Graciela Schnitzer

Invenciones de la sexuación


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“…que el género se muestre apto para pensar […] el poder y la sujeción (además) en otras trincheras de la vida social”. (3)

      Respecto de la también enorme, notable y probablemente no tan conocida historia del feminismo en la Argentina

      –recién estoy comenzando a zambullirme–, encontré algunas perlas, eventos, mujeres activistas, que se remontan a fines del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Es decir, no han leído siquiera a Freud, tal vez alguna –si llegó– la icónica novela de la que nos habló Mónica, Mujercitas, y están en simultáneo con lo que se suele ubicar como el comienzo de la segunda ola o sufragismo en el mundo pero agregándole reivindicaciones muy de avanzada y aún hoy no satisfechas. Y mucho antes de las figuras más renombradas de la historia del feminismo argentino: Alicia Moureau, las escritoras Gabriela Mistral y Alfonsina Storni, la misma Eva Perón, etcétera, que suelen ser las más conocidas. Incluso antes de lo que fue un hito en 1910, que fue el primer Congreso Femenino Internacional en la Argentina. En 2010 se hizo un congreso recordándolo, pues además se consiguieron y publicaron las actas de aquel un siglo anterior.

      En esa Buenos Aires y en la ciudad de La Plata mucho más coloniales y patriarcales que hoy, muchísimo, en las que mujeres trabajadoras, obreras o con algunos oficios en particular, ya habían realizado variadas y numerosas huelgas en la calle, existieron mujeres como por ejemplo la de origen uruguayo María Abella (de Ramírez), quien en 1902 fundó la revista Nosotras, en 1903 participó de la creación del Centro Feminista –creo que es el primero–, en 1905 fundó con otras la Liga Feminista Nacional (o Partido Feminista Argentino, que incluía mujeres anarquistas en sus filas) y en 1908, dos años antes de ese primer congreso, compiló y prologó una publicación que se llamó Ensayos feministas cuyo título inicial era En pos de la justicia, publicación que fue difundida en varios países de América del Sur –creo que fue incluso traducida al portugués. Algunas de estas mujeres, ligadas en general a la educación o a las letras, vivían sin mostración pero sin ocultarlo con otra mujer, o eran decididamente solteras. Pedían no solo la igualdad jurídica y laboral con los varones sino cambiar las condiciones económicas, además del ingreso al mercado laboral, poder divorciarse libremente, etcétera. No andaban muy lejos de exigir el aborto libre, legal, gratuito y seguro.

       Teresa vuelve a Tiresias o lo femenino del lugar del analista

      En su reciente e inolvidable presencia en Buenos Aires, Eric Laurent nos orientó con su conferencia de diciembre

      Para situar sus tres cuestiones, y de referencias feministas, toma de la publicación Le nouveau Magazine littéraire, de septiembre de 2019, una reseña de Eugénie Bourlet del libro de Aurore Koechlin La révolution feministe (que sintetiza el abanico de los movimientos feministas desde los años 60/70 hasta casi la actualidad). Esta reseña que toma Eric se titula “El feminismo es revolucionario o no (lo) es”. Hay un juego en francés en el título Le féminisme est révolutionnaire ou il n’est pas. Se puede traducir por “o no es” o por “o no lo es”, es decir, o no es feminismo o no es revolucionario. Las dos versiones se pueden leer.

      A su vez, Eric Laurent va declinando hacia las referencias de ese Lacan (feminista) y del Miller de El partenaire-síntoma, tomando en el camino un artículo de Jean-Claude Milner que está publicado (en inglés) en Internet, también de 2019, titulado “Reflexiones sobre el movimiento MeToo y su filosofía”. Pues las tres cuestiones por las cuales Eric propone un encuentro para los feminismos con la “no-relación” son: los femicidios, es decir la violencia extrema hacia las mujeres –hacia el cuerpo de las mujeres–; la promoción del lenguaje inclusivo, lo que también llama feminización del discurso, sobre todo por los colectivos LGBTIQx… (puntos suspensivos, etcétera, como quieran, espacio para nuevos nombres a inventar) y en particular anclados en discursos universitarios/académicos, así lo plantea Eric; y en tercer lugar, la reciente reanudación o el re-empoderamiento