Beatrice Garzelli

La traducción audiovisual español-italiano


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interés personal o a causa de peticiones en foros o blogs. Estos usuarios, que se improvisan traductores y actores y que no son encargados por las distribuidoras oficiales, tienen el objetivo de realizar traducciones “de fans para fans” con una técnica traductora mayormente literal, sin censuras o adaptaciones demasiado target-oriented, y con resultados menos condicionados por los vínculos normativos del doblaje.2

      Cabe destacar que este fenómeno ilegal nació para escuchar películas no dobladas en la propia lengua, anime japoneses inéditos o para volver a doblar viejas series animadas, fuertemente modificadas a causa de la censura, y que perdieron los derechos de autor. Esta ←20 | 21→tendencia demuestra que el mercado del doblaje sigue teniendo márgenes de interés y desarrollo y que existe un público – incluso joven – que continúa prefiriendo disfrutar de películas y cortometrajes en su idioma materno.

      Desde el nacimiento del cine sonoro, que se remonta al final de los años ‘20 del siglo XX, la industria cinematográfica se preocupó de derribar las barreras lingüísticas que hacían que su producto no se pudiera comercializar fuera de los límites de la lengua en que la película se había rodado (Paolinelli, Di Fortunato 2005). El doblaje cinematográfico nació para dar una respuesta a esta necesidad de difusión, extendiéndose a nivel europeo principalmente en Italia, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Austria y Suiza.

      Tal como se anticipó, esta técnica tiene en Italia una larga tradición que empieza en los años ‘30 del siglo XX3 a causa de la censura realizada por el régimen fascista sobre los productos fílmicos extranjeros (Rossi 2007: 89). La costumbre romana de doblar estos filmes se convierte en obligación con el Decreto Ley del 5 de octubre de 1933 (después Ley n. 320 del 5 de febrero de 1934) que prohíbe

      la proiezione nelle sale del Regno delle pellicole cinematografiche sonore non nazionali […] il cui adattamento supplementare in lingua italiana – doppiaggio o post-sincronizzazione – sia stato eseguito all’estero (Paolinelli, Di Fortunato 2005: 12).

      Con el tiempo se forman por lo tanto categorías de actores italianos especializados en el doblaje (hoy contamos con la quinta generación4) que al sincronismo articulatorio unen el sincronismo paralingüístico y ←21 | 22→cinético (Pavesi 2005: 13) con la finalidad de crear diálogos que no parezcan artificiales, resultando así casi auténticos para el público de llegada.

      Desde 1976 la Asociación AIDAC (Associazione Italiana Dialoghisti e Adattatori Cinetelevisivi5) reúne en Italia a todos los autores de diálogos fílmicos traducidos y adaptados en italiano para el doblaje y para la producción audiovisual (Lattanzio, 2013), promoviendo el desarrollo, la formación, la tutela y los intereses de los profesionales de esta categoría.

      Dos son las escuelas principales situadas en Italia: la primera en Roma, donde la técnica del doblado nace, y la segunda en Milán. Hoy en día la actuación de voz consiste en una industria próspera que trabaja con la ayuda de grandes empresas, en especial ADC y SDI Media. Esta última cuenta con sucursales en 36 países y también ofrece servicios de subtitulación y traducción para la industria del entretenimiento, empleando a más de 1.000 profesionales en el mundo y una red de 4.000 traductores autónomos (Mignon 2016).6

      Relativamente al doblaje en lengua española, hay que señalar que existen dos mercados diferentes, debidos a razones de tipo geográfico, histórico y cultural. Por un lado España, que posee su doblaje local que cuenta con casi 46 millones de usuarios, por otro América, donde se realiza un producto doblado único destinado a casi todo el mercado latinoamericano (con sus 460 millones de consumidores), en el cual participan actores especialmente mexicanos, argentinos, colombianos, venezolanos y chilenos.

      En España el doblaje se empieza a utilizar a partir de 1932, cuando la Segunda República decidió introducirlo en Madrid y Barcelona. Instrumento príncipe del Gobierno de Francisco Franco, tras la Guerra Civil española se vio reforzado a causa de la normativa promulgada por ←22 | 23→el caudillo en 1941,7 a imitación de la Ley de Defensa del Idioma propugnada por Mussolini en territorio italiano. Tanto en el caso de Italia, como en el de España, estas disposiciones legislativas tenían la finalidad, por una parte, de defender el nacionalismo a través de la identidad lingüística, por otra, de tachar los ideales extranjeros que se mostraban ajenos a los intereses nacionales.

      Más allá de España, la otra plaza que cuenta con el amplísimo público de América Latina tiene su base principal en México, país que mantiene actualmente el 65% del mercado de los 450 millones de consumidores de doblaje que hay en Latinoamérica.8

      Los primeros doblajes realizados en lengua española se efectuaron en Estados Unidos y contenían una mezcla de acentos y pronunciaciones de los distintos países de América Latina y de España, puesto que el papel institucionalizado del actor doblador aún no existía. Estas variedades tan amplias comportaron que el público no entendiera o rechazara la extraña combinación de voces, perjudicando así la venta y la difusión comercial de los contenidos (Macchi 2015). Es así como los estudios de animación de Walt Disney, pioneros del doblado al español,9 decidieron trasladar sus estructuras de doblaje a distintos países hispanohablantes.10

      El primer gran estudio de doblaje en América Latina se abrió en Buenos Aires y la primera película doblada integralmente en Argentina por la empresa Argentina Sono Film fue Dumbo (1941):

      Fig. 2: Dumbo (1941), Argentina Sono Film (<http://www.benitomovieposter.com/catalog/dumbo-p-22554.html>, 24/07/2019).

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      Algunos años después, en 1949, una delegación del estudio argentino se trasladó a México para un concurso organizado por una emisora radiofónica que buscaba la voz de Cenicienta. El resultado fue tan bueno en calidad y a nivel comercial que a partir de aquel momento el país sudamericano se convirtió en líder del doblaje.

      El doblaje en México se consolidó a partir de los años ‘60, gracias a la televisión, que le permitió entrar en millones de casas y este ←24 | 25→mecanismo consintió a la industria cinematográfica norteamericana captar la atención de las audiencias tanto mexicanas como latinoamericanas (Zaleta Dávalos 2017).11 Detrás del auge que tuvieron las películas dobladas en México, surgieron empresas dedicadas a esto en Argentina, Colombia y Chile. México, por su parte, ha logrado mantener su posición ante el doblaje gracias a su “español neutro”, una modalidad lingüística que funciona para todos los consumidores y que es entendible en el resto del continente americano.

      Cabe agregar que pronto surgió la necesidad de separar el mercado español del latinoamericano, esto se concretizó en 1991, con el estreno de otra famosa película animada (La Bella y la Bestia). Disney tomó la decisión de