desde las mismas entrañas de la tierra, su condición de creyentes y sensibilidad ética que empatiza con el espíritu de Kino ante la situación actual de los pueblos indígenas y la cultura popular, hacen que este escrito compuesto de textos, cartografías y testimonios sea un verdadero aporte que ayude a mantener viva la visión de que entre los pueblos nos necesitamos; ante las crisis, la solidaridad entre iguales nos hace reinventarnos y la confianza en la providencia sea motor para seguirnos empeñando.
P. Claudio Murrieta Ortiz
Pimalteño en la cuenca del San Pedro
27 de julio de 2020, día del antropólogo/a en memoria agradecida de Raquel, loretana de corazón
Imagen 1. Eusebio Francisco Kino, primer misionero de las Californias. Fue en la Antigua California donde se inició como misionero. Buena parte del sentido de su vida fueron los indios californios. Detalle del monumento al padre Kino en Segno, Italia, su pueblo natal. Fotografía de Carlos Lazcano.
Exordio
EN SEPTIEMBRE DEL AÑO 2011, a convocatoria de la Sociedad de la Antigua California, realizamos en la ciudad de Ensenada (Baja California, México) un homenaje al misionero jesuita Eusebio Francisco Kino, con motivo de cumplirse 300 años de su muerte. Entre otros actos se llevó a cabo la Segunda Reunión de Historiadores sobre los Fundadores de la Antigua California, la que se dedicó enteramente a la obra de Kino en la península de Baja California.
En dicho evento nos reunimos varios estudiosos del famoso jesuita, comentándose el hecho de la falta de un texto que presentara de manera integral y exclusiva, la labor de Kino en la península californiana. El tema de Kino en California ya ha sido tratado por Bolton, Burrus, Mathes, y más recientemente por Gómez Padilla, quienes han reunido una impresionante colección de documentos sobre este tema. Es a partir de los trabajos de estos historiadores que este libro fue concebido. (1) El objetivo es presentar una visión amplia y detallada de la obra de Kino en la península de Baja California, tanto lo que hizo desde la península misma, como lo que realizó por ella desde sus misiones de la Pimería.
Kino es de los escasos misioneros que han trascendido a la conciencia popular, pero generalmente se le asocia a Sonora y Arizona, casi nunca, o muy poco, a Baja California. Por eso, al plantearnos este estudio, quisimos preparar un texto accesible a un público amplio en donde detalláramos la relación de Kino y California. Sin olvidarnos de los historiadores, académicos y estudiosos del tema misional en el noroeste novohispano de fines del siglo XVII y principios del XVIII, ya que seguimos una metodología apropiada y rigurosa, con el fin de aportar elementos e interpretaciones nuevas para el conocimiento de este gran misionero.
La relación entre Kino y California fue de gran trascendencia histórica, ya que marcó el rumbo del noroeste de México, al grado de que la Pimería no se explica sin California y lo contrario igualmente es válido, California no se explica sin la Pimería. En este libro profundizamos en dicha relación, ahondando en aspectos que poco han sido tratados, entre ellos el hecho de que su estreno como misionero se llevó a cabo en California, al mismo tiempo de que fue el primer misionero de esta región, fundando sus dos primeras misiones. Se considera a Juan María Salvatierra el fundador de Baja California, pero después de leer este libro, nos daremos cuenta de que sin Kino, Salvatierra difícilmente hubiera logrado lo que logró; es más, sin Kino Salvatierra nunca hubiera fijado sus ojos en California y su destino no hubiera pasado más allá de un ilustre provincial jesuita. También tenemos que Kino desentrañó la hidrografía del río Gila y de la cuenca baja del río Colorado, y precisamente fue nuestro misionero quien le puso su nombre a éste último río. Además de que Kino demostró que California es península, fue el primero en proponer que la larga extensión de las Californias se dividiera en dos provincias a las que nombró California Baja y California Alta. Pidió ser él quien iniciara la evangelización de la Alta California. Nuestro misionero fue además el primero en cartografiar de una manera precisa el Golfo de California, desentrañando correctamente la desembocadura del Colorado y demarcando por vez primera a la isla Ángel de la Guarda. Además Kino desterró varios de los falsos mitos geográficos que abundaban en su época, sobre todo los asociados a la creencia de la insularidad de California. Pero, más allá de estos aportes, se encuentra su relación, profundamente humana y amorosa, con los indios californios, tanto guaicura, cochimí como con los varios grupos que ocupaban la cuenca baja del Colorado. Fueron los indios la razón de su trabajo.
Imagen 2. Inauguración del II Festival de la Antigua California, dedicado al padre Kino con motivo del tercer centenario de su muerte. Fue realizado en la ciudad de Ensenada en septiembre del 2011. De izquierda a derecha: el padre Gabriel Fierro, representante de don Sigifredo Noriega, primer Obispo de Ensenada; José Amado Fernández Ruiz, S.J., representante del provincial de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, Carlos Morfin, S.J.; doctor David Piñera, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Baja California; don Enrique Pelayo, presidente municipal de Ensenada; maestro Sebastián Serra, rector de la Universidad Iberoamericana en Tijuana; doctor Gabriel Gómez Padilla, investigador de la Universidad de Guadalajara; y Carlos Lazcano, investigador de la Sociedad de la Antigua California y coordinador del Festival. Fotografía de Carlos Lazcano.
Estos son solo algunos aspectos, poco conocidos, de lo mucho que la península le debe a nuestro misionero. El lugar de Kino en nuestra historia regional y nacional debe ser revalorado.
La base de este trabajo fueron los numerosos documentos publicados por Burrus y Mathes, así como el impresionante libro de Kino Favores celestiales. Igualmente nos apoyamos en los trabajos de Bolton y Gómez Padilla, así como de diversos autores que en su momento irán siendo citados. Además, en diversos archivos fueron consultados algunos documentos aún inéditos o muy raros, como el caso del Diario de San Bruno. En este documento nuestro misionero relata sus actividades en la misión de San Bruno entre el 21 de diciembre de 1683 y el ocho de mayo de 1684. Se trata de un texto sumamente raro, publicado unicamente en 1857 dentro de la colección Documentos para la Historia de México, por lo cual es muy poco conocido, incluso entre los mismos especialistas en la figura de Kino. Se desconoce el original de este texto, por lo cual publicarlo dentro de este libro es una importante aportación.
El ensayo lo dividimos en dos partes. En la primera, dividida a su vez en tres capítulos, tratamos sobre los trabajos que Kino efectuó en la península californiana al participar en la expedición del Almirante don Isidro de Atondo y Antillón (1683-1685). La segunda parte cubre los capítulos 4 al 8. En los capítulos 4, 5 y 6 abordamos lo que Kino hizo por California desde sus misiones en La Pimería. En el capítulo 7 analizamos la visión de Kino y sus propuestas. En el último capítulo, el octavo, analizaremos que fue de los proyectos y propuestas de Kino en los años posteriores a su muerte.
Contrario a lo que muchos historiadores afirman, la misión de San Bruno no fue la primera establecida en California. (2) Este honor le cupo a la misión de Nuestra Señora de Guadalupe de Californias, iniciada por Kino en la bahía de La Paz en abril de 1683. En el primer capítulo de este libro veremos los detalles de esta fundación y el por qué fracasó. San Bruno fue la segunda misión californiana y en el capitulo dos se estudian los detalles de sus inicios y desarrollo, así como las exploraciones llevadas a cabo por Atondo y Kino en el interior de California. Se concluye tal capítulo con el abandono de San Bruno. En el tercer capítulo veremos los últimos y desesperados esfuerzos por parte de Kino y Atondo para que el proyecto de evangelizar California no fuera abandonado.
En el capítulo cuarto encontramos a Kino ya instalado en Sonora, y le damos seguimiento a sus esfuerzos por regresar a California. Incluimos como el padre Juan María Salvatierra se une a los esfuerzos de Kino y finalmente logra los permisos para regresar, fundando así esta tierra. A pesar de conseguir el permiso, Kino no pudo acompañar a Salvatierra, por lo que da inicio a las exploraciones de la desembocadura del río Colorado, las que lo conducirán al descubrimiento