Carlos Lazcano Sahagún

Kino en California


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de veras habían llegado con el propósito de pelear. Efectivamente, suelen los gentiles de toda California prepararse para la guerra pintándose con colores y combinados en cierto orden los cuerpos desnudos, el pecho, los brazos, la espalda, las piernas y las caras, o sea, desfigurarse de veras horriblemente. Así pues, como aquellos 83 venían pintados con los colores negro, blanco, rojo y amarillo, teníamos un seguro signo de guerra. Por otro lado, aparte de un insignificante tocado en la cabeza, comúnmente los de sexo masculino no usan ropa alguna; aunque las mujeres se cubren del pecho abajo hasta los pies con pieles de ciervos, de un modo decente y muy modesto, según vimos después en otra ocasión. Pero estos 83 indios, eran todos guerreros jóvenes y de edad madura. Y para que no intentaran algo hostil en forma alguna, el máximo empeño de todos nosotros fue el de tratarlos bien, de ganarnos sus ánimos con regalitos y obsequios y de comprometerlos para ganarlos a todos para Cristo. Al caer la tarde, se retiraron para dormir en la selva cercana, contentos ellos con nosotros y dejándonos a nosotros todavía más contentos y llenos de la mejor esperanza, en que a su tiempo se convertirían a la fe recta de la salvación.

       10 de abril

      El día 10 de abril, regresaron todos los Indios, pidiéndonos comida, lo que obtuvieron abundantemente junto con otros regalillos, quedándose con nosotros como viejos conocidos, ofreciéndonos leña del bosque cercano y agua del pozo vecino, también nos hicieron con prontitud y buena voluntad otros mandados como sirvientes. A no pocos de ellos los enseñamos a hacerse en la frente y en el pecho la señal de la santa Cruz como lo acostumbramos los cristianos, y en eso se mostraron muy dóciles. Luego les propusimos que tiraran sus flechas como al blanco [que pusimos]: un escudo elaborado con piel o cuero de buey (con el que se protegen los soldados españoles contra las puntas de las flechas en muchos lugares de las Indias). Ocho o diez de los indios más robustos procuraban con todas sus fuerzas traspasar el escudo blandiendo sus flechas, pero de todos, sin excepción, se rieron los suyos, al quebrarse sus flechas de punta de piedra o de pedernal débil, quedando ileso el escudo. Luego [quedaron] admirados y con temor de nuestras armas, cuando poco después vieron claramente que uno de nuestros soldados, con la bala disparada por su arcabuz traspasó no uno, sino tres escudos sobrepuestos. Por otro lado, con el estruendo del arcabuz, todos los indios, menos el hijo del jefe, se aterrorizaron a tal grado que se lanzaron a la fuga con pusilanimidad; hasta que los llamamos para que volvieran, mostrándoles atractivos regalos; también el Señor General de buena gana les obsequió regalillos, mientras contemplaban las perforaciones de los escudos. Al retirarse por la tarde, nos aseguraron que regresaban a sus familias, esposas e hija/os, y que les llevaban los regalos que nos habían aceptado.

       11 de abril

      El día 11 de abril o domingo de ramos, según la costumbre y el rito de la Iglesia, bendijimos y distribuimos los Ramos, y por cierto en exagerada cantidad, porque habíamos puesto como el más agradable palmar nuestro templo, la fortaleza militar y nuestras casas.

       13 de abril

      El día 13, el Señor General mandó a nueve personas para que exploraran las tierras interiores hasta 3 ó 4 leguas, e indagaran si había otro río, los caseríos de los indios y algunas llanuras o tierra fértil para la agricultura. Al volver por la tarde, trajeron algunas de las cosillas que los días anteriores habíamos dado a los indios, sobre todo ropas, porque esos indios prefieren su desnudez a la ropa, y como la juzgan más bien carga que ornato u honra, la arrojaron por todas partes. Vieron también estos nueve, en una llanura muy amplia, gran cantidad de humos, los de las hogueras encendidas por los indios, que ordinariamente se hallaban es esos terrenos.

       14 de abril

      El día 14 de abril casi terminamos nuestro templecito, y en él colocamos las sagradas imágenes de gran tamaño y pintadas por un pincel bastante bueno. La primera era de la Virgen María de Guadalupe, la segunda explicaba exponía los 12 artículos del símbolo de los apóstoles, y la otra presentaba las Sagradas imágenes de Jesús, María y José, Joaquín y Ana, el Santo Patriarca, (nuestro) Padre Ignacio y el gran Querubín de las Indias, San Francisco Xavier. Por la tarde, recibimos muchas confesiones sacramentales con motivo de la pascua y por cierto que en esa ocupación nos dieron las 2 de la madrugada.

       15 de abril

      El día 15, jueves de la cena del Señor, continuamos con el sagrado tribunal, desde muy de mañana hasta la misa; en ella el Señor General y algunos de los principales militares o marineros recibieron la sagrada comunión. A partir de la comida, nos visitaron amigablemente 40 indios. Por la tarde, para los españoles hubo sermón de la Pasión del Señor. Además, el día siguiente, Viernes Santo, y el Sábado Santo, continuamos los oficios eclesiásticos, aunque sin cesar llegaran como huéspedes unos Indios, nunca desagradables.

       17 de abril

      El 17, Sábado Santo, cantadas las Letanías de Todos los Santos en la misa, al Gloria in Excelsis, aumentó la solemnidad no solo el primer repique festivo de las campanas, sino también el retumbar de todas las escopetas, y también lo repitieron cinco veces durante la misa todas las escopetas y los cañones de las dos naves.

       18 de abril

      El día 18 o Domingo de Resurrección, en ambas misas se distribuyó la sagrada comunión a muchos. Por la tarde, se concedió confesar [a los marineros] en las naves y para que pudieran más cómodamente recibir la sagrada comunión quienes custodiaban las naves , el día siguiente se dijo en la nave capitana solamente una misa.

       22 de abril

      El día 22 se decidió enviar la nave Capitana a las misiones de la Compañía cercanas al río Yaqui, para que trajeran de ahí la abundante provisión de víveres, ovejas, trigo, bueyes, legumbres, así como caballos y burros, con cuyo apoyo podríamos penetrar hasta muchas leguas y también hasta las mismas costas de la California occidental. Por lo tanto, se dispuso la nave.

       24 de abril

      El día 24, mientras la Capitana salía de nuestro puerto de La Paz —llamado popularmente de La Paz— encalló en un banco arenoso por inclinarse más a la izquierda, en grado exagerado; pero al descargar el peso del lastre y al subir la marea poco después , sin daño alguno, gracias a Dios, salió exitosamente del peligro.

       25 de abril

      El día 25, Domínica in Albis, muy de mañana se dijo una de las misas, en la que muchos comulgaron y en ella estuvieron presentes junto con su Capitán, el Señor Blas de Gusmán, los que poco después abordaron la nave capitana; y salieron con vientos tan propicios, que en pocas horas desaparecieron de nuestra vista.

       28 de abril

      El día 28 llegaron unos indios, en una cantidad de casi 50, y no pocos de ellos eran de los que hasta entonces no habían venido a visitarnos; los demás se admiraron mucho de la ausencia de la nave Capitana, y preguntaron por ella y por el lugar al que había ido. Y cuando les dijimos que había ido por víveres, provisiones o alimentos, nos pareció que se llenaron de considerable gozo y que ponderaban mucho tal iniciativa. Por otro lado, mientras todos ellos lo veían y estaban presentes, bauticé solemnemente a un pequeño infante, hijo de una familia de indios que hasta ese lugar habían ido desde la Nueva España, en la servidumbre del Señor General. Ese niño, bautizado ese día, había nacido dos días antes y recibió el nombre de José. No es fácil decir con qué cariño acompañaron a este niño todos los indios de California, porque parecía que no podían poner fin a los besos, abrazos y otras caricias. Nosotros, por nuestra parte, suplicábamos al poder del cielo que nos inspirara tal aprobación que pronto pudiéramos bautizar a sus niños y a los adultos mismos. Mientras, nos pareció conveniente conformarnos con instruirlos para hacerse la señal de la Santa Cruz y otras minucias. Aunque ya habíamos obtenido también que quisieran venir a tomar parte en nuestra alegría y solemnidad, al organizar danzas, según la costumbre de [este] pueblo.

       1ro. de mayo

      El primero de mayo, en conchas del mar se encontraron