Gerhard Zeeb

Manual de entrenamiento de fútbol


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ejemplo, después del calentamiento), como durante y después del partido.

      Para esto se ofrecen en el mercado una gran cantidad de bebidas deportivas (bebidas con electrólitos), que devuelven al cuerpo los minerales que se pierden durante la práctica del deporte.

      Para que puedan ser absorbidas inmediatamente por la sangre tienen que presentar la misma concentración en minerales que ésta, en cuyo caso la bebida se llama isotónica.

      La revista alemana Stern ha publicado un estudio en el que se demuestra que en muchas marcas la composición y cantidades divergen considerablemente de los valores isotónicos, por lo que el futbolista no debería tomar sin más cualquier bebida.

      Deben observarse los siguientes valores (proporciones de sales minerales en un litro de sangre):

Nitrógeno 3.219 mg
Cloruro 3.669 mg
Potasio 166 mg
Magnesio 22 mg
Calcio 95 mg
Fosfato 109 mg

      Cuidado, como dice la revista Stern, hay que tener con el nitrógeno y el cloruro, que se encuentran en grandes cantidades en la mayoría de estos productos y que, como es sabido, se combinan dando sal común, que provoca en muchas personas hipertensión y la aparición de arterioesclerosis.

      Junto a las bebidas con electrolitos se prestan, sobre todo en verano, las aguas minerales convencionales (por lo menos a temperatura ambiente), no carbónicas (y sin sal), a las que se puede añadir sabor con limón.

      En invierno debería ampliarse la oferta de bebidas conforme a la zona con té caliente endulzado con miel.

      La ingesta de tabletas de calcio o magnesio antes del partido para prevenir tirones musculares no es recomendable desde el punto de vista médico-deportivo, ya que estos componentes minerales pueden producir una sensación de somnolencia que merma las facultades.

      LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE FÚTBOL

      A nivel de metodología del entrenamiento de fútbol el año se divide en 5 períodos (también llamados macrociclos):

       1. Pretemporada

       2. Primer período de competición

       3. Período intermedio

       4. Segundo período de competición

       5. Período transitorio (postemporada)

      Esta periodización se aplica por las siguientes razones:

      - Un jugador no puede, por motivos biorrítmicos u otros (bajones de moral, lesiones, etc.), mantener constantemente su mejor forma deportiva durante todo un año.

      Con la periodización se busca adaptar óptimamente la curva de forma deportiva al rendimiento requerido a lo largo de una temporada.

      - Los plazos fijados en el calendario, con las consiguientes pausas, exigen una planificación de los entrenamientos adaptada a aquéllos. Los períodos se distinguen de una parte por su duración y por la otra por las estructuras y contenidos diferentes de los entrenamientos.

      - La alternancia sistemática exigida entre actividad y recuperación no es válida únicamente para sesiones de entrenamiento individuales, sino también para espacios de tiempo más amplios, así que la planificación de los entrenamientos ha de tener en cuenta también el aspecto de la periodización.

      No obstante, no puede existir un modelo de periodización válido para todos los niveles de rendimiento del fútbol, ya que muchos clubes siguen jugando más allá del primer período de la competición y los jugadores no siempre pueden tomarse vacaciones en el tiempo previsto para ello.

      Si al entrenador le quedan por ejemplo sólo 4-5 semanas para la pretemporada, entonces determinados elementos de la pretemporada deberán trasladarse a la planificación del entrenamiento durante el período de competición.

      Independientemente de esto, tiene validez el que junto al entrenamiento técnico y táctico de todo el año deberá prepararse también la condición física, con el fin de estabilizar la capacidad de rendimiento de los jugadores a un nivel alto durante toda una temporada.

      Con la introducción del período de descanso de invierno, que empieza frecuentemente a mediados de diciembre y dura hasta finales de febrero se han visto modificados los períodos hasta ahora habituales así como sus contenidos.

      Esto afecta principalmente al espacio de tiempo y a la configuración del período transitorio en invierno y a la preparación consiguiente para la parte que queda de la segunda vuelta.

      Por regla general, la liga empieza para los aficionados a mediados de agosto, interrumpiéndose con el final de la primera vuelta y algunos partidos de la segunda vuelta, entre mediados y finales de diciembre.

      Después sigue una pausa de unas cuantas semanas, antes de que a finales de febrero o principios de marzo se reanude la segunda vuelta, que concluirá a finales de mayo.

      En junio en general el fútbol descansa, exceptuando los clubes que organizan entonces sus fiestas deportivas, así que la postemporada sirve para el descanso activo de los jugadores.

      Y a principios de julio se empieza ya otra vez con la preparación para la nueva temporada.

      Como base para la periodización se utilizará la metodología que sigue:

      En beneficio de la planificación de los entrenamientos deberán subdividirse los períodos indicados en el esquema, hablándose aquí de mesociclos y microciclos.

      Un mesociclo abarca el entrenamiento de varias semanas, y su duración viene determinada por las metas prioritarias del entrenamiento a medio plazo y dura por regla general unas 4-6 semanas. Varios mesociclos seguidos forman un período, por ejemplo una período de la competición.

      El microciclo describe la planificación y realización de los entrenamientos para una semana, con las diferentes sesiones de entrenamiento. En consecuencia, varios microciclos forman un mesociclo.

      La estructuración sistemática del proceso de entrenamiento se basa en la variación y en la relación entre el ejercicio y la recuperación. Este principio sirve tanto para la estructuración del año de entrenamiento como también para los mesociclos y microciclos y para cada sesión de entrenamiento individual.

      El objetivo es alcanzar el máximo nivel de capacidad de rendimiento tanto en el primer como en el segundo período de la competición. Como entre los dos períodos hay casi tres meses, resulta necesaria una doble periodización, para alcanzar dos niveles máximos en el transcurso de la temporada.

      ¿Qué consecuencias se derivan de esto?

      Entre mediados de diciembre y mediados de enero ha surgido un segundo período transitorio que, como la pausa estival (la postemporada), sirve para la regeneración, es decir, para la recuperación tanto pasiva como activa (deportes alternativos).

      Para la preparación del segundo período de la competición (algo más corto) se dispone de un tiempo de 5-6 semanas, que llamaremos período