Gerhard Zeeb

Manual de entrenamiento de fútbol


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      La condición previa para que el mareaje en zona funcione en el centro del campo es la “cesión” y “recepción” de los contrarios en los límites de las zonas de mareaje colindantes, lo cual requiere un elevado grado de coordinación y trabajo colectivo.

      En las sesiones de entrenamiento que seguirán se ofrecen ejercicios para tal fin.

      Aspectos generales

      El significado del término pressing (del inglés “to press”) es “presionar, obligar, apretar” y ha sido adoptado del baloncesto.

      En el fútbol, el pressing representa el comportamiento táctico de un equipo que acaba de perder el balón en el campo contrario e intenta ahora recuperarlo con la mayor rapidez posible, llevando al contrario a una estrechez de espacio y falta de tiempo.

      En este sentido podemos aprender del juego de los más pequeños, cuya forma de jugar y de comportarse (todavía) está orientada a que la mayoría de jugadores se aglomeren allí donde la pelota está en juego. Esto es el pressing en su forma más primitiva.

      Los entrenadores nos ocupamos de “ordenar” el juego, enseñamos a los más jóvenes cómo deben repartirse las funciones y los espacios: ponemos sistema en su juego.

      Posteriormente, con el pressing intentaremos provocar nuevamente el “desorden organizado”.

      Formas de pressing

      En dependencia de la zona en que se aplique el pressing se distingue entre pressing de ataque y pressing en el mediocampo.

       El pressing de ataque tiene el objetivo de poner bajo presión al equipo contrario dentro de su propio campo, impedir y perturbar la organización de su juego y de recuperar lo más rápidamente posible el balón.

      Para ello se desplazará al contrario en dirección hacia la línea de fondo y las bandas.

      El pressing de ataque es adecuado sobre todo cuando existen jugadores técnicamente débiles en la defensa del contrario o cuando jugando en casa el visitante persigue claramente un empate sin goles, intentando ganar tiempo desplazando el balón dentro de su campo sin correr riesgos.

      Su desventaja radica en que el propio equipo se ve obligado a practicar un mareaje rápido y agresivo o el uno contra uno cerca del balón, de forma que la velocidad de desplazamiento debe ser superior a la del contrario.

      Si el contrario consigue superar el pressing mediante una buena división de los espacios en la defensa, mediante un hábil desplazamiento del juego o mediante buenos driblings, seguramente encontrará mucho espacio libre para contraatacar.

       Con el pressing en el mediocampo, el propio equipo retrocede en caso de pérdida del balón a las inmediaciones de la línea central e intenta desde allí retardar la construcción del juego por parte del contrario y, al mismo tiempo, organizar su propia defensa.

      En principio, el equipo adopta una actitud a la expectativa, actuando cuando la situación de juego se toma favorable para el pressing o cuando se puede provocar que ésta lo sea mediante un rápido mareaje: por ejemplo, un delantero obliga mediante un ataque inmediato a que el libre que lleva la pelota haga un pase horizontal al lateral.

      También los saques desde la banda cercanos a la línea central, así como los envíos del portero hacia un lateral constituyen una situación de partida favorable para el pressing.

      El contrario debe ser “empujado” hacia las bandas, poniéndole bajo presión de tal modo, que se vea obligado a realizar una entrega arriesgada (p. ej. un pase horizontal hacia el interior), un dribling sin garantía de éxito o un despeje impreciso.

      Esta forma de pressing es frecuentemente practicada en los partidos fuera de casa, aunque aquí se añade a los menores riesgos del pressing de ataque el hecho de que el contrario queda libre en su tercio de la defensa.

      Cuando el pressing se aplica de forma consecuente y sistemática, cuando se dan las condiciones necesarias para el mismo dentro del propio equipo, entonces las ventajas del pressing superan a los riesgos.

      Y puesto que la meta manifiesta de todo equipo es recuperar el balón lo más rápido posible en caso de pérdida, este sistema de defensa ofensiva debería incluirse en el bagaje táctico de todo equipo.

      Es labor del entrenador el sopesar las ventajas y desventajas de las dos formas básicas de pressing, no hay límites puestos a las posibilidades de variación y a la creatividad. Naturalmente, lo ideal sería que un equipo fuera capaz de poner en práctica ambas formas de pressing según la situación del juego y en dependencia del campo (en casa/fuera).

      Condiciones previas para el pressing

      El tristemente desaparecido entrenador alemán Hennes Weisweiler hizo las siguientes afirmaciones con respecto al pressing: “Para jugar al pressing, sobre todo debo acortar y estrechar el mediocampo. Esto se produce, sobre todo, mediante el avance de la defensa de cuatro hasta el campo contrario. Esto me da la posibilidad de atacar el área pequeña del contrario incluso sólo con 2 delanteros y un centrocampista.”

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      El centro del campo sigue quedando bien repartido por un defensa interior (central o libre). En general, la clave del pressing es el mareaje en zona en el centro del campo.”

      El pressing impone grandes exigencias al equipo desde el punto de vista atlético y mental: junto a una buena forma física y capacidad en el uno contra uno deben citarse sobre todo una gran capacidad de cambio y adaptación. El saber reconocer cuándo la situación del juego es favorable para el pressing o, mejor aún, la capacidad de prever cuándo puede darse, exige una buena visión del juego, un poder de asimilación rápida, una capacidad de concentración grande, así como un comportamiento de servicio al equipo.

      A ello se le añade una cierta disposición al aprendizaje y algo que crea dificultades sobre todo en las categorías de aficionados inferiores suficiente tiempo para preparar a un equipo para el pressing y de seguir mejorando y perfeccionando en el curso del proceso de entrenamiento el nivel alcanzado.

      Una posible forma básica de pressing de ataque

      Con un mareaje en zona es como mejor pueden realizarse los desplazamientos necesarios dentro del equipo a lo largo y ancho del campo de juego.

      Para ello se divide mentalmente el campo en 4 zonas longitudinales (ver Fig. 2). El equipo que ejerce el pressing renuncia enteramente a la zona más alejada del balón, produciéndose un “desplazamiento” inmediato de los jugadores hacia las zonas longitudinales más cercanas a la pelota.

      En aras de una mayor simplicidad nos basaremos en el sistema de juego 4:4:2, pero el pressing puede practicarse también con cualquier otro sistema, es decir, que es independiente del mismo.

      Todo el equipo tomará parte en el pressing. También el portero, que deberá estar en su puesto en la frontera del área de penalti, cuando se efectúen pases a gran distancia.

      El libre jugará en línea con la defensa, retomará si es necesario al mediocampo o cubrirá los huecos en la defensa que pudieran abrirse por un defensa adelantado.

      Los dos puntas del equipo contrario serán marcados individualmente.

      En el mediocampo cada jugador cubrirá al contrario que se encuentre más cerca del mismo en la dirección del balón.

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