Harry Reeder

El liderazgo y su dinámica


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liderazgo cristiano.

      En conclusión, a todos los pastores que desean servir al Señor, proclamar el evangelio, equipar a los santos, cumplir la gran comisión, y ver una transformación basada en el evangelio de sus iglesias, de sus comunidades y de su mundo, este libro se les dedica especialmente. Que nuestro Señor los bendiga al tiempo que buscan primero ser fieles por la gracia efectiva de Dios, y segundo, ser influyentes para la gloria de Dios y la preeminencia de Cristo. Que nuestro Señor les permita liderar a su iglesia, basados en el ministerio de la oración y la Palabra, de modo que sus iglesias lleguen a ser una fábrica de líderes y un centro de distribución, y juntos podamos escuchar nuevamente: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17:6).

      EL MODELO DE DIOS PARA EL LIDERAZGO

      “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá.”Hechos 17:61

      ¿Por qué lo hacemos?

      ¿Por qué los cristianos quieren aprender el liderazgo de los modelos del mundo, cuando sabemos que la “sabiduría mundana”, inevitablemente entra en conflicto con la Palabra de Dios y trae el caos y la desesperación? El liderazgo efectivo y genuino se aprende de la Palabra de Dios, se desarrolla a través de hacer discípulos, se alimenta en la iglesia de Dios, y luego se envía al mundo. Cuando esto sucede, podemos anticipar una reproducción consistente de líderes que se multiplican y que han sido transformados por el liderazgo bíblico. Es la reacción en cadena de Dios. Un líder transformado produce más líderes transformados, líderes que han sido formados en la iglesia y luego enviados a impactar al mundo. Por la gracia de Dios se convertirán en agentes de cambio y el proceso se repetirá continuamente tal como Dios se lo propuso. Al aplicar fielmente el modelo de liderazgo revelado en la Palabra de Dios, la iglesia puede de nuevo trastornar al mundo. Por el momento, sin embargo, nos enfrentamos a una disolución cultural.

      El Modelo Norteamericano Contemporáneo

      La iglesia estadounidense se encuentra en el borde de una espiral de muerte auto-infligida acelerada por el liderazgo mundano. El pueblo de Dios es la “sal” y “luz” de la cultura circundante, así que cuando la iglesia empiece su caída libre, toda la cultura norteamericana pronto le seguirá. ¿Cuál es el elixir venenoso que la iglesia contemporánea de Norteamérica parece tan decidida a consumir? La respuesta: el modelo de liderazgo que ahora se practica y promueve en los consejos de administración de grandes empresas estadounidenses. ¿Es acaso el capitalismo tradicional americano el problema? ¿Es antibíblico o peligroso? La respuesta es no, el capitalismo tradicional no es el problema. El modelo de liderazgo que está infectando a la iglesia de hoy (con resultados desastrosos) es un producto del capitalismo contemporáneo el cual es una mutación del sistema capitalista que históricamente fue influenciado por el Cristianismo y que creó la riqueza sobre la cual nuestra nación prosperó y bendijo al mundo. Esta mutación está basada en la avaricia y acaba con la riqueza. El liderazgo corporativo de hoy infectado de auto-promoción es una pócima mortal que innumerables iglesias beben al integrar irreflexivamente los modelos de liderazgo corporativos de hoy en día.

      El capitalismo influenciado por la fe Cristiana fue puesto a trabajar de inmediato en suelo norteamericano, y ayudó a dar forma a nuestra nación de una manera poderosamente positiva. La influencia fresca de la Reforma protestante se derramó en las Colonias Inglesas de Norteamérica para forjar la ley y la cultura estadounidense con base en la cosmovisión judeo-cristiana. Nuestra nación fue fundada en ese consenso bíblico con el que floreció y progresó ética y prácticamente hasta que la cosmovisión Norteamericana completó su cambio al humanismo secular en el siglo XX. La cosmovisión bíblica sostiene que Dios es la autoridad sobre todas las cosas, y que agradarle a Él debe ser el fundamento de todo esfuerzo. El humanismo secular proclama que el hombre, no Dios, es la autoridad final y todo existe para el placer personal y la riqueza.

      Históricamente, la influencia del cristianismo en el capitalismo estadounidense produjo una clase media amplia y generalmente próspera que proporcionó estabilidad económica y cultural a la nación. Influenciado por el liderazgo cristiano, el capitalismo norteamericano tradicional promovió crecientemente el noble objetivo de que el éxito empresarial no es el consumo de la riqueza, sino la creación de la misma. Lo bueno no era la codicia sino el acto mismo de hacer el bien. La ética fundamental del capitalismo norteamericano tradicional, influenciado por el cristianismo, no era simplemente “hacer lo que es bueno para el negocio”, sino “que tu negocio sea hacer el bien”. A través de las diferentes épocas, el capitalismo tradicional norteamericano con influencia cristiana se mantuvo produciendo más y más líderes empresariales extraordinarios, que también destacaron como filántropos creando empleos, invirtiendo en la comunidad, ayudando a los necesitados, proporcionando un servicio público significativo, apoyando a la iglesia, y de varias otras maneras haciendo progresar a las comunidades. Claro que había un número de líderes de negocios codiciosos, pero fueron marginados y ciertamente no eran respetados como sí lo son hoy. Históricamente, en Estados Unidos, el pueblo de Dios, la iglesia, influenció al capitalismo estadounidense para practicar un modelo bíblico de liderazgo por medio del servicio. Hoy en día, el capitalismo contemporáneo está influyendo en la iglesia para ejercer un modelo humanista de liderazgo egocéntrico. Ayer, la iglesia produjo líderes y siervos eficientes para el mundo de los negocios. Hoy el mundo produce líderes que se promueven a sí mismos y que infectan a la iglesia.

      Al igual que la cosmovisión bíblica afectó todos los aspectos culturales en la mayor parte de la historia de Estados Unidos, el humanismo hoy influye en nuestras instituciones fundamentales: la ley, el gobierno, la educación, la salud, los medios de comunicación, las artes y la comunidad empresarial. Este paganismo reciclado que abraza el capitalismo norteamericano contemporáneo, rechaza la influencia de la verdad bíblica con el fin de adoptar un modelo de liderazgo enfocado en el yo y que promueve el culto a uno mismo. Sin embargo, de manera alarmante, gran parte de la iglesia norteamericana de hoy, ya sea descuidada o pragmáticamente emplea un modelo humanista de liderazgo capitalista contemporáneo. Y el modelo no solo es antibíblico, también su capacidad de permear la cultura causa en última instancia destrucción.

      La evidencia de esta espiral descendente en la Norteamérica corporativa contemporánea es manifestada por una búsqueda personal de la riqueza y el poder, la considerable pérdida de puestos de trabajo, la destrucción de un sinnúmero de jubilaciones, un número incalculable de divorcios y, la erosión generalizada de la base de nuestra cultura moral, la desaparición de grandes empresas y una pérdida general de respeto por el sistema norteamericano de libre empresa. El liderazgo empresarial hoy en día muy a menudo no se enfoca en el liderazgo, sino en el líder, el poder de él o de ella, sus inversiones y utilidades. La falta de liderazgo basado en la Biblia en la cultura estadounidense tiene a nuestra sociedad tambaleante como un boxeador contra las cuerdas después de recibir un golpe de nocaut.

      El liderazgo empresarial moderno tiene sus raíces en conceptos ensimismados de éxito, los deseos del ego impulsados por el poder, y lo que hoy en día se considera una expresión socialmente aprobada de la codicia que hace un siglo hubiera sido denunciada como algo malvado. Este modelo de liderazgo ególatra, centrado en el hombre, se promueve de nuevo cada semestre a través de los programas colegiados de MBA. Instituciones educativas en Estados Unidos son la vanguardia de la guerra cultural, ya que la universidad típica es militantemente intolerante a cualquier idea que proponga absolutos éticos en cualquier programa de estudio. Pocos programas universitarios de MBA hoy, instruyen a los futuros líderes empresariales en la ética tradicional, con base en la Biblia, de un liderazgo de servicio sacrificial. De hecho, lastimosamente solo unos pocos programas de MBA conservan un curso sobre ética empresarial. El Capitalismo norteamericano tradicional, junto con la cosmovisión Judeo-cristiana en la que se basa, es rechazado fuertemente en la universidad típica de hoy. ¿Qué se enseña en su lugar? El pragmatismo ha ocupado su lugar. El fin justifica los medios. La ética no se compone de absolutos a ser obedecidos, sino de obstáculos que hay que superar. Y ahora, vorazmente, este modelo humanista de liderazgo impulsado por la codicia es adoptado y absorbido por las iglesias en toda nuestra nación. Sin embargo la codicia destruye. Este popular nuevo modelo de liderazgo corporativo eventualmente