Carlos Lazcano Sahagún

Kino en California


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cosas. Y desde luego, se prestaban para que los misioneros fueran elaborando un vocabulario, del cual llegaron a tener quinientas palabras, y dócilmente aprendían las oraciones que les eran enseñadas.

      Para junio de 1683, Kino y Goñi ya habían tenido algunos avances importantes, que de haber continuado sin lugar a dudas habrían vencido todos los recelos indígenas, sin embargo los soldados llegaron a ser un verdadero estorbo.

      Contrasta enormemente la percepción que de los indios tenían los soldados y los misioneros. Para los primeros los gentiles de la nación guaicura siempre vinieron enemigos encubiertos. Para los misioneros eran almas que había que salvar, seres humanos con toda la dignidad de hijos de Dios, por lo cual los consideraban las mejores perlas de la California. Para ellos, la evangelización era el primer paso para dignificarlos e igualarlos con los españoles.

      Comienzan los problemas

      A pesar de la buena voluntad de los misioneros, de todo el empeño que pusieron para que la colonia fuera aceptada por los nativos, así como el proceso de evangelización, y de la confianza con que algunos indios trataron a los misioneros y soldados, lo cierto es que los guaicura nunca vieron con buenos ojos a quienes consideraban unos intrusos. Razones no les faltaban ya que habían sido no pocos los agravios que habían sufrido a manos de los perleros y otros navegantes.

      Otra de las razones de enfado de los guaicuras, fue que desde que llegaron los expedicionarios, éstos se apoderaron del más importante manantial de la bahía, el cual era la fuente de agua de las rancherías de la región. Ya anteriormente este manantial había sido motivo de encuentros violentos entre nativos y españoles, con el resultado de varios muertos por parte de ambos bandos. Recordemos que cuando ocurrió el primer desembarco hispano en la bahía de La Paz, en 1533, por parte de Fortún Jiménez y sus hombres, éste y la mayoría de ellos fueron muertos por llegar al manantial principal de la bahía sin tener el acuerdo de los guaicura. Igualmente los guaicuras temían que los españoles se apoderaran de otros recursos que para ellos eran indispensables, como las pitayas y los mezcales.

Fotografía

      Imagen 14. Atondo y Kino iniciaron la exploración de todos los alrededores de la bahía de La Paz, incluyendo sus islas y sierras cercanas, con el fin de ubicar sus grupos indígenas y sitios para nuevas fundaciones. Fotografía de Carlos Lazcano.

      Y aunque el objetivo de los guaicuras se frustró, siguieron yendo a Guadalupe, siempre con recelo y con las exigencias de que los españoles