Группа авторов

Formar-se en psicología


Скачать книгу

(hay quienes han escrito ensayos diciendo que Piaget influyó en Montessori, por ejemplo); obviamente están perdidos en el espacio y en el tiempo, les falta mucha ubicación. En particular, Iztacala está en un área poco culta de la zona metropolitana de Ciudad de México, son hijos de comerciantes, de personas que no son profesionales y menos aún cuentan con posgrados, hay más tendencia a la parte comercial, de trabajo, de obreros; mientras que en el sur de la ciudad están un poco más los profesionistas, los científicos, los intelectuales. En alguna ocasión un grupo de mis estudiantes conocieron a mi hija Fridah y me preguntaron por qué le había puesto ese nombre, a lo que respondí que era en honor a Frida Kahlo, pero no sabían quién había sido Frida Kahlo; dije entonces que había sido la pareja de Diego Rivera, y tampoco sabían quién era él.

      Juan Diego: Y, quienes te preguntaban, ¿eran mexicanos también?

      Marco Eduardo: Sí, eran mexicanos y no sabían; su universo cultural es muy limitado. Obviamente, entre más limitado sea el universo cultural, más difícil la creatividad pertinente para una comunidad actual.

      Juan Diego: Y estas dificultades que mencionas, ¿las ves como dificultades relativamente recientes o han hecho parte de la historia de la formación de los psicólogos?

      Marco Eduardo: Se ha ido acentuando, creo que es algo mundial. Antes de 1970, en el caso de México, se estudiaba mucho más la historia nacional y también la historia mundial, pero después de esta década se dio menos importancia a la filosofía y a la historia, y más a la parte técnica de la enseñanza. Eso hace que los jóvenes, poco a poco, estén más limitados; a pesar de que ahora muchos jóvenes, a través de Internet, se enteran de muchísimas cosas, su visión cultural parece estar en decadencia.

      Los jóvenes tienden a una visión más inmediata, con menos perspectiva, y, por lo tanto, sus aspiraciones también son más limitadas; su vocación de vida, sus actitudes son más inmediatistas, y eso es un reto para los docentes que queremos hacer algo interesante. La tendencia de los estudiantes es buscar, cada vez más, solamente pasar el curso, quieren un papel y no aprender algo valioso realmente. Esto se ha ido acentuando conforme van pasando las generaciones, aunque hay variantes, algunas generaciones son mejores que otras.

      Juan Diego: Y ante estas dificultades que mencionabas, no solamente la falta de perspectiva histórica, sino también la falta de rigor, la falta de pensar por sí mismo..., ante esas dificultades, ¿qué recomendaciones darías en cuanto a la formación de los psicólogos?

      Marco Eduardo: Tengo una propuesta de plan de estudios: tendría que incluirse una parte teórica, que empezara con la historia de la psicología universal, la historia de la psicología en América Latina y en el país respectivo, para ubicarlos en las teorías y en los contextos históricos. Los psicólogos en formación deberían estudiar un poco de lógica, pero eso ha desaparecido de los planes de estudio porque la matemática y la lógica parece que a los psicólogos, paradójicamente, no les interesa, cuando deberían ser disciplinas muy importantes porque ahí está la rigurosidad. Además, habría que considerar el desarrollo de habilidades del pensamiento y un buen curso de redacción con cooperanza, es decir, aprender a escribir escribiendo cosas interesantes. También se propone que empiecen a investigar desde el primer semestre y que comiencen a ver el campo de trabajo del psicólogo desde el inicio. Podría pedírsele a cada estudiante que entrevistara a uno, dos o tres psicólogos, como parte de un curso, y que se compartieran esas entrevistas, elaborando una síntesis, una conclusión grupal que debiera publicarse en Internet para las siguientes generaciones, de tal manera que, el siguiente grupo que entre posteriormente al curso la tome en cuenta, y sobre esa base, pueda ir profundizando cada vez.

      Juan Diego: Otra pregunta que se me ocurría escuchándote sobre estas dificultades en la formación de los psicólogos tiene que ver con las implicaciones de dicha formación, es decir, ¿qué tanta relevancia le das a que el estudiante de psicología sea una persona que pueda también examinarse críticamente a sí mismo, que pueda conocer su propia historia? Es decir, que más allá de una formación estrictamente conceptual y teórica también tenga esa posibilidad de mirarse un poco a sí mismo y conocer sus propios procesos de pensamiento, su propia trayectoria vital, ¿cómo piensas eso?

      Marco Eduardo: Me parece muy adecuado, siempre y cuando no se desligue del sentido de comunidad, porque una de las tendencias patológicas que vemos, en general, es lo que podríamos llamar el ensimismamiento. Entonces, esta frase del oráculo de Delfos de “conócete a ti mismo” está bien, pero el conocerte a ti mismo no solamente es una parte introspectiva, que por supuesto contribuye, sino que está vinculado a la interacción con otros y con la comunidad. El centrarse en la parte introspectiva puede llevar a una especie de encierro. Muchos de los estudiantes que ingresan a psicología tienen necesidades psicoterapéuticas y ahí podrían encerrarse; para mí es muy importante que, si bien se haga esa reflexión y se hagan estos análisis de la propia personalidad, no dejen de estar vinculados con análisis de la comunidad y de los otros, a la interacción con los otros.

      Yo tengo un concepto muy importante, en la teoría de la praxis, sobre la identidad, que es el concepto de “GPS psicológico”, en analogía al GPS electrónico: para que un celular sea localizado se requiere que mande y reciba señales de satélites ubicados en diferente ángulo y distancia; lo mismo podemos decir de la identidad. Las personas pueden perderse –que es uno de los riesgos del psicoanálisis cuando se prolonga–, sobre todo cuando caen en una excesiva autoobservación, lo cual, desde la perspectiva de la teoría de la praxis, produce ambigüedad, confusión, incertidumbre, menos claridad en la identidad personal. Es muy importante la interacción con otros, escuchando, para integrar otras miradas al propio punto de vista, como una de las formas de conocerse mejor.

      Juan Diego: Bueno, Marco Eduardo, ya estamos llegando al final. Decías que tenías ahora, a las dos de la tarde, una cita. Quería preguntarte si de lo que hemos conversado, habría una cosa que quisieras enfatizar, que quisieras desarrollar un poco más.

      Marco Eduardo: ¿Cómo qué?, ¿qué te llamó la atención?

      Juan Diego: Sí..., si de lo que planteaste consideras que hubo algo que quisieras desarrollar o explicarlo un poco más en esta entrevista. No sé si sobre la teoría de la praxis, o sobre las dificultades de la formación de los psicólogos, sobre tu propuesta...

      Marco Eduardo: Básicamente hemos dicho lo más importante: el diálogo interteórico, la vinculación con la comunidad, la rigurosidad; que los exámenes sean instrumentos didácticos y no categorizaciones; que la relación del maestro con el alumno sea amigable y de apoyo, de plataforma; que desde las universidades se puedan planear cosas para la comunidad. La universidad debe concebirse como un lugar donde se esté pensando continuamente qué hacer para las comunidades, y en algunos casos, aquí en México, les he propuesto a algunas carreras de psicología, a universidades, que adopten una comunidad originaria o una comunidad marginada y se dediquen a desarrollarla, la que esté cercana. Pero también es importante diseñar proyectos nacionales, internacionales o mundiales desde cada universidad. La educación debe ser productiva, creadora.

      Planteo cuatro prioridades para la educación en general y que podrían aplicarse a los psicólogos: la primera es aprender a escribir, es decir, a decir las ideas propias por escrito. Eso es aprender a escribir. Lo otro es tomar dictado, copiar o dejar recados; pero elaborar una idea propia por escrito es una necesidad. La segunda es aprender a organizarse, porque no sabemos trabajar en equipo, sobre todo en América Latina no sabemos cómo conducirnos, cómo funcionan los grupos. Es necesario aprender a tener una organización cada vez más estructurada, tener un proyecto de vida donde cada vez tengas un equipo más completo, más integral y más amplio. La tercera es aprender a escuchar, es decir, a captar el punto de vista de otros, evitando encerrarse en el propio punto de vista. Y la cuarta es aprender a tener relaciones afectivas estables, duraderas y satisfactorias, para que haya una buena relación de pareja, una buena relación de hermanos, una buena relación de amistad, una buena relación con los padres, con la comunidad, eso en la educación casi no se trabaja y es la parte ética que hay que desarrollar.

      Juan Diego: Y bien lo dices, es una propuesta no solamente