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Notas
1Nos referimos como pseudociencia a una disciplina cuyos métodos y conclusiones no se acogen al suficiente rigor y no pueden ser comprobados empleando metodología científica.
Historia de las neuronas, neuroglia y mielina
En las siguientes líneas se presentan los hallazgos más relevantes en torno a la historia del tejido nervioso, iniciando por la neurona, luego con la neuroglia y finalmente la mielina.
Así como para la mayoría de las personas el cerebro es el órgano responsable de nuestras funciones mentales, la palabra ‘neurona’ es sinónimo de célula nerviosa, aquella que constituye la unidad funcional y estructural del sistema nervioso, y, en efecto, es así, pero no deja de ser interesante considerar que, hasta 1830, no se conocían estas células y solo hasta 1891 se les dio su nombre (1).
En 1838, el médico anatomista y fisiólogo prusiano Theodor Schwann (1810-1882) y el botánico alemán Matthias Schleiden (1804-1881) propusieron que las células eran la unidad estructural básica de todos los seres vivos, dando origen a la teoría celular, que sería apoyada y complementada por el médico patólogo alemán Rudolf Virchow (1821-1902) (2, 3).
Figura 2.1. Esquema de una neurona
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Neurona.svg
Uno de los pioneros en tejido nervioso fue el anatomista e histólogo checo Jan Evangelista Purkinje (1787-1869), quien, en 1832, empezó a estudiarlo utilizando un micrótomo (que le permitía obtener cortes muy finos de este) y un microscopio compuesto. Una de sus observaciones más destacadas fue la observación de células pigmentadas en los pedúnculos cerebrales, que, posteriormente, se sabría que correspondían a neuronas dopaminérgicas, que se ven afectadas en la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, su aporte más importante fue la descripción de las células del cerebelo que llevan su nombre. En el Congreso de Médicos y Científicos llevado a cabo en Praga en 1837, presentó dibujos realizados por él mismo de dichas células (2).
El anatomista alemán Otto Friedrich Karl Deiters (1834-1863) realizó, en 1869, la más precisa descripción de la célula nerviosa que se conociese hasta ese entonces. Describió en detalle el cuerpo celular y sus dos principales prolongaciones: los axones, a los que denominó “cilindro-eje”, y las dendritas, que denominó “procesos protoplasmáticos”. A su vez, postuló que las dendritas debían fusionarse para convertirse en una red, siendo el pionero de la teoría reticular del sistema nervioso. Lamentablemente murió víctima de fiebre tifoidea a la temprana edad de 29 años. Su descripción de las células nerviosas observadas en la médula espinal fue completada por el histólogo alemán Max Schultze (1825-1874) y publicada póstumamente en 1865 (1, 2).
Por la misma época, el profesor de anatomía e histología alemán Joseph von Gerlach (1829-1896), realizando observaciones de cortes de tejido cerebral, pudo identificar cuerpos celulares y algunas fibras a su alrededor, pero no lograba obtener imágenes de un tejido, como sí ocurría en muchas otras estructuras del cuerpo. Consideró la posibilidad de que las fibras que emergían de dichos