Luis van Isschot

Orígenes sociales de los derechos humanos


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ciudad ocurrieron como resultado de un largo y sostenido período de represión violenta emprendido en nombre de la contrainsurgencia en el cual miles de civiles fueron asesinados.

      La presente investigación, publicada inicialmente en el año 2010 como una tesis doctoral y en 2015 como un libro, escrito en inglés, trata de mostrar cómo se desenvolvieron los procesos del movimiento social y formación del Estado en Barrancabermeja en el transcurso del siglo XX. Emprendí este proyecto en el año 2003, en una época de cambio catastrófico en la historia de Barrancabermeja durante la cual los activistas estaban tratando de lograr un acuerdo sobre la reciente toma paramilitar de la ciudad. Yo traté de comprender las condiciones históricas que dieron origen a los derechos humanos a nivel local, porque hasta aquí la historia de los derechos humanos había sido dominada por investigadores de relaciones internacionales. Estas redes de activistas transnacionales que fueron el centro de atención en el trabajo influyente de Margaret Keck y Kathryn Sikkink, Activistas sin fronteras: redes de defensa en política internacional, están, de hecho, compuestas de tres niveles de interacción entre los activistas individuales y los grupos.56 A nivel transnacional, las ONG internacionales bien financiadas trabajan en colaboración con grupos comunitarios vinculados a comunidades religiosas progresistas, comités integrados por refugiados de regiones afectadas por la violencia, sindicalistas, gobiernos y organizaciones internacionales como la Organización de los Estados Americanos. Keck y Sikkink se interesan principalmente en el trabajo de derechos humanos que tiene lugar a este nivel, enfocándose en la capacidad de las redes transnacionales de afectar las relaciones entre los Estados. A nivel nacional, en cambio, Winifred Tate ha examinado las actividades y culturas de las redes de activismo de derechos humanos en Colombia y sus interacciones con las autoridades civiles y militares. Tate ha expandido en forma significativa el modelo propuesto por Keck y Sikkink con el fin de observar las acciones emprendidas por organizaciones no gubernamentales nacionales para impactar la conducta del gobierno colombiano, las fuerzas de seguridad del Estado y los grupos armados no estatales. En tercer lugar, se encuentra el nivel menos examinado. En este texto se procura observar el alcance y el impacto de las acciones emprendidas por las redes de activistas de derechos humanos a nivel local. Mi enfoque sociohistórico complementa y, a la vez, desafía el trabajo de los académicos que recuentan la historia de los derechos humanos principalmente desde el punto de vista de abogados y legisladores.

      En la segunda mitad del siglo XX, los movimientos sociales han impulsado nociones diversas y críticas de derechos humanos a pesar de todas las adversidades. Tal como lo observa Boaventura de Sousa Santos:

      En el mundo entero, millones de personas y miles de organizaciones no gubernamentales han estado luchando por los derechos humanos, a menudo corriendo grandes riesgos, en defensa de las clases sociales oprimidas y de los grupos que en muchos casos han sido victimizados por Estados capitalistas autoritarios […] La tarea central de la política emancipatoria de nuestro tiempo, en este campo, consiste en transformar la conceptualización y la práctica de los derechos humanos de un localismo globalizado a una lucha cosmopolita.57

      Como lo sugiere De Sousa Santos, ¿es posible tal tipo de transformación? ¿Pueden los movimientos de derechos humanos constituir una forma de globalización progresiva desde abajo? Upendra Baxi nos recuerda que la historia de los movimientos de derechos humanos contemporáneos son “crónicas de contingencia” que deben ser comprendidas dentro de sus contextos locales específicos.58 Él afirma que debemos desarrollar una “teoría social de los derechos humanos” que pueda dar cuenta de la diversidad de respuestas populares a la represión y el sufrimiento. El antropólogo Richard A. Wilson ha llevado este imperativo metodológico más lejos al defender una etnografía de los derechos. Él escribe: “Estudiar la ‘vida social de los derechos humanos’ implicaría centrarse, entre otras cosas, en las dimensiones performativas de los derechos humanos, las dinámicas de la movilización social y los cambios de actitud de los actores sociales de las élites y de los ciudadanos comunes y corrientes con respecto a las formulaciones de ‘derechos’ y ‘justicia’, tanto dentro como fuera del proceso legal”.59 Una manera de emprender este importante proyecto es contar la historia de los derechos humanos desde la perspectiva de activistas de primera línea que buscan confrontar la violencia por medio de la acción directa más que desde la perspectiva de funcionarios de las Naciones Unidas, funcionarios elegidos y jueces responsables de negociar y hacer cumplir normas legales. Al tratar de comprender de mejor forma las circunstancias que dan origen a los movimientos de derechos humanos a nivel local, podemos arrojar luz sobre las maneras específicas en que los derechos humanos se construyen, utilizan y articulan socialmente. Este enfoque también nos permitirá observar de mejor modo los cambios históricos, si los hay, a causa del advenimiento de los derechos humanos a nivel internacional.

      La principal meta de este libro es comprender mejor los orígenes sociales de los movimientos de derechos humanos centrando la atención en los resultados del conflicto armado a finales del siglo XX en América Latina. Al escribir la historia de un movimiento de derechos humanos en una zona de conflicto tuve en cuenta tres series de preguntas históricas amplias. La primera serie de preguntas depende de las condiciones sociales, políticas y económicas que, en primer lugar, dan origen a los movimientos de derechos humanos. ¿Cuál es la relación entre las luchas históricas en pro de la justicia social y las luchas contemporáneas en defensa de los derechos humanos? La segunda serie de preguntas gira alrededor de los cambios históricos puestos en movimiento por el advenimiento de los derechos humanos. ¿Los movimientos de derechos humanos crean nuevos canales de participación popular? ¿Fomentan la solidaridad dentro de las comunidades y entre diversos actores sociales y políticos? La tercera serie de preguntas tiene que ver con los problemas particulares que los activistas de derechos humanos encaran en zonas de conflicto. ¿Cómo responden los gobiernos, las fuerzas de seguridad del Estado y los actores armados no estatales al activismo de derechos humanos en contextos de conflicto armado interno? ¿Hasta qué grado pueden los movimientos de derechos humanos mantener su autonomía y efectividad de cara a estas presiones?

      Tomando en cuenta lo arriba mencionado, el presente estudio es enfocado principalmente en la continuidad entre el movimiento de derechos humanos y la historia de luchas sociales y políticas en Barrancabermeja. Esta obra se enfoca en la historia de la ciudad petrolera más importante de Colombia y centro de activismo social, la cual a finales de los años ochenta dio origen a un movimiento de derechos humanos combativo e influyente. ¿Cómo cambió la protesta popular en Barrancabermeja en respuesta a las rupturas históricas causadas por la violencia política, a la colonización de una región de frontera por parte de la compañía petroquímica más grande del mundo en los años veinte, a la guerra civil conocida como La Violencia a mediados del siglo, al surgimiento de grupos guerrilleros en los años sesenta, a la represión militar al sindicato de los trabajadores petroleros en los años setenta, a la guerra sucia en los años ochenta, a la lucha armada por el control de la ciudad en los años noventa y al período de hegemonía paramilitar en el siglo XXI? Por más de cinco décadas Colombia ha estado inmersa en lo que ahora es comúnmente descrito sencillamente como ‘el conflicto’. No obstante, es algo erróneo hablar de ‘la violencia’ o de ‘el conflicto’ en singular. Los enfoques regionales de la historia de Colombia revelan que múltiples formas de violencia social y política ocurren simultáneamente. Un enfoque regional nos permite observar la confluencia de fuerzas locales, nacionales e internacionales que perfilan las identidades y conductas de los actores sociales. Barrancabermeja ha sido un crisol de la historia colombiana: un lugar de convergencia del capital extranjero, el Estado nacional, los grupos guerrilleros y las fuerzas militares y paramilitares.

      Lo que surge al organizarse el movimiento social en Barrancabermeja es un enfoque a los derechos humanos que hace énfasis en los vínculos causales entre la inequidad y la violencia. Desde el inicio, el movimiento de derechos humanos en Barrancabermeja se definió como perteneciente al movimiento popular. En sus documentos legales de constitución, presentados en 1989, Credhos definió su primer objetivo como “la formación y capacitación de promotores del derecho social y los derechos humanos a través de los organismos populares con proyección a la comunidad para que sea ésta quien a partir de su conocimiento asuma la defensa de sus derechos”.60 Las maneras en que los derechos humanos fueron discutidos y operacionalizados reflejan el inicio abierto del