el derecho a decidir sobre el aborto” y otras reaccionan horrorizadas. Y así, una serie de combinaciones muy interesantes, las que tienen ambiciones políticas pero son negras y lesbianas, y así, y empieza a haber múltiples pequeños movimientos, fracturas, cambios, luchas, dentro de ambos movimientos.
Es decir entonces que se verificaría un poco el pesimismo o el problema que aquel Lacan de Hablo las paredes anticipaba respecto a la sororidad y la soledad compartida, tomando una referencia literaria que abriría la posibilidad de que las chicas se unieran y se dieran la mano, lo que hasta entonces –según el mismo Lacan– era algo que hacían los varones. (13) La cuestión hoy, además de sostener que no hay relación sexual, será quizá contribuir a lo siguiente: cómo podrían convivir y consensuarse en ellas, en los colectivos llamados o que prefiero llamar “de mujeres”, una construcción de un colectivo organizado alrededor de un no-todo. No es para nada fácil, la idea misma parece una contradicción, como la de ‘conjunto’ y ‘abierto’.
Justamente ayer asistí virtualmente a una conversación que dio Rita Segato. En la diferencia entre Freud y Lacan que pensaban que las mujeres se oponían a los semblantes culturales pero eran las garantes de las relaciones sexuales, planteaba, y hoy más que nunca, lo que ella llama “lo femenino” como lo que teje los nudos del tejido social. Pero también, y en estos detalles me parece que es de las mejores pensadoras del feminismo, piensa los feminismos, en tanto que un plural, nunca dice el feminismo, dice “son los feminismos que hay, diferentes y hay diferencias entre los movimientos y los grupos, no somos todas iguales”, planteando que nunca hay que desconocer y borrar esas diferencias, sino que además lo único que a nivel global tendrían de común en sus luchas todos esos grupos diferentes de mujeres sería la violencia. Lo cual desde su campo es muy entendible. Pero aun arriesgaba y advertía que eso mismo podría conservar o conducir a un riesgo para los mismos movimientos. El de cierto retorno, incluso fascista, del binarismo o de la segregación. Es decir volver a situar el enemigo común en el hombre y reducir a todo varón a un violento o abusador o violador, y a toda mujer a una víctima. No pudiendo comprender, según Rita Segato, que todos, ellas también, deberían desterrar eso que en su conceptualización llama el patriarcado de sus subjetividades y de sus conceptos. Finalmente le preguntaron entonces cómo piensa la mejor solución, el avance, el futuro y ella allí planteó que lo que elije para estos movimientos y para la sociedad toda en el futuro, incluso más aún después de este momento tan particular, sería la heterogeneidad. Conservar lo plural. Y además, agregó, desde su mirada, cualidades femeninas a preservar, la dimensión del cuidado, de la amistad y de la ternura. Todos rasgos en o con los cuales quizás podamos conversar o a los cuales decirles algo.
Bien, ceso en estas notas por hoy pasándoles la palabra a mis amigos para una conversación.
1- Precisamente, cuando comenzamos a dar seminarios en la Escuela, comencé mi investigación sobre el amor –que he continuado en muchas ocasiones– a partir de “Lo real del dos y los medio-decires”, en Los nudos del amor, Dorrego, Bs. As., 1998, pp. 143-170.
2- En Freud, por ejemplo, al final de “Análisis terminable e interminable” y en su Conferencia sobre “La feminidad”.
3- Cf. Sánchez, B., “El goce en el justo amor”, cap. 2 “Más allá del falo”.
4- Bassols, M., Lo femenino, entre centro y ausencia, Grama, Bs. As., 2017, p. 23.
5- Lacan, J., El Seminario, Libro 19, …o peor, Paidós, Bs. As., 2012, pp. 20-21.
6- Lacan, J., “Saber, ignorancia, verdad y goce”, Hablo a las paredes, Paidós, Bs. As., 2012, p. 40.
7- Lacan, J., “Hablo a las paredes”, Hablo a las paredes, op. cit., p. 116.
8- Lacan, J., “Saber, ignorancia, verdad y goce”, op. cit., p. 40.
9- Ibíd.
10- Ibíd., pp. 71-2.
11- Lacan, J., El Seminario, Libro 19, …o peor, op. cit., p. 38.
12- Miniserie de televisión-web, USA, 2020, creada y co-escrita por Davhi Waller y dirigida por Anna Boden y Ryan Fleck, que fue multipremiada y con la actuación descollante de Cate Blanchett (aún haciendo el papel de líder de las conservadoras).
13- A partir de la referencia a un par de líneas de un poema de Paul Fort, “Hablo a las paredes”, op. cit., pp. 92 y 93.
Hombres y mujeres en Lacan: del siglo XX al siglo XXI (*) MÓNICA TORRES
De nuestros antecedentes
Agradezco enormemente que haya hoy mucha gente de diferentes lugares: son todos muy bienvenidos y me pone muy contenta que estén aquí, en este aquí que es tan difícil de ubicar cuando se trata de un encuentro virtual dado que, a raíz la cuarentena por la pandemia por coronavirus, tuvimos que recurrir a dictar nuestro seminario por Zoom. He visto amigos de España, amigos de Chile, entre otros lugares, y está Fabián Fajnwaks que va a participar de la clase de hoy, que es de París. Es una sensación muy rara, pero al mismo tiempo es el lado lindo de esta cuarentena.
Esta clase resulta muy especial para mí, y creo que para Pablo Russo y para Fabián también. Fabián lo decía simpáticamente la clase pasada refiriéndose a todo el trabajo hecho desde el Ateneo “Los semblantes del matrimonio”, que es anterior al Departamento de estudios psicoanalíticos sobre la Familia - Enlaces; se trata de la investigación con la que comenzamos nuestro trabajo con el título que nos sugirió Jacques-Alain Miller, porque quería que tomáramos un significante del campo del Otro social, mientras que nosotros queríamos investigar el tema de los nudos del amor. Por ende, hicimos la investigación sobre “Los semblantes del matrimonio”, pero dimos un seminario que terminó siendo publicado en un libro llamado justamente Los nudos del amor. (1) La imagen del flyer de la clase de hoy es la tapa de aquel libro que toma un cuadro de Edward Hopper que, como seguramente saben, es el pintor de la soledad en Estados Unidos. En la imagen vemos una pareja en una noche de verano; uno podría casi decir a las “diez y media de una noche de verano”. La expresión que tienen este hombre y esta mujer, que están parados en el porche de una casa de los Estados Unidos, no es de amor. Es más bien un rictus de soledad, de malentendido, de soledad de dos que están juntos y a la vez solos. Y que noté que la obra de este pintor circuló mucho por las redes en estos tiempos, porque son tiempos de soledad.
Ese libro, nunca voy a dejar de decirlo, lo escribimos con mi queridísima amiga Linda Katz, que siempre recordaré con toda la emoción y todo el amor, por todo lo que significó para mí trabajar juntas; participaron también Pablo Russo y Blanca Sánchez, e incluso habíamos dado un seminario el año anterior que está publicado como cuadernillo y que se tituló El sexo es un decir. Fue muy atrevido de nuestra parte ponerle El sexo es un decir porque es una frase del último seminario de Lacan, que es “El momento de concluir”, el número 25; nos permitíamos poner esos nombres tomados del ultimísimo Lacan, por así decirlo. Entonces me di cuenta por qué Fabián lo había introducido en