísta, director y compositor nacido en el barrio porteño de Villa Crespo el 8 de enero de 1918.
Su nombre se hizo conocido en el ambiente del tango a partir del año 1938, cuando se incorporó a la orquesta de Osvaldo Pugliese como primer atril de una fila de bandoneones que integraron junto a él, Manuel Daponte y Luis Bonnat. El 1º de agosto del año siguiente la agrupación debutó en el palco del mítico café Nacional, punto de partida de su proyección hacia un lugar entre las más importantes formaciones del género.
El 15 de julio de 1943 participó de las primeras grabaciones realizadas por la orquesta de Pugliese para el sello Odeon. Ese día dejaron registrados Farol, tango de los hermanos Virgilio y Homero Expósito, que vocalizó Roberto Chanel, y El rodeo, instrumental perteneciente a Agustín Bardi.
Desvinculado de esta orquesta a fines de 1944, sucedió a Emilio Balcarce como director del acompañamiento del cantor Alberto Castillo, registrando grabaciones para el sello Odeón a partir del 28 de noviembre de ese año, día en el que el popular vocalista dejó impresos Juan Tango, tema perteneciente a Pedro Maffia y Sebastián Piana, con versos de Cátulo Castillo, y Recuerdo, de Alfredo Pelaia, un vals al que el médico cantor ya había grabado antes como vocalista de la orquesta de Ricardo Tanturi y volvería a hacerlo por tercera vez en 1973.
Alessio continuó dirigiendo el acompañamiento de Castillo hasta el 28 de agosto de 1947, día en el que grabaron Me gusta un tango así, perteneciente a Víctor Braña y Enrique Gaudino y Tu pálido final, recordado tango de Vicente Demarco y Alfredo Faustino Roldán. Alessio dejó esta dirección luego de que quedaran registrados cuarenta y dos grabaciones para el mencionado sello, entre ellas, además de las mencionadas, las muy recordadas versiones de Se lustra señor, cuya música pertenece al propio Alessio en colaboración con el también bandoneonísta Eduardo Del Piano y letra de Marvil, La pulpera de Santa Lucía y Unitaria, valses ambos de Enrique Maciel y Pedro Blomberg y en especial Los cien barrios porteños, vals de Rodolfo Schiammarella y Carlos Petit, uno de los temas con los que se identificó definitivamente al cantor.
Fue reemplazado por el pianista uruguayo César Zagnoli y el bandoneonísta Ángel Condercuri, quienes asumieron la codirección de los mismos músicos que ya venían integrando el conjunto.
Alessio por su parte inició a comienzos de 1948 su carrera como director independiente, presentándose primero con el vocalista Mario D’Elía y luego con Hugo Soler, quien había participado en las primeras grabaciones de la orquesta de Alfredo Gobbi en 1947.
A esta etapa de la orquesta de Alessio corresponden las seis primeras grabaciones que realizara en carácter de director independiente. Las mismas se efectuaron para el sello Pampa, y destacaron, especialmente en los temas instrumentales, un estilo emparentado con el de la orquesta de Pugliese.
Los dos registros iniciales fueron el célebre tango de Gardel y Le Pera Mi Buenos Aires querido, vocalizado por D’Elia y el instrumental Tiny, ambos grabados el 18 de abril de 1950, a los que siguieron los también instrumentales Catamarca, El recodo y El remate, y el tango de Carmona y Falero Ríe payaso, que cantó Hugo Soler, los cuatro llevados al disco el 17 de mayo de ese mismo año, culminando así en el lapso de un mes esta corta serie de grabaciones en esta primera etapa de la agrupación.
A pocos días de estas últimas grabaciones Alessio disolvió la formación, debido a que recibió un ofrecimiento muy importante para incorporarse como primer bandoneón de Juan D’Arienzo en reemplazo de Héctor Varela, quien se acababa de retirar de la orquesta del Rey del Compás para formar su propia agrupación.
Alessio pasó así a comandar la fila de bandoneones que completaban Carlos Lázari, Eladio Blanco, reemplazado en 1959 por Ernesto Franco, Felipe Ricciardi y Aldo Junnissi.
En 1961, tras once años de actuación con D’Arienzo, Alessio se desvinculó del mismo a fin de rehacer su propia orquesta, contando ahora con la participación de José Berón como vocalista. La refundada formación registró discos para el sello Odeón y actuó