Juan Guillermo Gómez García

Rafael Gutiérrez Girardot y España, 1950-1953


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más raros”. Ibid., p. 177.

      6Ibid., p. 179.

      7Max Kommerell, Lessing y Aristóteles. Investigación acerca de la teoría de la tragedia, Madrid, La Balsa de la Medusa, 1990, pp. 51-62.

      8François Dosse, El arte de la biografía. Entre historia y ficción, México, Universidad Iberoamericana, 2007, p. 377.

      9Walter Biemel, Martin Heidegger in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, Hamburgo, Rowohlt, 1973, p. 20.

      10El maestro del estructuralismo Claude Lévi-Strauss, por tanto, profundamente antihistoricista, “revisó el manuscrito [de la biografía] e hizo anotaciones. Le escribió [al biógrafo, que no antropólogo] una carta magnífica diciéndole que rechaza casi todos sus análisis, pero que no puede decirse que no haya comprendido su razonamiento”. Nada mejor puede esperar un biógrafo de su biografiado. Anthony Rowley en Dosse, El arte de la biografía, p. 413.

      11Frédéric Worms sobre Bergson. Dosse, El arte de la biografía, p. 398.

      12Georg Simmel, Sociología. Estudios sobre las formas de socialización, México, Fondo de Cultura Económica, 2014. Selnich Vivas, en un ensayo inédito titulado “La obra filosófica de Rafael Gutiérrez Girardot. Su debate aplazado” (ca. 1998), emplea diestramente una cita del personaje Hans Castorp de Thomas Mann para dilucidar esta misma perspectiva simmeliana: “El hombre no vive únicamente su vida personal como individuo, sino que también, consciente o inconscientemente, participa de su época y la de sus contemporáneos”, excepto que esta participación de “su época y sus contemporáneos” no se hace de manera simétrica e indiferenciada para todos, como veremos a continuación.

      13Karl Mannheim, Ensayos de sociología de la cultura (trad. Manuel Suárez), Madrid, Aguilar, 1963.

      14Georg Simmel, Sociología. Estudios sobre las formas de socialización (trad. José Pérez Bances), México, Fondo de Cultura Económica, 2014, p. 245.

      15Ibid., p. 429.

      16Simmel, Sociología, p. 429.

      17Ibid., p. 430.

      18Loc. cit.

      19Ibid., p. 433.

      20Citado por Detlev Claussen, Thedor W. Adorno. Uno de los últimos genios (trad. Vicente Gómez Ibáñez), Barcelona, Universidad de Valencia, 2006, p. 19.

      21Leo Löwenthal, “Die biographische Mode”, en Literatur und Massenkultur, Fráncfort, Suhrkamp Verlag, 1990, pp. 231 y ss.

      22Fromm decía así: “El grado en que el hombre común norteamericano se siente invadido por este sentimiento de miedo y de insignificancia parece expresarse de una manera eficaz en el fenómeno de la popularidad del Ratón Mickey. En esos films el tema único —y sus infinitas variaciones— es siempre este: algo pequeño es perseguido y puesto en peligro por algo que posee una fuerza abrumadora, que amenaza matarlo o devorarlo; la cosa pequeña se escapa y, más tarde, logra salvarse y aun castigar a su enemigo. La gente no se hallaría tan dispuesta a asistir continuamente a las muchas variaciones de este único tema si no se tratara de algo que toca muy de cerca su vida emocional”. Erich Fromm, “Los dos aspectos de la libertad para el hombre moderno”, en El miedo a la libertad (trad. Gino Germani), Buenos Aires, Paidós, 2008, pp. 165-206.

      23“Es ist niemals ein Dokument der Kultur, ohne zugleich ein solches der Barbarei zu sein”. Walter Benjamin, “Über den Begriff der Geschichte”, en Gesammelte Schriften, vol. I-2, Fráncfort, Suhrkamp, 1991, p. 296. La primera traducción de este texto, titulada “Tesis de la filosofía de la historia”, apareció en Ensayos escogidos (trad. Héctor A. Murena), Buenos Aires, Sur, 1969. El volumen forma parte de la Colección de Estudios Alemanes, dirigida por Victoria Ocampo, Ernesto Garzón Valdés y Rafael Gutiérrez Girardot.

      24La filosofía de la historia es, como asegura Reinhart Koselleck, la joya de la corona de la filosofía de la Ilustración, tanto por su autoconciencia del devenir histórico cifrado en la voluntad utópica como por ser el explosivo racional contra el absolutismo monárquico. Reinhart Koselleck, Crítica y crisis, Madrid, Trotta, 2007. Pero esta autoconciencia de la fuerza modeladora del hombre de su propio destino secular y joya de la corona antiabsolutista, si nos atenemos a Hannah Arendt, resultó siendo más bien un premio cognitivo de consolación ante el reconocimiento de la imposibilidad del hombre del siglo XVIII de conocer con exactitud las leyes de la naturaleza. Hannah Arendt, La condición humana, Barcelona, Paidós, 2016. El concepto de progreso indefinido de la humanidad procede de Nicolas de Condorcet, Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, Madrid, Editora Nacional, 1980, p. 225.

      25Citado por Claussen, Theodor W. Adorno, p. 272.

      26Horkheimer, Max y Theodor Adorno, Dialéctica de la Ilustración, Madrid, Trotta, 1964, p. 79. Las cursivas son mías.

      27El argentino Carlos Altamirano hace una amena ambientación del caso Dreyfus, muy aprovechable para nuestro medio. Carlos Altamirano, Intelectuales. Notas de una investigación, Bogotá, Norma, 2006.

      28Así lo estudia Christophe Charle, Los intelectuales del siglo XIX. Precursores del pensamiento moderno, Madrid, Siglo XXI, 2000.

      29Cfr. Edward W. Said, Representaciones del intelectual, Bogotá, Paidós, 2007.

      30Mi asesoramiento quedó registrado el 20 de diciembre de 2010 en constancia de la División de Bibliotecas de la Universidad Nacional de Colombia. Luego del primer envío del archivo desde Bonn, en el embalaje de los libros, una cincuentena de cajas enormes, Bettina hizo llegar a Leonor Gutiérrez de Happel en Bogotá un paquete considerable de correspondencia aparte, el cual entregamos al entonces vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la sede de Bogotá, Jorge Enrique Rojas. Hay que decir que dicho fondo bibliográfico en lengua alemana, depositado en principio en los sótanos de la Biblioteca de Posgrados de Ciencias Humanas, fue afectado por una inundación, lo cual motivó el traslado a la Hemeroteca Nacional Universitaria Carlos Lleras Restrepo, contigua al Centro Administrativo Nacional (CAN). Allí se clasificaron y se reenviaron los libros a la Biblioteca de Posgrados y el material de archivo personal a la Biblioteca García Márquez, donde actualmente se encuentra bajo apropiada custodia. En el hallazgo de esta primicia documental, conté con la colaboración cómplice de José Hernán Castilla, Anita Jaramillo y Diego Zuluaga.

      31A principios de enero de 2011, escribí al profesor Frank-Rutger Hausmann de la Universidad de Friburgo. Me informó que para el envío de las cartas se precisaba de la autorización de la viuda del profesor Hugo Fridrich, quien se encontraba muy enferma. Me informó que no tenía estas cartas, pero había publicado la correspondencia de Heidegger con Friedrich. Luego, me hizo saber que el actual custodio de este legado estaba en poder del profesor Gottfried Schramm. Días después me informa que el profesor Gelz había sido el último asistente de Friedrich y que conocía muy bien su archivo. Me aconsejó que me remitiera al señor Alexander Zahoransky, para lo cual me dio su dirección electrónica. Al final, y pese a la gentil diligencia, no logré ningún material.

      32Un muestra esperanzadora. El historiador argentino Luis Alberto Romero, hijo de José Luis Romero, en correo electrónico del 14 de noviembre de 2019 me escribe: “Empezando a ordenar la correspondencia de mi padre, encuentro varias cartas de Gutiérrez G. Una de ellas, particularmente conmovedora, escrita un día antes de la muerte de mi padre; acababa de leer Latinoamérica. Las ciudades y las ideas y le transmitía sus primeras impresiones. En un futuro cercano habré ordenado la correspondencia e incorporaré algunas al sitio www.jlromero.com.ar. A propósito, ya casi completé la obra de mi padre, y me dedicaré a incluir los trabajos sobre él, y entre ellos los de Gutiérrez y el/los tuyos. Un abrazo, Luis Alberto”.

      33HJCK. Cronología de la cultura, 1950-1990, Bogotá, Villegas, 1991, pp. 335 y 436. La semblanza de Gutiérrez Girardot en esa edición conmemorativa de la