Gómez Padilla
Guadalajara, Jalisco
Imagen 4. Vestigios de la misión de Nuestra Señora del Pilar y Santiago de Cocóspera, establecida por Kino a fines del siglo XVII. La herencia de los misioneros no son los templos y vestigios misionales que dejaron a su paso. Su herencia debe medirse en función de la implantación de los mejores valores de la cultura occidental en las regiones donde trabajaron. Fotografía de Carlos Lazcano.
Mapa 1. Grupos indígenas de la Antigua California a la llegada de los españoles (siglo XVI). Diseño de José Luis García, modificado de León-Portilla.
1- Los trabajos más importantes están citados en la bibliografía, véase especialmente Bolton (2001), Burrus (1954, 1961, 1964, 1965, 1971), Gómez Padilla (2008, 2014, 2017 y 2019), Kino (1857, 1964, 1989, 1996), Mathes (1969, 1974, 1974b, 1996) y Venegas (1979). Consúltese igualmente: Gabriel Gómez Padilla, Historia e importancia de un proyecto sobre Eusebio Francisco Kino S.J. , publicado en la revista, Espiral, estudios sobre Estado y Sociedad, vol. XX, núm. 58, sep-dic. 2013, pp. 215-245.
2- Como ejemplos véase; Michael Mathes (1977), Las misiones de Baja California, Editorial Aristos, La Paz; Miguel León Portilla y colaboradores (2008), El Camino Real y las misiones de la península de Baja California, Fundación Manuel Arango, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México.
Introducción
CONTEXTO Y MOTIVACIONES
California antes de Kino
LOS PRIMEROS GRUPOS HUMANOS QUE arribaron a la hoy península de Baja California, lo hicieron cruzando el estrecho de Bering desde hace cuando menos 15 mil años. Se ha datado presencia humana en la península con una antigüedad de entre diez y doce mil años. Estos grupos fueron ocupando toda la geografía bajacaliforniana, desarrollándose distintas culturas que se adaptaron muy bien a los áridos ambientes de esta tierra.
Al momento de la llegada de los europeos a América habitaban en la Antigua California grupos indígenas de cuatro familias lingüísticas: los pericú, los guaicura, los cochimí y los yumanos. Los pericú ocupaban el extremo sur de la península, la región de Los Cabos hasta parte de la bahía de La Paz, por la costa del mar de Cortés, incluyendo las islas Cerralvo y Espíritu Santo.
Los guaicura ocupaban desde Todos Santos, en la costa del Pacífico, la mayor parte de la bahía de La Paz, hasta Loreto, principalmente entre los 23 grados y medio de latitud norte y hasta un poco más de los 26 grados, tanto del lado del Pacífico como del mar de Cortés, incluyendo buena parte de la sierra de La Giganta. La etnia más extendida en la península lo fue la cochimí, ya que llegaron a habitar desde el paralelo 26, en Loreto, hasta el paralelo 30, en la región de El Rosario. Los grupos yumanos se extendieron desde el paralelo 30 hasta mas allá de la península, alcanzando regiones de los hoy estados de California y Arizona, en Estados Unidos.
Todos estos grupos tenían una cultura material muy sencilla, bien adaptada al difícil medio natural peninsular. Eran nómadas y seminómadas, tanto pericues, guaicura como cochimí, desconocían la agricultura y la cerámica. Solo los yumanos llegaron a dominar una cerámica muy elemental y una agricultura incipiente gracias a la presencia del río Colorado. Eran culturas ágrafas y sus construcciones no pasaban de sencillas chozas de enramadas. Las relaciones entre ellos eran difíciles debido a las limitadas posibilidades de conseguir alimentos, por lo que se mostraban muy territoriales en pequeños grupos o bandas, que los misioneros llegaron a llamar “rancherías”.
Presencia hispana
Una vez que Hernán Cortés fundó la Nueva España y conquistó a los aztecas, tuvo como proyecto prioritario la exploración del océano Pacífico o Mar del Sur, como entonces se le conocía. Desde 1532 fue enviando una serie de navegaciones que dieron luz al perfil del Pacífico mexicano, especialmente su parte norte. La segunda de estas navegaciones, inicialmente al mando de Diego Becerra, y posteriormente al de Fortún Jiménez, encontró la península de Baja California a fines de 1533, alcanzando la bahía que hoy conocemos con el nombre de La Paz. El hallazgo fue lo bastante importante como para que el mismo Cortés dirigiera personalmente una tercera expedición, la que entre 1535 y 1536 intentó establecer un poblado en dicha bahía, al que se le puso el nombre de Puerto de Santa Cruz. El intento falló debido a varios factores, entre ellos la hostilidad de los indios, el no encontrar oro o ningún tipo de riqueza que justificara los gastos, y la aridez de la región. Fue durante esta expedición que los hombres de Cortés pusieron el nombre de California al hoy Cabo San Lucas, nombre que al poco tiempo brincó para toda la península.
En 1539 Cortés manda una cuarta y última navegación, la que pone al frente de Francisco de Ulloa. Uno de los más importantes objetivos de esta aventura era la búsqueda de las Siete Ciudades, uno de los mitos medievales que los conquistadores habían trasladado al Nuevo Mundo. Ulloa recorre toda la costa de Sonora, fue el primero en hacerlo, descubre la desembocadura del río Colorado, desciende por la costa oriental de California, da vuelta por el Cabo San Lucas y va siguiendo la costa del Pacífico, hasta alcanzar el paralelo 30, de donde regresa. Esta fue la primera vez que se reconoció el carácter peninsular de la California, y así apareció desde entonces en toda la cartografía californiana del siglo XVI.
Apenas terminada la navegación de Ulloa, el primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, compitiendo con Cortés en la búsqueda de las Siete Ciudades, envía la navegación de Hernando de Alarcón en 1540, la que penetra por el río Colorado hasta alcanzar la confluencia con el río Gila. Esta fue la primera ocasión en que se exploran terrenos de la hoy conocida como California, Estados Unidos.
En 1542, el virrey Mendoza envía la navegación de Juan Rodríguez Cabrillo con el fin de superar lo registrado por Ulloa. Así, es explorada toda la costa más allá de la península de California hasta el paralelo 41 o 42. Esta navegación finaliza en 1543 sin encontrar ninguna noticia de las Siete Ciudades, por lo que los posteriores esfuerzos de los españoles se concentran en la búsqueda de la tierra de las especias, al otro lado del Pacífico, en Asia.
Imagen 5. Hernán Cortés, el fundador de la Nueva España y descubridor de Baja California. Entre 1535 y 1536 realizó el primer intento de colonizar la península. Grabado de Antonio Solís, 1715.
Sesenta años después de Cortés, en 1596, es Sebastián Vizcaíno quien pretende de nuevo fundar un pueblo en la bahía de La Paz, buscando sustentarlo con la pesquería de perlas. Fue este personaje el que le dio su actual nombre. También fracasó. Poco después, en 1615, intentaron la colonización de California Juan de Iturbe y Nicolás de Cardona, sin lograrlo. También sin resultados positivos fueron los intentos de Francisco de Ortega, entre 1632 y 1636. Enseguida, en 1642, se frustra el esfuerzo de Luis Cestín de Cañas. Luego están los proyectos, también fallidos, de Pedro Porter de Casanate, entre 1644 y 1649. Siguieron dos reveses más, el de Bernardo Bernal de Piñadero en 1664 y el de Francisco de Lucenilla en1668. Estas empresas fracasaron debido al carácter comercial que tenían, ya que la península nunca tuvo las riquezas con que soñaron quienes las emprendieron. Gracias a esta larga secuencia de descalabros es que llegó a pensarse que California era inconquistable.
Además de los intentos por colonizar California, también habían hecho acto de presencia en ella, varias navegaciones que siguieron explorándola y demarcándola. Una de las más notables fue la de Sebastián Vizcaíno de 1602-1603, en donde se cartografió a detalle toda la costa del Pacífico entre Cabo San Lucas y el paralelo